11. La calma después de la lluvia - Byron

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Byron - Philadelphia

Shamrock Park - Nov 14.50pm


Al principio soy incapaz de reaccionar. La sangre del joven neófito cubre todo el suelo a nuestros pies, impregnándolo todo de un fuerte olor. Es inútil que intentemos seguir al vampiro que se lo ha cargado, es mucho más rápido que nosotros. Me agacho junto al cuerpo del muchacho, ante la inútil posibilidad de que siga con vida, pero si ya solo su rostro desfigurado, mojado y ensangrentado con una expresión de absoluta sorpresa, sus ojos medio desorbitados y su boca goteando sangre no fuera suficiente, la herida de su pecho lo apoya. Tomo su pulso, y compruebo que, efectivamente, no cabe ninguna duda. Está muerto.

Aprieto los puños en silencio.

— Se nos han adelantado... — murmura Nevent.

Casi no le doy tiempo a terminar de hablar cuando me levanto en un arrebato de ira y le doy un puñetazo con todas mis fuerzas al remolque de una furgoneta acompañado de un grito de rabia. La carrocería apenas se abolla y me hago daño, aunque no lo demuestro.

— ¡Mierda! — grito, cabreado, sin poder contenerme. — ¡Joder! ¡Mierda!

Doy otro puñetazo, y otro, uno acompañado por cada palabrota, ciego de rabia, y el dolor de la mano se multiplica, pero me da igual. Ahora mismo, el dolor es el menor de mis problemas. Lo he perdido. He perdido mi único camino, mi única pista, mi única posibilidad de encontrar a Salazar. Siempre se escapa. Siempre se me escurre de entre los dedos. Siempre, cuando estoy a punto de dar con él, se volatiliza, como un espectro.

— Byron, cálmate... — escucho decir a Chris a varios metros a mi espalda.

— ¡No me digas que me calme! — exclamo, dándome la vuelta a toca velocidad para encararle.

Pero me quedo petrificado. A su lado, en silencio, observándome con semblante preocupado, está Cassie.

Solamente con verla, el enfado empieza a disiparse. ¿Cuánto habrá visto? ¿Me habrá visto torturando al vampiro? ¿Habrá visto su muerte? ¿Y a mí desahogándome contra la furgoneta de algún pobre diablo? Veo de reojo que Chris se mueve un par de pasos para ocultar el cadáver del vampiro de la vista de la niña, pero ella solo me mira a mí. Y avanza en mi dirección. Me siento incapaz de moverme.

— ¿Estás bien? — me pregunta, cuando llega hasta mí. Su voz suena suave y preocupada.

¿Qué le contesto? Debería mentirle de nuevo, decirle que estoy bien, para que no se preocupe, para que no haga preguntas, pero me siento incapaz.

— No — respondo, aunque mi voz ya no suena tan enfadada.

— ¿Te has hecho daño en la mano? — vuelve a preguntar, señalándome aquella con la que he golpeado al coche. Y al vampiro.

Me la miro, y muevo un poco los dedos, desentumeciéndolos y comprobando que me duelen más de lo que pensaba.

— Un poco — le admito.

Ella toma mi mano, grande y magullada por haber dado tantos golpes en tan poco tiempo, mojada de agua bendita y —aunque me doy cuenta demasiado tarde— también manchada de sangre. La toma con sus dos pequeñas manos de niña, limpias, con uñas pequeñas y la contempla un segundo. Luego, acerca su rostro a ella y, ante mi mirada sorprendida, planta un ligero beso sobre el nudillo del dedo medio. Después levanta la cabeza y me contempla.

— ¿Mejor?

Abro la boca, pero ningún sonido sale de ella. Noto una extraña sensación en el pecho. No es una presión, como la que sentía hasta hace un momento. No, es una sensación de calidez. De repente, soy consciente de que mi rabia ha desaparecido. Dejo salir el aire por la nariz y cierro los ojos mientras las comisuras se me curvan hacia arriba.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETAWhere stories live. Discover now