12. Cacería - Nevi

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Nevi - Philadelphia
Parque, Nov 00:00am

Apoyado contra el tronco de un olmo, miro hacia el cielo, ansioso. Está nublado; pero hace viento y las nubes no se paran quietas. No puedo ver la luna entre ellas, pero sé por el fuerte resplandor que las atraviesa volviendo la noche en un día azul y tenue, que allí se encuentra, oculta tras las nubes. Está llena, y solo espera su momento. Hace tan solo unas horas que mostró completamente su cara en el horizonte y ahora no falta demasiado para que alcance su punto más alto en el cielo. Tengo un periodo de tiempo muy limitado para actuar o tendré que vagar otro mes completo buscándola. 

Bufo, increíblemente frustrado con el recuerdo que ese pensamiento me suscita, pues así es como se me fue el mes pasado; en un largo rastreo que casi no rindió frutos. Este individuo es particularmente inquieto y es casi imposible seguirle el rastro en su forma humana; por lo que la única posibilidad de acercarme son pistas que deja cuando no lo es.

He elegido este parque para esperarle porque aquí he encontrado las huellas más evidentes. La primera es pelo de animal. No de un animal cualquiera; sino increíblemente hirsuto y grueso, como si fuera paja, y con un potente olor a almizcle, desperdigado no solo en el suelo, también enredado en las ramas de algunos árboles. A juzgar por la altura que las he sido capaz de hallar los mechones, sé que se trata de un tipo bastante grande.

También he encontrado sobre la hierba baba con un señalado aroma metálico y marcas de garras en el paso y en los troncos de los árboles.

Estoy seguro de que ayer estuvo aquí y veo por qué. Es un parque lleno de árboles, que está convenientemente cerca de un barrio bastante solitario. Es el lugar perfecto para ocultarse y para traer a una víctima después de cazarla para poder alimentarse tranquilamente. Por lo demás, a juzgar por las huellas, parece que ha elegido esta zona del parque en específico para llevar a cabo su metamorfosis, al cobijo de los árboles más frondosos, de manera que no tardará mucho en aparecer.

Espero un poco más. Estaré aquí toda la noche si es necesario.

Escucho ruidos y aguzo el oído, poniéndome en alerta. Me apego contra el árbol para que no pueda verme, pues notaría que voy armado, pero con algo de suerte el viento le lleve mi olor, le haga pensar que es su día de suerte y lo atraiga hasta este extremo alejado del parque.

Escucho sus pasos sobre la tierra. Ligeros; humanos... Son en extremo cautelosos y escucho que se detiene cada tanto. Seguidamente escucho el sonido del aire entrando por su nariz en profundas inhaladas. Sabe que estoy aquí. No solo eso; me está buscando. 

Cuando está lo bastante cerca, procuro hacer ruido con mi respiración, y piso descuidadamente el pasto. Si algo caracteriza a estas criaturas, es su agudo instinto animal. Claramente ya ha reparado en mi presencia, y necesito que piense que yo no estoy al tanto de la suya; pues si detecta que le estoy esperando, sabrá que corre peligro y lo más probable es que huya y le pierda otra vez.

Palmoteo una melodía con la mano contra mi muslo. Sé que está muy cerca de mí. He elegido este árbol en particular por su inclinación, la cual facilitará la siguiente etapa de mi estrategia.

Con cuidado, trepo por el tronco, procurando no hacer ningún ruido que delate mis intenciones. Consigo asir una rama a cada lado de mi cuerpo y me elevo con ayuda de ellas, de espalda al tronco, encogiendo las piernas, apoyadas contra el mismo para dejarlas fuera del alcance de su vista e impulsarme a subir más, hasta conseguir encaramarme de cuclillas en una de las ramas altas. Miro por sobre mi hombro y vislumbro la sombra de una silueta alta a través del entretejido de las hojas del olmo. Entonces lo veo. Se trata de un hombre. Uno que luce común y corriente como el que más.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETAWhere stories live. Discover now