31. Un amigo necesitado - Byron

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Byron - Maryland

Carretera – Nov, 17:45


Cassie va extrañamente callada desde hace un rato. En ocasiones, aparto la vista de la carretera para echarle un vistazo. La niña contempla el paisaje por la ventana, con la cabeza apoyada en la mano; el brazo apoyado a su vez en la puerta. De vez en cuando, cambia la emisora de radio cuando la música deja paso a los anuncios o a las noticias, supongo que para evitar toparse con alguna nueva información sobre el caso de la novia de Caleb. Me pregunto si continúa dándole vueltas a ese tema, si sigue enfadada, triste o molesta, y cuánto tiempo seguirá preocupada sobre ese tema.

Ya es prácticamente de noche, aunque solo son las seis de la tarde. El invierno se va acercando poco a poco. La carretera está oscura, sin ninguna farola que la ilumine. La única luz proviene de los faros del coche. Todavía nos queda atravesar todo el estado de Maryland, y dar un rodeo para evitar Washington, antes de llegar a Virginia. Y, una vez allí, conducir hasta Richmond y encontrar el maldito aquelarre de vampiros. Puede que la cabeza de Cassie no deje de pensar en Caleb, pero la mía no deja de pensar en Wallace Salazar.

De repente, empieza a vibrar el móvil en mi bolsillo, interrumpiendo mis pensamientos, los de Cassie y el silencio arrullador que los hacía posibles. Me llevo la mano al bolsillo del vaquero y me remuevo en el asiento lo justo para conseguir sacarlo, preguntándome quién me estará llamando. Muy poca gente tiene mi número de teléfono. Cuando miro la pantalla, una arruga me cruza el rostro. Pulso la tecla del teléfono verde y me llevo el aparato a la oreja.

— ¿Chris?

Al instante, Cassie se incorpora en el asiento y se gira en mi dirección, con los ojos muy abiertos y atentos. La ignoro y me centro en la conversación.

Byron — saluda mi amigo al otro lado de la línea.

Me tenso un poco. Hace mucho que no hablo con Chris, desde que nos separamos. Nuestro encuentro en la gasolinera hace dos días fue casi un milagro.

Necesito un favor — me pide, al cabo de unos segundos.

— ¿El qué? — pregunto.

Estoy en Philadelphia. Necesito que vuelvas.

Resoplo.

— Tío, acabo de irme de Pennsylvania. Tienes que darme algo más que eso.

Es una misión peligrosa y no puedo hacerlo solo.

— ¿No puedes llamar al viejo? — inquiero.

De eso se trata... — murmura él.

Inconscientemente, levanto un poco el pie del acelerador.

— ¿Qué ocurre? — pregunto lentamente, con la mosca detrás de la oreja.

Chris se toma su tiempo en contestar.

En la gasolinera..., no fui del todo honesto contigo.

Respiro profundamente, recordando nuestra conversación de hace dos días.


**flashback**


"La luz de la gasolinera nos ilumina.

— Creía que cazabas solo — me comenta, haciendo un ademán con la cabeza, señalando al coche al que acaba de subirse Cassie.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora