2. Un tour grotesco II - Nikolas

313 72 51
                                    

Nikolas - Philadelphia
Fabrica abandonada, Nov. 07:30am

Poco después de que Nevi se vaya, salgo de mi pequeño y chapucero laboratorio para ir hasta donde se reúnen los críos que aparentemente cuido desde hace un par de días. Les encuentro reunidos en la estancia principal. Ninguno parece tener más de veinte años; y aún así estoy un poco joven para ser su madre...

—Veamos... Whitey, Copo de nieve, Spike...

Cuando hablo, todos ellos levantan una mirada de reproche hacia mí; y me hacen distender una risa. Los motes no me salen tan bien como a Nevi.

—Sería más fácil si los llamara Uno, Dos, y Tres; pero me apegaré a Micah, Abel y Caleb. ¿Es correcto?

El muchacho lobo me mira por unos instantes, y habla torciendo una risa sin rastro de humor:

—Casi empezaba a olvidarme de mi verdadero nombre.

—No te lo tomes como algo personal. Nevi es así. Acostumbra a ponerle motes a la gente. Sobre todo a la que no respeta.

—¿Te respeta a ti?

—No; pero no le conviene enfadarme, ya que soy quien le fabrica las armas — le sonrío, limpiándome las manos en los laterales de mis pantalones.

—¿Eres el único que las hace? — inquiere Micah.

—Más bien tiene que ver con el hecho de que podría dejarlo en una silla de ruedas para el resto de su vida o volarle la dos manos solo con trucar un poco alguna de sus herramientas si consigue sacarme de quicio un día.

Noto que los chicos se estremecen y aquello me provoca una sonrisa. Nunca había tratado con gente mucho más joven que yo y empiezo a creer que esto podría resultar divertido.

—Entonces... ¿fabricas armas? —pregunta Caleb con cierta inseguridad.

—Algunas. Otras más sólo las modifico y armo alguna que otra con piezas de otras que ya no sirven. Mejoradas, por supuesto. Y otras más son de mi propia creación.

Los muchachos mayores se observan ceñudos entre sí.

—Iba ahora mismo a buscar algunas cosas. Ya que están aquí y que no tienen nada mejor que hacer, ¿quieren ir conmigo y echar un vistazo a mi pequeño arsenal? —Caleb levanta la vista y mira a los demás presentes. Parece que la idea le espanta particularmente a él.

Micah y su hermano se dirigen una mirada inquisitiva y empiezo a moverme sin esperar respuestas. Antes de saberlo, tengo a los tres chicos detrás de mí, andando a paso cauteloso.

Los conduzco hasta la parte exterior de la fábrica, en donde hay un almacén cerrado con llave que me sirve de bodega, en donde guardo la mayoría de mis artefactos. Cuando meto la llave en la cerradura, noto que Caleb se sobresalta.

—Woah... espera. ¿Por qué la puerta tiene llave? — Su pregunta me parece bastante inocente y estoy por responderle cuando añade—. ¿Qué pretendes con nosotros?

Cuando volteo para verlos sobre el hombro, la pregunta del muchacho ha suscitado en todos expresiones llenas de terror. Me ataca un súbito acceso de carcajada que soy incapaz de frenar.

—¿Sabes? lo gracioso es que lo que probablemente te estás imaginando ni siquiera me había pasado por la mente. Pero, ¿sabes qué es más gracioso todavía? —Caleb me observa expectante— Que hubiesen caído redonditos —meneo la cabeza en lo que abro la puerta de la bodega—. En el futuro no me des ideas tan buenas.

Los chiquillos se miran entre sí con desconfianza. El pequeño no entiende nada.

—No sean tímidos. Yo soy uno solo y ustedes son dos y un hombre lobo.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora