El dormitorio estaba a oscuras, pero a pesar de ello Krist sentía cómo los ojos de Singto le seguían con detenimiento. Como si estuviera evaluando si entrar al cuarto o salir corriendo de allí para no volver nunca jamás.
"Tal vez es demasiado pronto...", se dijo mientras que.. con un leve suspiro... se sentaba sobre el borde de la cama y aguardaba, pacientemente, a que el hombre que aún estaba en la puerta de la habitación diera unos pasos hacia el interior.
Finalmente, tras pasar unos minutos y darse cuenta de que Singto no tenía ninguna intención de entrar, Krist suspiró mientras que se llevaba una de sus manos a su cuello... masajeándolo en un intento por calmarse. En un intento por hacer que su corazón volviera a su ritmo normal y que no pareciera a punto de saltar de su pecho.
"Será mejor agarrar el toro por los cuernos...", se dijo, dejando escapar una leve risilla que hizo que Singto, que no se lo esperaba, dejara de observar el dormitorio de la tienda... especialmente los grandes espejos que cubrían las paredes y que reflejaban la leve luz que entraba por la puerta abierta... para mirar hacia Krist con expresión nerviosa.
- "Puedes encender las luces si estás así más cómodo.." - comentó el joven mientras que, con más seguridad de la que realmente sentía, comenzaba a desabrochar los botones de su camisa blanca.
Singto gruñó, pero no dijo nada, tan sólo encendió dos de las luces de la habitación, que estaban sobre el cabezal de la cama, y dio unos pasos hacia el lugar donde estaba sentado Krist. Finalmente, y con expresión algo pálida, se dejó caer a su lado... boca abajo y con las piernas fuera de la cama.
- "Hazlo... no pierdas más el tiempo".
Krist suspiró, recordando las anteriores sesiones en las que.. al igual que ahora, Singto apenas si se movía. Como si, al no intervenir, todo fuera un sueño... una mera pesadilla de la que podía despertar en cualquier momento. En cuanto él quisiera.
"Así no lograremos nada...", pensó el joven mientras que.. con un dedo... acariciaba la espalda de Singto a través de su suave camisa de seda.
- "Hm"
Krist sonrió, notando la leve reacción de Singto.
"Al menos todas esas sesiones han servido para que sepa que le gusta...", pensó para, inmediatamente después, dejar de sonreír al recordar las pocas veces en las que... con los ojos cerrados... Singto había susurrado un nombre.
Un nombre que no era el suyo.
Y, la verdad... Krist no había podido evitar odiar a Neen en todos y cada uno de esos momentos.
Mucho más cuando... cuando esos sentimientos que ya creía prácticamente olvidados, estaban comenzando a volver a él... a ocupar sus sueños y a hacer que, cada mañana, despertara con el corazón desbocado y restos de semen en sus pantalones.
Había intentado controlarlo... recordarse a sí mismo que Singto tenía una hermosa prometida y que... y que en verdad el joven no sentía nada por él, que nisiquiera le gustaban los hombres.
Pero no lo había logrado y estaba ya llegando a su límite.
Por eso era que había aceptado adelantar la sesión de esa semana.. la última de las cuatro sesiones que habían contratado...
Y es que había llegado a un punto en que, lo que más deseaba, era escapar de todo.. de Singto y de esos sentimientos que no iban a llegar a ningún lugar.
Krist suspiró, dejando de acariciar la espalda del joven.
- "Hasta ahora no hemos pasado de unos pocos besos y caricias, ¿estás seguro de que quieres hacerlo ya?"
Singto, al escuchar las palabras de Krist, giró su cuerpo y, quedando tumbado sobre la cama, miró al joven con expresión aterrada pero decidida.
- "No puedo retrasarlo por más tiempo.. la grabación es este viernes y... no puedo negarme a actuar".
Krist desvió la mirada de los ojos del joven por unos segundos. Intentando así que Singto no notara el dolor que sentía en su rostro y es que el hombre.. aún no sabía cómo.. parecía intuir todo lo que sentía y pensaba.
- "Ya veo..."- murmuró, finalmente, con un hilo de voz - "supongo que no pudiste hacer que se olvidaran de lo de la idea del bl"
Singto suspiró, negando con la cabeza.
- "Entonces... supongo que hoy es el último día en el que nos vamos a ver..."
Y es que... ¿qué más podía decir?
¿Que no lo hiciera?
¿Que se olvidara de su carrera, de la dichosa película y de su prometida?
¿Que lo dejara todo y se fuera con él?
Si él mismo no tenía ni donde vivir... dormitaba a duras penas en una pequeña habitación que había alquilado con lo poco que ganaba de la tienda.. especialmente ahora que Toptap ya no le daba esos sobres blancos con dinero y que.. según el joven..eran por las horas extras.
¡Ja!
Horas extras.. ¡mas bien por esas dichosas sesiones de las que él no sabía nada!
Lo único que, en esos momentos, le mantenía en pie, era la imagen de ese cheque que iban a darle al acabar el trabajo de esa misma noche y que... y que le permitiría comprar esa casita en el pueblo, al lado del río que tanto le había gustado.
Esa casita donde pensaba rehacer su vida y.. si pudiera ser.. olvidar que alguna vez conoció a cierto chico de sonrisa inocente y ojos llenos de luz que.. que sin duda no era para él.
Krist sonrió, con tristeza.
- "Krist, yo... ¿pasa algo?" - preguntó, a su lado, Singto.
El joven había comenzado a desabrochar los botones de sus pantalones con dedos temblorosos y una expresión en su rostro que hizo que Krist pudiera una mano sobre la de Singto y negara con la cabeza.
"Si ésta es nuestra última noche... haré que sea inolvidable, tanto para él como para mí...", se prometió a sí mismo - " te amo, Singto... aunque jamás lo vayas a saber..."
- "Así no..." - susurró Krist, a la vez que se levantaba de la cama.
Instantes después, mientras se acercaba a un sillón de cuero que estaba colocado en una de las esquinas de la sala, entre dos espejos de cuerpo entero, sonrió y... sin quitar la vista del joven que le seguía con la mirada... procedió a hacerle señas para que se quedara sentado.
- " Tan sólo quiero que veas... que me mires y disfrutes del espectáculo" - dijo mientras se colocaba tras el respaldo del asiento.
Singto frunció el ceño pero, finalmente, asintió con la cabeza.
El joven de cabellos oscuros sonrió y, con suavidad, acarició los brazos y la espalda del asiento de cuero. Todo ello sin quitar la mirada del muchacho que..desde la cama... observaba cada movimiento, cada pequeño movimiento que estaba haciendo, con una expresión indescifrable.
"Veamos si funciona..."
Fue entonces que, cuando notó que tenía toda la atención de Singto, Krist levantó su rostro del respaldo y, dejando de acariciar la piel con sus dedos, se dejó caer sobre el asiento con las piernas sobre uno de los brazos mientras que.. con sus propios dedos... comenzaba a acariciar su piel en suaves círculos hasta llegar a uno de sus pezones rosados.
Un leve gemido surgió de sus labios en cuanto sus dedos comenzaron a jugar con el pequeño botoncito que, rápidamente, se irguió demandando atención inmediata.
- "K...Krist"
El joven, al escuchar su nombre de los labios de Singto, abrió sus ojos y.. disfrutando de la expresión soprendida del muchacho .. tomó un trocito de hielo de una de las copas que estaban sobre una mesa cercana y.. sensualmente.. empezó a deslizarlo sobre su piel caliente, pero sin tocar su pezón.. haciendo que varios gemidos y suspiros salieran de sus labios.
Sus ojos, en contra suya, volvieron a cerrase por unos segundos.. lo suficiente como para que no pudiera ver cómo Singto, con el rostro rojo y un bulto entre sus piernas, se levantaba y se acercaba.. con paso titubeante pero decidido.. hasta el sillón donde estaba tumbado.
Mientras tanto, a varios kilómetros de distancia, un hombre de mediana edad negaba con la cabeza mientras que varios agentes fruncían el ceño y se miraban sin saber muy bien qué hacer.
- "No puedes hablar en serio..." - comentó uno de los mánagers que estaban presentes mientras leía, con expresión preocupada, los papeles del contrato de la nueva película.
- " Pues si.... el prometido de Neen ha sido muy claro. Su novia sólo hará una nueva película si es con este hombre, y él ya ha firmado el contrato".
Mr. Pack, con gesto preocupado, suspiró y..con rapidez.. cogió su móvil y comenzó a marcar un número.
- "Tenemos problemas..." - dijo en cuanto notó cómo descolgaban al otro lado de la línea - " Necesito verte.. ¡necesito verte ahora mismo!".