31. Un vicio oculto - Nevi

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Nevi - Philadelphia

Fábrica abandonada, Nov 19:50pm


El día pasa de nuevo, tan rápido como pasó el anterior. Byron y Chris, junto con Cassie y el perro están por pasar aquí su tercera noche y no ha habido pistas del vampiro ni tampoco de la secta. Pero estamos cerca de hacer algo respecto a Caleb; y eso mantiene ocupada nuestra mente. Esta tarde hemos hablado los tres cazadores y no vamos para nada cortos en armamento. Lo único que falta es el vehículo, a lo cual Byron asegura que ya está casi arreglado. Las cosas avanzan bien y la ansiedad crece poco a poco.

Una salida por los alrededores para despejarme y caminar un poco termina poniéndome en frente a un autoservicio al que entro a comprar un par de cosas. Salgo de allí con una bolsa de comida en una mano y en la otra un pack de cervezas. Mi billetera está cada vez más flaca, pero últimamente, con lo de Caleb, los muchachos y la aparición del vampiro, no he tenido mucho tiempo de buscar trabajillos por ahí, e imagino que pronto vendrá siendo hora.

Cuando llego a la fábrica, Byron está agachado junto a la estufa, y Cassie está sentada a su lado, observándole como si estuviese haciendo la labor más interesante del mundo.

—Nee no tardó tanto.

—Pues la próxima vez puedes decirle a Nee que te lleve en su coche a cazar vampiros. O que te compre rosquillas y chocolate. O te enseñe símbolos —dice Byron tranquilamente.

—Está bien, no te enfades —dice la chiquilla rodando los ojos, pero alcanzo a ver que Byron tuerce algo parecido a una sonrisa.

Cuando me notan entrando por la puerta con bolsas, Cassie se levanta y se aproxima en un ligero trote:

—¿Qué has traído?

—Leche para los mocosos —le digo, sacando de la bolsa un paquete de cartones de leche chocolateada individuales y dándosela para que vaya a repartirlos, junto con algunos paquetes de galletas y una bolsa grande de patatas fritas. Y añado, rompiendo el plástico del pack de cerveza:— Y leche para los grandes. Eh, Byron —le digo al momento de lanzarle una lata y que él la atrape en el aire.

Le lanzo otra a Chris; que está cerca de Byron, con las herramientas en la mano, facilitándole las que va necesitando; y me hago con otra de ellas, abriéndola sin demora y dándole un largo sorbo al momento en que me acerco a Byron. Él se toma un descanso, limpiándose las manos de grasa en un paño viejo:

—¿Cómo vas con eso?

—Nikolas me dejó algunas de sus herramientas. Creo que puedo hacer que funcione.

—¿Necesitáis ayuda?

—No, ya falta poco —dice él, dándole un trago a la cerveza y dejándola sobre el suelo para seguir trabajando.

Miro a mi alrededor y noto que Nee no está allí. Debe estar encerrado otra vez. Cassie regresa tras haber repartido la comida, con una galleta en la boca y una caja de leche en la mano, la cual estruja apresuradamente. Cuando Byron da otro sorbo a su cerveza, Cassie hace un respingo:

—Apuesto a que es tan mala como el café.

—Hey —le digo a la chiquilla.— Es de la barata, pero tampoco la insultes. Me estoy quedando sin fondos para alimentaros.

—Caleb cree que podríamos hacer una venta de garaje con las cosas del vertedero. Ganaríamos un montón.

Noto que ya no hay música puesta en la radio y al mirar a mi alrededor, entiendo por qué. Abel está dormido otra vez, entre los brazos de su hermano, a pesar de que aún no es de noche.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETAOù les histoires vivent. Découvrez maintenant