Levanté la cabeza hacia él; no era un hombre muy alto, tenía un vientre prominente y largas patas de gallo en los ojos. A juzgar por lo canoso de su cabello, debía de tener ya una edad avanzada. Me sonreía de forma cortés.
-Estoy bien -mentí.
-El Señor escucha y atiende las necesidades de tu corazón, hija mía.
-No creo que nadie pueda escucharlo, padre.
-Él es Todopoderoso, no pierdas la fe. Nunca abandona a sus hijos.
Aparté la vista y él se alejó de nuevo hacia el altar. En ese preciso momento me sentía bastante abandonada.
-¿Qué haces aquí? -me susurró de pronto una voz al oído.
Pegué un bote por el susto. Habían tardado menos de lo que esperaba en advertir mi ausencia, pero no me volví hacia él.
-Quería saber si podía pisarla -respondí con voz ausente de vida-. Ya sabes, en las historias de terror los no-muertos no pueden pisar las iglesias. -Chasqueé la lengua con amargura-. Pero no me ha pasado nada, y por lo que se ve a ti tampoco. -Tomé aire-. Así que también mienten en eso...
«No le mires», me ordené a mí misma, «no lo hagas o no tendrás la fuerza suficiente».
-Lena...
«No lo hagas, no...»
-Algún día escribiré un libro contando la verdadera historia -continué sin prestarle mayor atención. Él se sentó despacio junto a mí y me cogió de la mano. Volví a respirar hondo y la aparté-. No deberías estar aquí -dije con voz seca.
No podía permitirme bajar la guardia.
-Tú tampoco.
Contemplé fijamente el altar, e intenté concentrar en mi voz el poco empeño que me quedaba.
-Christian, no quiero que me sigas. -Esas palabras me dolieron, pero era lo que había decidido.
-No voy a quedarme sentado observando cómo te alejas de mí.
-No puedes hacer nada.
-Te equivocas si piensas que de verdad te voy a dejar ir. Es demasiado tarde para mí. -Cerré los párpados con fuerza, no debía mirarle-. Si crees que así nos salvarás, cometes un error. -Su voz era suave, pero dura.
Sentí su mano mojada por la lluvia contra mi mejilla y su aroma penetró en mi interior; el contacto de su piel con la mía reavivó todo ese torrente de sentimientos y sensaciones que me abordaban cuando estaba a su lado.
-Me has condenado a vivir atado a ti.
Elevó mi rostro hacia él, todos mis esfuerzos fueron inútiles. Alcé la vista y sus ojos derribaron todas mis barreras.
-Christian... -musité con voz rota.
Me miró de forma intensa; vi brillar en sus pupilas el mismo sufrimiento que había apresado a mi corazón. Su voz se endureció.
-Vayas donde vayas, Lena, llevas una parte muy importante de mí contigo y yo no puedo vivir sin ella. -Me mordí el labio con fuerza para intentar mitigar el escozor de las lágrimas secas-. Has cambiado todo mi mundo. -Se acercó más a mí, poniéndome su otra mano en la mejilla, sujetándome el rostro como si se tratara de algo frágil-. Así que si vas a dejarme más vale que sea porque no me amas como yo a ti, porque como sea por protegerme estarás cayendo en el mayor error que podrías cometer. -Hizo una pequeña pausa y continuó-. Si te vas, acabarás con mi vida de una forma más cruel y despiadada de lo que podría hacerlo cualquier guardián esta noche.
![](https://img.wattpad.com/cover/70340400-288-k940106.jpg)
YOU ARE READING
Trilogía Éxodo (Éxodo, Revelación y Jueces)
ParanormalVoy a darte los tres consejos que a mí no me dieron. Este es el primero: Olvida todo lo que te han contado: los vampiros no existen, los lobos son solo animales y los magos, las hadas y los duendes se encuentran encerrados en grandes tomos de hojas...
No Soy Fuerte. Parte 2
Start from the beginning