La extraño— las palabras rasgaron mi garganta como si fueran cuchillos.

Nada peor que extrañar a alguien y no tenerlo a tu lado.

—Yo también lo hago— se separó y me dio un beso en la frente para después limpiar mis lágrimas. —Te dejo esto porque nos iremos a la ciudad, no queremos seguir aquí, es...

—¿Asfixiante?— terminé su oración y ella asintió. —Si, yo también lo creo, mis papás me han pedido que nos vayamos de aquí, pero aún sigo pensándolo...— susurré.

—Es mejor alejarnos de todo esto— Marta se miraba muy mal, demasiado, ¿y quién no? Ni siquiera tenemos un bloque de cemento que llorar, no tenemos nada de ella.

—Suerte, cuídense mucho, los quiero— me acerqué para darle el último abrazo.

—Ojalá un día podamos volver a encontrarnos— ella se despidió antes de irse de mi casa.

(...)

Sonrio tristemente viendo la caja, ahora recuerdo que no quería llevarmela porque eso seria no dejar atrás a Poché, y era lo que quería al irme de este pueblo. Aún así no sirvió de nada, regrese una vez más por ella.

Aparto las tapas de cartón para ver lo que contiene. Me encuentro un cuaderno de tapa negra donde están dibujadas lunas con color blanco y en el centro dice "pertenece a poché:)" sonrio al ver de nuevo su letra. Abro el cuaderno encontrándome con sus dibujos. Ella pintaba tan maravillosamente genial que me encantaba verla mientras lo hacía. Su cara de concentración era una de las mejores cosas que podía ver en la vida.

Dejo a un lado su cuaderno y tomo los pequeños libritos que ella hizo para mi llena de fotos suyas y de nosotras. Siempre me los daba cuando iba a un viaje escolar y Poché no podía ir conmigo, ya sea porque estaba enferma o porque sus papás no la dejaban.

Me encuentro ahora con un libro y este contiene más fotos, pero estas son más de paisajes y animales, como insectos o venados que se podían apreciar desde el bosque. Hay fotos de plantas, de los grandes árboles, del cielo y de las diferentes etapas de la Luna. A Poché le encantaba fotografiar hasta el aire.

Hay más pertenencias de ella, como un collar que solía usar siempre, un peluche de un perrito, una pulsera donde tiene alrededor soles y lunas, y también hay un gorro negro de lana con un estampado que dice "stop freezing". Recuerdo que Poché nunca quería quitarse este gorro, era su favorito y ahora es el mío.

Sonrio sintiendo las lágrimas acumularse en mis ojos, había encontrado el obsequio que le regalé a Poché, un tarro con 365 mensajitos para iniciar su día, hay de "momentos & memorias", pedazos de canciones, razones de porque la amo... lo malo de esto es que ella no termino de leer todos los mensajes.

Efecto Mariposa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora