18. El quarterback - Caleb

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Caleb - Aberdeen (Maryland)

Instituto West Aberdeen High – Nov, 16:45


El agua caliente me revive por completo, llevándose por el desagüe el sudor y la tierra de mi cuerpo. El vaho empieza a pegarse a los azulejos y en menos de dos minutos el vestuario entero se envuelve en una nube de vapor. El de hoy ha sido uno de los mejores entrenamientos de lo que va de trimestre, y si seguimos con este ritmo es probable que clasifiquemos para la liga regional.

― ¿Qué tal va ese hombro, Jasper?

La voz sale de la ducha de al lado. Es Scottie, uno de los defensas. 

― Bien. La rehabilitación ha hecho milagros. Ahora ya puedo meterte un placaje sin miedo, e incluso hacerte un capón.

Oigo un par de pisadas seguidas de unas salpicaduras de agua y la voz de Scottie quejándose. Me río debajo del chorro mientras me enjabono el pelo y enseguida escucho a alguien escupir agua al otro lado del muro de azulejos.

― ¿Habéis visto a Gwen y sus amigas en las gradas? ― pregunta Jasper.

― No te hagas ilusiones – responde Scottie. ― Todos sabemos a quién ha venido a ver.

Pongo los ojos en blanco, siendo aludido.

― ¿Aún no lo ha superado? ― vuelve a preguntar Jasper.

― Parece que no – respondo, sabiendo que la pregunta va para mí.

― ¿Cuánto hace que lo dejasteis? ¿Dos semanas?

Empiezo a aclararme el jabón del pelo.

― Tres – vuelvo a responder.

― Es lo que tiene salir con el quarterback – se ríe Scottie.

Yo me río también. Cierro el grifo, cojo la toalla y salgo de la ducha.

***

Cuando salimos del vestuario, miro hacia las gradas, solo para comprobar lo que ya me imaginaba: Gwen sigue allí. Está sentada en las gradas, sola, con la cazadora puesta y esa expresión de tristeza que la acompaña siempre desde que rompí con ella. La chica era simpática y guapa, pero no teníamos nada en común. Además, yo no soy de relaciones serias. Me gustan las chicas, divertirme con ellas, pero me canso enseguida de la misma. El problema que tenía Gwen es que eso no lo entendía. Le hice daño, sí, pero no puedo permitirme sentirme mal por ello. Me está mirando a través de sus gafas de montura negra, pero no le hago ningún gesto y trato de ignorar su presencia. Cuando antes se olvide de mí, mejor.

― ¡Caleb!

Alguien me sale al paso y se me lanza a los brazos, y no necesito verle la cara para saber que se trata de Chelsea. Ya me conozco de memoria su perfume de melocotón y su risa cantarina. Y, por si tenía alguna duda, el beso que me planta en la boca lo confirma. Se aparta de mí al cabo de mucho segundos y contemplo su cara ovalada,sus ojos verdes y sus largas pestañas negras llenas de rímel. Pelirroja, guapa y con un cuerpo de infarto. Todavía va vestida de animadora.

― ¿Has acabado ya el entrenamiento? – le pregunto.

― Sí. ¿Esperas a que me cambie y nos vamos?

― Los chicos y yo vamos a echar un billar en Cody's. ¿Por qué no os apuntáis? ― pregunto, haciendo un ademán hacia el resto de las animadoras, que se han quedado hablando con mis compañeros del equipo de fútbol americano.

De todos es sabido que los miembros de equipo y las animadoras están liados entre ellos. Somos una piña y los más populares del instituto. También dice que el resto de alumnos en el instituto nos odian o nos tienen envidia pero, sinceramente, nos da igual.

― Me parece genial – dice Chelsea, y luego se me acerca al oído para añadir en un susurro. ― Pero solo si me prometes que después estaremos solos.

Me acerco a su oreja.

― Dalo por hecho – le susurro yo también.

Ella sonríe y se ríe, y yo la beso largamente, metiendo lengua hasta donde ella me deja, que es mucho.

― ¡Venga Caleb, vámonos! ― oigo que me llama Jasper.

Me separo de Chelsea.

― Nos vemos en un rato – me despido.

Ella me da otro pico.

― Adiós.

Le guiño un ojo y vuelvo con mis amigos. Jasper me pasa el brazo por los hombros y se ríe.

― ¿Lo has hecho a propósito? – me pregunta Scottie, con una expresión mezcla de incredulidad y diversión.

― ¿El qué? – pregunto sin intender a qué se refiere.

― ¿No has visto la cara que ha puesto Gwen?

Me río.

― Ni siquiera me he acordado de ella ― confieso.

Mis amigos se ríen.

― ¡Qué crack!

Avanzamos todos hacia mi coche, aparcado a la entrada del gimnasio. El día ha ido bien y la noche va a ir aún mejor.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETAWhere stories live. Discover now