24. Nee - Nevi

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Nevi - Philadelphia

Fábrica Abandonada, Nov 09:40am

Cuando entro en la habitación en la que Nee suele encerrarse cuando uno de sus experimentos requiere completo silencio y aislamiento, todo parece estar en calma. El cadáver del vampiro está cubierto con una gruesa lona, pero distingo sus formas debajo de la tela. El sitio ha comenzado a tener un olor fuerte, quizás debido a la misma descomposición de este, y hago un respingo. Cuando avanzo, escucho una respiración profunda y quieta, y encuentro a Nikolas detrás de la cortina, durmiendo sentado a su silla, y con los brazos echados sobre el escritorio, cruzados bajo su cabeza a modo de almohada. Siempre me sorprende lo inofensivo que luce en ese estado. 

Por lo demás, tiene patrones de sueño tan irregulares que es extraño encontrarle durmiendo a una hora exacta. 

Con la cabeza fría, tras haber dormido y con una buena dosis de expresso encima... siento que parte de mi enfado con él se ha esfumado.

Después de que su propia familia le diera la espalda luego de haber sido expulsado de la universidad y haberse quemado el rostro, según me contó alguna vez, el fabricar armas y venderlas ha sido lo que le ha mantenido con vida y le ha dado los medios para subsistir, aun viviendo en un lugar sucio, oscuro y frío sin la compañía de nadie más por varios años.

Dejo los donuts y el vaso de café, que ya se ha enfriado bastante, sobre el escritorio y le pongo una mano sobre el hombro a Nikolas, moviéndolo levemente. Me sienta mal despertarle cuando parece haberse quedado dormido hace poco y cuando luce tan cansado, pero no le he visto comer absolutamente nada desde que llegamos aquí.

Nikolas se mueve, incómodo, y gimotea un gruñido en voz baja.

—Levántate de ahí y come algo —le digo, y lo muevo otra vez—. Te traje el desayuno.

Aquel deja ver sus inquietantes pupilas oscuras bajo sus párpados y me observa unos instantes antes de quitarme la vista y erguirse dificultosamente en la silla, llevándose una mano a la espalda baja. Le pongo en frente los donuts y el café. Los mira sin comprender, como si le estuviese ofreciendo un bicharraco muerto y no comida.

—Lo han comprado Byron y Chris. Como agradecimiento.

Nikolas asiente lentamente. Imagino que usualmente no espera la gratitud de nadie. Se apresura a darle un sorbo al café.

—No apareciste, así que se ha enfriado —le explico, pero no parece que le importe. Lo apura y se lo termina de cinco largos tragos.

No dice más y le da una mordida al donut. Mientras mastica se pone en pie para empezar a recoger las cosas desperdigadas en su escritorio. Noto que acomoda con cuidado un pequeño tubo lleno de sangre en un recipiente y le da otro mordisco apresurado a la dona.

No concibo cómo consigue comer con el olor putrefacto que emana del cadáver e impregna el aire.

—Apesta. No hay ventanas aquí; quizás deberíamos mover esa cosa a otra habitación. ¿Has averiguado algo?

—Las moscas y los insectos no se le acercan para nada —explica casi de forma automática, con voz casi robótica—. Tampoco ha atraído cucarachas o ratas, no cría larvas... Tomé varias muestras de sangre y algunas de tejido, pero ya no le queda ni una sola gota en el cuerpo, como si se hubiese evaporado por completo. También tomé el colmillo que le quedaba.

—¿Y las muestras?

—No tengo lo necesario para analizarlas. Ni las de Caleb.

—Entiendo —susurro, sin más que añadir. 

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETAOnde histórias criam vida. Descubra agora