Una súbita plaga de criaturas oscuras asola la ciudad de Philadelphia.
Byron y Nevi son dos solitarios cazadores que han dedicado toda su vida a exterminar seres sobrenaturales.
Aliados por una causa común, tendrán que luchar para mantener a raya l...
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Nevi - Philadelphia Fábrica abandonada, Nov 19:50pm
El edificio que constituye la fábrica se recorta contra el cielo gris amarillento de la tarde como una colosal figura cuadrada con un par de torres cilíndricas en el techo, por las que en algún punto, cuando la fábrica estaba todavía en funcionamiento antes de ser arrasada por lo que parece haber sido un gran incendio y posteriormente abandonada, debieron erigirse grandes y espesas volutas de humo negro, pero que hoy en día están allí inutilizadas y a punto de caerse por el deterioro. La construcción se conforma de una mezcla de ladrillo gris, gastado y avejentado, enmohecido en las áreas más próximas al suelo, y paneles de metal acribillados por el transcurso de los años y de un color marrón amarillento a causa del daño por óxido debido a la humedad dada su proximidad con el río Delaware, el cual transcurre caudaloso a las orillas del extenso terreno baldío en que se haya erigida la edificación.
Es un sitio que hace un par de años me sirvió como refugio durante una de mis andanzas y el cual acabé visitando en los años siguientes con cierta frecuencia; no porque sea un lugar especialmente acogedor —pues la fachada no podría resultar más hostil a la vista—; sino más bien... por quién habita en sus adentros.
Cuando salvo el terreno llano y salpicado de hierbajos hasta la entrada del sitio y penetro al interior, la estancia está igual que siempre; sucia, polvorienta y llena de bicharracos. Es enorme y oscura; con paredes de ladrillo derruidas y revestidas de metal corroído similar al exterior, pisos de hormigón carcomido, un techo apolillado que da a una segunda planta, muchas habitaciones vacías, y completamente desprovista de puertas o ventanas que no estén rotas.
Parece que ninguna persona ha pisado el lugar en años. Me pregunto si dar esa impresión es la genuina intención de la condición deplorable de este sitio, o si a la persona que de hecho vive aquí realmente no le importa vivir en un lugar tan miserable.
Avanzo por la vieja fábrica abandonada, pateando lo que encuentro a mi paso con cierto disgusto. Parece un enorme laberinto, sucio y lleno de telarañas, pero al haber estado aquí antes un par de veces, sé exactamente hacia dónde tengo que ir.
A medida que avanzo, empiezo a escuchar sonidos. Primero son murmullos y luego el sonido de diferentes tipos de trastos moviéndose de sitio. Algo pesado se cae, produciendo un estrepitoso sonido que produce un eco reverberante. Sigo caminando, esta vez con más cautela, intentando escuchar, con la impresión de que podría haber más de una persona ahora mismo en el lugar.
—... pero, ¿por qué debería? Algo sobre "no es ético experimentar en cosas vivas". ¿No lo hace todo el mundo? —reconozco enseguida su voz, monótona, grave y ligeramente nasal hablando casi entre dientes. Los ecos ambientales, acompañados de un lejano sonido de goteo, y el aullido del viento colándose en los adentros de la fábrica por las ventanas sin cristal, la hacen sonar con cierto punto siniestro; perfectamente acorde a su dueño— ¿Cuál es la diferencia? Yo sé cuál es...
