-Lucas me estaba contando algo sobre lo que sucedió esta madrugada- el sheriff comienza a contar mientras deja caer su espalda en el respaldo de la silla. -Después de salir del hospital, obvio- añade. Giro mi cabeza para ver sorprendida al castaño.

-Esto tiene algo que ver con Johan, ¿verdad?- los miro a los dos un poco preocupada por su silencio. Él primero en hacer algo fue Lucas, que solo asintió.

-Entraron a la fuerza a la casa dónde estaba "protegido" y se lo llevaron- suelta una leve risa sarcástica para después endurecer su expresión. -Estoy cansado de que siempre estén un paso delante de nosotros- golpea la madera del escritorio con su dedo índice. Lo que dijo suena como un reclamo hacía Hudson.

Por un momento dejo de escucharlos discutir y solo me permito ver un punto aleatorio de la oficina; carajo, lo teníamos, ¡teníamos a Johan y lo perdimos! ¿Ahora dónde estará? O peor aún, ¿qué le estarán haciendo? Para El Profeta Johan es un traidor, así que dudo que se toque el corazón con él. Maldición, Johan lo último que quería era regresar con él y ahora es dónde está.

-¿Cómo fue posible eso?- interrumpo su intercambio de palabras. -¡Dijiste que estaba seguro!- mi tono de voz se eleva mientras miro a Hudson.

El sheriff nos observa a los dos detenidamente. Parece algo frustrado de escuchar una y otra vez nuestros reclamos, pero no puede ser menos, decía que lo tenía todo controlado y se lo llevaron frente a sus narices.

-¿Cómo sucedieron las cosas?- me giro hacía Lucas en busca de explicaciones, ya que al ver a Hudson callado, se que no las obtendré de él.

-Bueno, fui con una compañera para tratar de hablar con Johan, duramos mucho tiempo con él tratando de que nos respondiera nuestras preguntas ya que no quería colaborar, tenía miedo de que volviera a suceder lo de hace días y esta vez si le hicieran algo peor, nosotros le aseguramos que todo estaría bien, que la casa estaba rodeada y nadie podía entrar, en ese momento fue cuando se escucharon ruidos fuera, como de golpes y gruñidos, así que mi compañera salió de la habitación de Vera para ver que era lo que sucedía, minutos después de que salió, me preoupe y quise salir en su búsqueda, pero rompieron la puerta y entraron, eran como cuatro personas, dos de ellas fueron contra mí y otras dos contra Johan. A mí me golpearon solamente en la cabeza y caí al suelo, eso me aturdió mucho, y antes de quedar inconsciente, vi como se lo llevaban fuera de la habitación mientras gritaba que lo dejaran- al terminar de decir eso, hace una mueca ¿triste? La verdad no se como describirlo, pero luce mal, creo que se está culpando por lo que pasó.

-Así que de nuevo no tenemos nada- el sheriff extiende sus brazos para luego cruzarlos sobre su pecho soltando un pesado suspiro. Verlo me hace enojar.

-Lo tenías todo muy bien controlado, ¿he?- suelto con ironía mientras no dejo de mirarlo.

-No busquemos culpables- interviene Lucas. -Eso se escapó de nuestras manos, no podíamos hacer nada para evitarlo, y créeme, no fue por el tema de seguridad- añade.

-¡Claro que lo fue!- los acusó frunciendo el ceño. -Pudieron protegerlo mejor, saben que una persona con decenas de gente siguiéndolo estaba detrás de él y aún así no hicieron nada para resguardarlo bien- estoy furiosa, furiosa por la impotencia que tengo de solo pensar que no pude ayudar a Johan, que de nuevo está con él viviendo un infierno.

-No lo fue, fue por... por uno de los nuestros- Lucas de nuevo interviene. -Un agente que también vigilaba la casa donde se quedaba Vera está con ellos y él los ayudó a ejecutar ese plan- escuchar eso me dejo paralizada.

-¿Qué?- murmuro todavía en un estado de shock.

-Mira, su es nombre es Helmer González- él sheriff habla deslizando una carpeta sobre su escritorio hasta mí, yo la tomo y le doy la vuelta dejándome ver la información a un hombre de 46 años. -Lleva años trabajando aquí. Uno de los policías que también hirieron lo vió salir ileso de la casa junto a Johan- dice.

-¿Me estás diciendo qué él está con ellos?- mi voz tiembla mientras señalo ese expediente.

-Sí...

-¡¿Un policía?!- lo interrumpo alzando la voz más de la cuenta. Hudson se queda en silencio. -Joder...- susurro ocultando mi rostro entre mis manos totalmente conmocionada.

Maldición, es verdad lo que decía, El Profeta tiene personas en todas partes.

-Daniela- me llama Hudson pero yo niego con mi cabeza incapaz de escucharlo.

-¿Entiendes la situación?- alzo mi mirada para verlo. -¡Un policía, Hudson, un policía!- exclamo frustrada.

-Baja la voz, te pueden escuchar afuera- Lucas me reprende en un susurro mientras ve detrás nuestra.

-Escuchense...- rio sin gracia mientras les señalo la carpeta. -Si uno de ellos estuvo en la policía, ¿cuántos más pueden estar aquí?- le susurro a Hudson con mi expresión molesta y no dice nada. -O peor aún, cuántos más pueden estar dentro este maldito pueblo actuando como si fueran las mejores personas cumpliendo su trabajo cuando en realidad están vigilandonos- gruño mientras peino mi cabello hacía atrás estresada. Esta situación se pone cada vez peor.

-Lo vamos a encontrar- la voz segura de Hudson me hace reír ya que así habló sobre la seguridad de Johan.

-Iluminame- extiendo mis manos hacía arriba. -No podemos hacer nada contra ellos...- digo entre dientes mientras me inclino hacía delante. Eso es lo que siempre supe pero no quería aceptar. No somos nada a un lado del Profeta.

-Claro que sí- mi mirada se va a Lucas quién busca algo dentro de su chaqueta. -Ahí tienen a su Profeta- dice dejando la foto de Las Villa sobre el escritorio.

-¿De qué hablas?- me acomodo mejor en mi asiento sin poder evitar el temblor en mi voz.

-Como lo escuchaste- el sheriff se levanta de su silla de cuero, estira su mano hacía un cajón de su escritorio y saca de ahí unas tijeras para luego recortar toda la foto dejando solo el pedazo donde sale Ben. Lo toma y comienza a caminar hasta la pizarra, la cuál esta llena de toda la información reunida sobre "El Nuevo Comienzo" y pega la foto de Ben en medio de toda aquella investigación a un lado de una foto del Profeta tomada de lejos.

-Johan, antes de ser secuestrado, nos confirmó mirando la foto que Benedict Miller es el verdadero Profeta- confiesa Lucas sin dejar de mirar lo que sobro de la foto. Al oír eso, para mi todo se detuvo y mis ojos se abrieron de par en par.

-Mierda- susurro sin poder formar otras palabras. Aún sigo sin poder asimilarlo.

-Sí, mierda- ríe Lucas mientras se levanta de su silla y se coloca a un lado mío dejando sobre mi hombro izquierdo su mano. -Daniela, lo tenemos- puedo notar el tono feliz de su voz.

Suelto un suspiro pesado aún sin poder creer lo que escucho, pero aún así eso no me impide soltar una sonrisa de felicidad y alivio.

-Lo tenemos- digo sin ocultar mi emoción.

Efecto Mariposa Where stories live. Discover now