HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETA

29. La radio - Nikolas

Nikolas - Philadelphia

Fabrica abandonada, Nov. 12:40pm

—De modo que sencillamente te dijeron: "Tío Nee, ¿podemos salir solos y sin decirte exactamente a dónde vamos ni cuándo regresaremos, si es que regresamos?" y tú sencillamente les dejaste ir sin decirles nada —se queja Nevent. No estoy seguro de cuánto tiempo lleva regañándome, pero sí estoy seguro de que, si hubiese salido en vez de eso a buscar a los chiquillos, ya los hubiese encontrado a estas alturas.

—No molestes —gruño, sin poder concentrarme en mi trabajo.

—No puedo creer que no pueda confiar en ti ni siquiera para algo tan simple como vigilar a unos niños por un par de horas. Ahora quién sabe dónde se habrán metido esos chicos, solos con un hombre lobo y un vampiro suelto por ahí que muy probablemente tenga el olor de Cassie y fuera capaz de detectarla si regresa por aquí.

—Qué desgracia —ironizo. 

Entonces siento el tirón de Nevi en el cuello de la ropa y tengo que mantenerme en la punta de los pies cuando este me eleva del suelo por las mismas.

—Yo te daré algo de que...

—Nevi —dice de pronto una voz cerca de nosotros. Es el muchacho albino. El mayor. Los chiquillos están de vuelta.

Cassie nos observa preocupada.

—¿Estabais discutiendo?

—Esto es entre mami y papi, cariño. No os metáis —me burlo y Nevi me da tal empujón al momento de soltarme que tengo que sostenerme al mesón de trabajo para no caer. Los muchachos retroceden asustados con el ruido del vibrar de la mesa.

—¿Dónde demonios os habíais metido? —se dirige entonces al mayor, salvando la distancia entre ellos de una zancada y hundiéndole el índice contra el pecho.— Micah, ¿se puede saber qué estabais haciendo?

El pequeño reacciona de inmediato, poniéndose entre ambos, y asentándole ambas manos contra el estómago en un intento de apartarle. No sólo él, también Cassie interviene, poniéndose detrás de Nevi envolviendo uno de sus brazos con ambos de los suyos y tirando de él para detenerle. Al mismo tiempo, incluso el perro muerde una esquina del pantalón de Nevi y empieza a jalar de él suavemente, gruñendo por lo bajo y meneando la cola; instado por el juego que cree que ha iniciado la chiquilla:

—¡No te enfades con él! ¡Fue idea mía!

—¿Así que tú eres la instigadora? —Nevi se vuelve hacia ella con las manos en la cintura.— Espera a que venga Byron y le cuente que te has ido sin su permiso. ¿Qué dirá entonces?

—No seas chivato—se queja ella, testarudamente.

No puedo sino menear la cabeza y reírme de la situación. Nevent, el peligroso cazador de vampiros y hombres lobo, batallando con un grupo de inocentes chiquillos y un perro. Puedo ver en su expresión aliviada que no está enojado. Sólo metiéndose con ellos para darles una lección. Empiezo a preguntarme cómo sería su relación con sus hermanos, de lo poco que ha llegado a contarme. Con los chiquillos huérfanos a los que consideraba como tales... Hace tiempo que no veía a Nevi tan relajado. Incluso al punto de parecer cómodo entre tanta gente, cuando antes era una de las personas más desconfiadas que había conocido. Como si hubiese vuelto atrás en el tiempo...

Sacudo la cabeza para librarme de los sentimentalismos y doy una media vuelta para volver a mi trabajo.

—A la próxima, esperad a que yo llegue u obligad a Nee a ir con vosotros. —Le arrojo una mirada amenazadora y llena de reproche cuando dice aquello.— Aunque ha pasado tanto tiempo desde la última vez que vio el sol, que puede que se convierta en cenizas.