HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETA

22. Prueba de confianza - Nevi

Nevi - Philadelphia

Fábrica, Nov 09:20am

Habiéndonos apartado de los más jóvenes, adivino que nos ocupa un tema que los niños no deben escuchar. Me apoyo contra el vehículo y formamos un cerrado círculo entre los tres:

—¿Y bien?

Los hombres se observan como si decidieran quien de los dos empezará a hablar, y lo hace Chris.

—Antes de venir aquí, Byron y yo tuvimos un encuentro con una extraña secta.

—¿Una secta, dices? —repito, sorbiendo mi café. Ya me he acabado el donut y sólo los escucho, saboreando el regusto amargo de la bebida caliente— ¿Cuántos?

—Alrededor de veinte. Pero ya no queda ninguno.

Sonrío al captar la confesión implícita:

—Dos hombres, una niña y un perro. Impresionante.

—Dos hombres y una bomba bien oculta.

Alzo las cejas, en señal de sorpresa y apuro otro sorbo de café. En ese instante, Chris saca el móvil desde el bolsillo de sus vaqueros y me muestra una foto. Yo la recibo y la observo de cada ángulo posible:

—No reconozco el símbolo —los escucho suspirar casi al unísono y entonces le devuelvo el teléfono a Chris —. Imagino, por esa reacción, que vosotros tampoco.

—El demonio al que intentaban invocar se llama Baer-ha-Bher. "Cazador de cazadores".

Me quedo en silencio unos instantes buscando más pistas sobre esa información en la expresión de ambos. Pero su nombre ya de por sí es bastante explicativo...

—Tampoco me suena... pero no parece un tipo muy amigable.

—Sus devotos capturan cazadores y se los ofrendan en sacrificio — explica el de ojos azules. — No estamos seguros de qué tan extensa sea la secta. No sabemos si quedan más integrantes. Pero pensamos que deberías saberlo, y andar con cuidado.

Doy una cabeceada, acabándome el café.

—Lo tendré en cuenta. Gracias por la advertencia. ¿Hay algo más que hayáis podido averiguar?

Byron y Chris intercambian una rápida mirada:

—Sospechamos que podrían estar involucrados con la desaparición de John Scott — explica Byron, ante la vacilación de su amigo. Puedo notar un punto de tensión en su voz. — ¿Lo conoces?

—He oído hablar de él. Un veterano —asiento—. No supe que había desaparecido. Sólo que un día ya no se habló más de él.

Cuando digo aquello, noto que Chris se pone tenso y exhala disimuladamente. Byron abre la boca para decir algo, pero en cambio calla.

—¿Era muy cercano a vosotros dos? —aventuro. Chris me observa unos segundos, luego a Byron. Este da una lenta cabeceada.

—John Scott era mi padre. Es —se corrige a sí mismo—. Es mi padre.

Observo a Chris unos momentos. No puedo evitar que su confesión me sobrecoja. Ese sentimiento... el de haber perdido a alguien tan importante. La incertidumbre de no saber si está vivo o muerto.

—Lo siento —murmuro.

—El líder de los sectarios conocía su nombre. Pero aseguraron no saber nada más al respecto. Sin embargo, es algo que quisiera corroborar por mi propia cuenta.