38. Caleb y Nevi - Nevi

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Nevi - Philadelphia

Fábrica, Nov 02:10am

Caleb está completamente desconsolado. A estas alturas, ¿realmente hay algo que cualquiera de nosotros pueda decir para hacerle sentir mejor?

Permitirle formar parte de esta misión fue como darle nuestra completa confianza de que podía hacerlo bien, pero está claro que nos precipitamos. Las probabilidades de que algo sucediera eran demasiado altas. Nos arriesgamos demasiado en lo que respectaba a Caleb y la responsabilidad no recae sobre él; sino más bien, sobre tres cazadores experimentados que aun conociendo bien el carácter impredecible de una criatura como un licántropo neófito, le pusimos esta carga al muchacho sobre los hombros. La presencia de Nikolas no ayuda, y es posible que Byron represente una figura mayor, de intimidación y de respeto a la que el chico todavía teme un poco. Por no hablar de que estuvo a punto de matarle en una ocasión por un motivo similar a este.

—¿Me permitís un minuto a solas con él? —pido sin mirarles, perdido en mis pensamientos, dando vueltas desde ya a lo que diré. Caleb levanta la vista para verme, sorprendido.

Siento la intensa mirada de los demás sobre mí y me giro para verlos. Byron consulta a Nikolas con la mirada y aquel solo se encoge de hombros.

—¿Estás seguro? —pregunta Byron. Caleb baja aún más la mirada y yo doy una cabeceada.

Byron asiente y da media vuelta para marcharse. Antes de que Nikolas se vaya, lo detengo para introducir la mano en su bolsillo y hacerme con la llave de los grilletes. Byron no se demora en percatarse y me observa ceñudo. Sé lo que piensa. Los niños duermen un piso por encima y Caleb continua en un estado emocional muy frágil. Si algo pasara...

—Podéis cerrar la puerta si queréis.

—Sólo se cierra desde afuera —me recuerda Nee y yo respondo con otro asentimiento.

—Tocaré cuando estemos listos para salir. Confía en mí —le digo en voz baja.

Nee es el último en salir, y antes de cerrar se asoma por la puerta entreabierta y me dirige una sonrisa:

—No hagáis travesuras aquí. Recuerda que aún quiero estrenar este lugar.

—Lárgate ya —siseo y le escucho carcajearse en el instante en que vuelve a cerrar la puerta con un golpe reverberante.

Caleb me observa desde su sitio ovillado en el suelo sin comprender. En el momento en que me agacho junto a él, se estremece, casi huyendo de mi cercanía. Su condición es realmente penosa. En el instante en que deja de mirarme para hundir la cabeza entre sus brazos, introduzco la llave en la cerradura de los grilletes que envuelven sus muñecas y le doy una vuelta haciendo que estos caigan ruidosamente sobre el suelo con el chillido de las cadenas. Caleb me observa con los ojos muy abiertos y hace el intento de alejarse de mí nuevamente:

—¡¿Qué haces?! ¡He dicho que...!

—No voy a tratar con ningún animal peligroso encadenado. Lo que quiero es hablar con Caleb, el muchacho con el que hasta hace un par de horas estaba bromeando —le digo como si no fuera gran cosa. No puede confiar en sí mismo si nadie más está dispuesto a confiar en él.

Apartando las cadenas y me siento a su lado. Aunque no quiero tratarle como a la bestia que cree que es, mi modo de actuar es inconscientemente el que usaría con un canino. Procuro ponerme a su nivel y lado a lado con el fin de evitar parecer una amenaza y así mantenerlo relajado. Tres adultos apostados sobre él, hecho un ovillo en el suelo y encadenado era una situación algo represiva e imponente para él.

—¿Cómo te sientes? —empiezo. Dirijo la vista a la zona en que su ropa está manchada de sangre— ¿Ya han sanado tus heridas?

Caleb se lleva instintivamente la palma de la mano al abdomen y asiente.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETAWhere stories live. Discover now