No siempre es fácil olvidar el pasado. Parte 1

2.8K 397 22
                                    

¡Hola! ¿Me echábais de menos? Yo a vosotros sí. ♥️
_______

Vomitar, eso era lo único que quería en ese momento, pero mi estómago estaba tan vacío y seco que no lo habría conseguido ni con el mejor de los intentos. Se había apoderado de mí esa sensación incómoda que te invade después de contarle un secreto a alguien a quien no estabas seguro de querer revelárselo. Una mezcla de inquietud, remordimiento, vergüenza y vulnerabilidad.

Me había expuesto a él, a alguien que, sin duda, lo utilizaría todo en mi contra. Se había aprovechado de mi debilidad para controlarme y ahora me sentía sucia, asqueada y, aún peor, culpable y aterrada por la atracción que ejercía en mí su compañía. Aquello iba a acabar conmigo.

—¿Qué haces aquí sola?

Me volví y encontré a Lisange. El viento hacía danzar su preciosa cabellera de un lado a otro, como si se moviera al son de una música imaginaria. Su piel seguía pálida, pero tenía mejor aspecto.

—Es agradable —comenté.

Se agachó a mi lado y se sentó sobre una piedra. Miró al horizonte, a la carretera y luego a mí.

—¿Esperando a que regrese? —preguntó.

—Supongo que sí —reconocí—. Pero no ha pasado ni un alma. —Me volví hacia ella—. Literalmente. Nunca viene nadie a este lugar y tampoco creo que él vaya a hacerlo ahora.

—Entonces, ¿por qué estás aquí?

—Intento averiguar si quiero que lo haga.

—¿Por qué no habrías de querer? —Me observó entornando los ojos, preocupada

—No lo sé. —Quería contarle mi sueño, todas aquellas horribles pesadillas que me acosaban cada noche, pero algo me impedía hacerlo—. Tal vez no debería. Yo lo pongo en peligro.

—Es un gran predador, Lena —me recordó, quitándole importancia—. Nadie se atrevería a hacerle daño.

—No sé nada de él. Ha tenido que pasarle algo. —La miré con ansiedad—. Y no me atrevo si quiera a pensar qué pasaría si así fuera... Sería culpa mía —reconocí con el pánico reflejado en mi voz. Ella me puso una mano en el hombro—. Tengo miedo —musité.

—Lo sé, pero él regresará pronto, tal vez con Liam, y todo volverá a la normalidad.

—Pero ha pasado mucho tiempo —insistí.

Ella se concedió un instante antes de contestar.

—Honestamente, Lena, tratándose de Christian Dubois, tendrá varios asuntos pendientes allí, querrá asegurarse de que no queda ningún rastro ni de él ni de ti antes de volver.

—Lisange, ¿tú... tú me entrenarías? —indagué volviéndome hacia ella. Su rostro se ensombreció y se revolvió incómoda.

—No, así que no me lo pidas.

—Pero ¿por qué? —pregunté desesperada.

—No voy a enseñarte a matar a alguien.

—Es... para protegernos.

—No necesitas protegerte. —Me cogió una mano—. Nosotros lo haremos.

—No hablaba solo de mí —alegué, soltándome.

—Tienes buen corazón. Es tu obligación conservarlo. De pronto fue como si viera en ella los largos siglos por los que había pasado.

—¿Qué es lo que te ocurre? —Alzó la mirada hacia mí—. No tienes buen aspecto.

Trilogía Éxodo (Éxodo, Revelación y Jueces)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora