48. Demostración I - Nevi

291 64 92
                                    

Nevi - Philadelphia
Fabrica abandonada, Nov. 6:40am


Temprano por la mañana, luego de haber dormido un par de horas tras el incidente de la madrugada, Micah vuelve a estar frente a mí. 

Puedo percibir cierto tinte inseguro en su rostro y su forma de andar no es tan fluida como ayer. Imagino que empieza a sentir el dolor de los golpes de nuestro primer entrenamiento, o quizás se deba a que sus músculos han sufrido una transición demasiado brusca de un estado sedentario a moverse durante dos horas sin descanso.

Presiento que darle otra paliza similar o peor va a ser igual o más fácil que ayer, pero después de darle un par de vueltas durante la noche, antes de dormirme, he resuelto que no seré tan duro en esta ocasión y le daré más tiempo a aclimatarse.

—¿Por qué a esta hora? —me cuestiona Micah—. Creí que... 

—Regla número uno, no me cuestiones. Regla número dos, cállate —le explico, con las mismas palabras que en su momento usé en Caleb—. Copo de Nieve aún duerme. Podemos despreocuparnos de él. Además, a esta hora terminaremos a eso de las diez, y es menos probable que enfermes si te duchas con agua fría de nuevo.

Conforme me explico, estiro una a una mis extremidades y destenso el resto de mis músculos rotando los hombros.

Viendo que Micah continúa parado sin hacer nada, suelto un chasquido y voy hasta él, con lo cual retrocede un tieso paso, intimidado. 

Le obligo a librarse de la sudadera, la cual arrojo a un lado y después me posiciono frente a él, empezando a atarme el pelo a la nuca. He dejado por ahora los vaqueros y la camiseta de cuello alto, pero también la ropa que uso para cazar. En cambio, llevo la ropa más ligera que tengo, la cual consistente en pantalones de gimnasia, deportivas y una camiseta holgada. 

La mañana está fría, pero entraremos en calor dentro de poco. Empiezo por indicarle un par de ejercicios fáciles para estirar y él los lleva a cabo con éxito, imitando mis movimientos.

Después de ocupar unos cinco minutos en eso, me alejo a una distancia moderada, vuelvo a adoptar mi posición acostumbrada de pelea y Micah imita nerviosamente el ademán.

—Relájate, Whitey —le aconsejo, percibiendo que se ha puesto más tenso—. No voy a ser tan duro esta vez. Ayer me di cuenta de que no rindió muchos frutos. Esta vez, me atacarás y sólo esquivaré, ¿de acuerdo?

Micah asiente, aunque su rigidez de postura no lo abandona. Clava sus extraños ojos violáceos en mí, respira profundamente y después de considerarlo un minuto, lanza una patada que bloqueo a poca distancia de mi rostro con el antebrazo.

—Mantén firme tu espalda baja cuando des patadas. Fija tu objetivo, delimita un tope imaginario por si acaso no consigues darle y después vuelve a tu posición, o vas a irte de culo al piso.

Habiendo fallado, retorna a su lugar y lanza un puñetazo que atajo fácilmente dentro de mi palma, para luego esquivar otro, solo moviendo la cabeza a un lado. Micah tiene fuerza, y sus golpes son buenos; pero son poco calculados y en el intento de corregir eso eso se nos van algunos minutos que pasan demasiado lentos, solo esquivando sus golpes demasiado predecibles.

—No te estás esforzando nada, vamos ¿es todo lo que tienes? —me quejo, renunciando a mi regla auto-impuesta de no responder y propinándole un golpe no demasiado fuerte contra el pecho, solo para picarlo un poco y que empiece a tomárselo en serio. 

Micah ataca con más fuerza, y si bien escucha mis consejos y sus movimientos empiezan a hacerse más fluidos, todavía siento que algo falta; pero puedo ver que se está esforzando por aprender.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETAWhere stories live. Discover now