Kongpob frunció el ceño y, levantándose de su asiento, se acercó al joven para después colocar una mano sobre su hombro.
- "¿Puedo ayudarte en algo? No sé porqué pero yo... siento una conexión contigo que no había sentido jamás. Yo..."
Arthit sonrió. Después colocó uno de sus dedos sobre los labios de Kong haciendo así que dejara de hablar.
- "No puedes hacer nada ya que aún le queda un deseo, después..después deberé irme a mi mundo a menos que..que alguien le gane la lámpara..." - comentó, con voz triste - "en cuanto a lo que sientes, no eres el único.."
Y, tras depositar un breve beso en los labios de Kongpob, se desvaneció dejando al joven con la boca abierta y las mejillas completamente rojas.
No bien se materializó en el dormitorio de Godt, Arthit gruñó y, con un gesto de su mano, alejó de él un pesado florero que el humano le había lanzado.
- "¡¿Dónde estabas?!"
- "En palacio..." - respondió Arthit mientras observaba cómo, al escuchar su respuesta, Godt enfurecía aún más de lo que ya estaba.
- "En palacio.. con ese visir al que no le quitabas la mirada de encima, te gusta ¿verdad?..¡¿VERDAD?!"
Arthit suspiró, odiando el no poder mentir a sus amos cuando éstos le hacían una pregunta directa.
- "Si"
Un golpe hizo que cayera sobre la alfombra que cubría el suelo del cuarto para, instantes después y antes de que siquiera pudiera entender cómo había acabado ahí, notar cómo un cuerpo se colocaba encima del suyo.
- "No vas a ser de él, ¿me oyes? Eres mío...yo te saqué de esa cueva. ¡YO!" - exclamó Godt mientras que, con sus manos, comenzaba a tirar de las ropas que cubrían su cuerpo.
Un gruñido salió de los labios del genio que, instantes después, había lanzado al humano contra la pared más cercana.
- "Ya te he dicho que no me toques...y, si no tienes ningún deseo que pedirme, me marcho"
- "¡NI SE TE OCURRA!" - exclamó Godt mientras se levantaba del suelo donde había caído - "tu y yo tenemos mucho de lo que hablar..."
...
..
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Mientras Arthit discutía con Godt, Kongpob seguía de pie en el mismo sitio en el que el genio le había dejado. Sus manos, algo temblorosas, se habían posado sobre sus labios, acariciándolos con suavidad.
- "No entiendo... me ha besado. ¿Por qué me ha besado?" - se preguntó mientras sentía cómo su corazón latía fuertemente en su pecho.
"Tal vez sea su forma de despedirse...", se dijo mientras fruncía levemente el ceño. Sin embargo, algo en su interior le decía que no era eso...
Un gruñido salió de sus labios, especialmente al recordar las últimas palabras de Arthit. Instantes después se dirigió hacia la puerta de su oficina y, saliendo al pasillo, comenzó a llamar a uno de los sirvientes con voz autoritaria.
- "¡Prepárenme un carruaje!" - exclamó al joven que, con el rostro pálido, asentía una y otra vez con cada palabra que decía.
...
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Arthit suspiró, negando con la cabeza.
- "Ya te he dicho que no puedo hacer eso, no puedo amarte...además, ya tengo a alguien que me está esperando..." - dijo, una vez más, mientras observaba al joven que caminaba, dando vueltas, por la habitación.
- "Ya.. ahora tienes a alguien.¡ Pero no lo tenías cuando estabas desvistiendo a ese dichoso de Kongpob con la mirada!" - exclamó Godt mientras se detenía para mirarlo con expresión desquiciada.
El joven genio suspiró, pero no dijo nada, lo que hizo que Godt sonriera lleno de odio e ira.
- "No voy a dejarte ir.. no voy a permitir que me dejes...¡no!"
Arthit, tras escuchar sus palabras, volvió a negar con la cabeza. Sin embargo no fue él quien respondió a las palabras de Godt sino una figura que, en ese momento, entraba en la sala acompañada de su guardia personal.
- "No creo que puedas hacer mucho al respecto..." - musitó Kongpob tras apoyar su espalda en una de las paredes de la habitación - "al fin y al cabo cuando cumpla tu tercer deseo se marchará. Volverá a su mundo y a su prometido..."
- "¡NO!" - exclamó Godt - "¡¿y se puede saber qué haces aquí?!"
Kongpob dejó de sonreír y, con gesto serio, dio un par de pasos hacia el joven.
- "Su majestad me ha ordenado apresarte por uso indebido de la magia"
Godt palideció y, rápidamente, se volvió hacia Arthit que, con una sonrisa, se levantó de su asiento para acercarse a ellos
- "¿Vas a pedir tu tercer deseo?"
Godt abrió mucho los ojos, dándose cuenta de la situación en la que estaba. Y es que, si pedía que le salvara de la cárcel, perdería a Arthit y, si no lo hacía, acabaría sus días en una mazmorra.
- "Sin duda estás metido en un buen lío..."- comentó, de repente, Kongpob - "si tan sólo tuvieras los poderes de Arthit no estarías en esta situación.."
Arthit, con expresión aterrada, se volvió hacia Kong que, sin embargo, sonrió como si no hubiera dicho nada malo. Godt, mientras tanto, había comenzado a sonreír.
- "¡ARTHIT!" - exclamó Godt con un brillo decidido en sus ojos - "ya se cual va a ser mi tercer deseo...¡quiero ser como tu!"
No bien había dicho esas palabras, un viento huracanado envolvió a Godt elevándolo del suelo. Su piel comenzó a cubrirse de unas hermosas letras negras que, finalmente, culminaron en dos brazaletes de oro.
- "Por fin... ahora estaremos juntos por siempre" - dijo el joven, haciendo que todos le miraran aterrados. Kongpob, sin embargo, dejó escapar una leve risilla irónica que hizo que Arthit y Godt le miraran.
- "Me parece que se te ha olvidado un pequeño detalle..." - susurró Kong mientras se inclinaba y, del suelo, tomaba entre sus manos una pequeña lámpara de color negro - "me parece que te esperan..."
Tras lo cual, diciendo unas leves palabras, levantó la lámpara que comenzó a brillar con fuerza.
Godt gritó pero, ante todos los que estaban allí, desapareció entre una nube de humo que acabó entrando en la lámpara. Segundos después, ésta se elevó en el aire y desaparecía por uno de los ventanales.
- "No sabe lo que le espera, la escuela de genios no es un lugar muy agradable. Especialmente para alguien como él..."- susurró Arthit mientras sonreía a Kongpob que, encogiéndose de hombros, tomó la lámpara del genio en sus manos.
- "Tu...¿quieres volver a casa?" - preguntó Kong, haciendo que Arthit le mirara con expresión interrogante hasta que se dio cuenta que, con lo que había hecho, le había ganado su lámpara a Godt.. ahora era suyo. Su genio.
El joven sonrió, dejando escapar una leve risa..
"Como si pudiera ser de alguien más...", se dijo mientras acariciaba las leves marcas que habían aparecido cuando había besado al humano y que aún seguían siendo visibles en su pálida piel.
Ya no tenía dudas... tenía que serlo...
"Mi otra mitad"
- "¿Me mandarías de vuelta? ¿Con tu primer deseo?" - preguntó, notando la expresión triste que asomó a los ojos del joven.
- "Si es lo que quieres..." - respondió Kong, levantando los brazos tal y cómo había hecho con la lámpara de Godt.
Arthit sonrió y, colocando una mano sobre su propia lámpara, negó con la cabeza.
- "No quiero irme, lo que yo quiero es otra cosa..."
Kongpob asintió, aunque con el ceño fruncido.
- "Dime..."
- "Lo que yo quiero es pasar una noche entre tus brazos, sentir tu piel sobre la mía mientras que te entierras en mí, con fuerza.. con todo el deseo que se que corre por tus venas. Eres mío, Kong.. mi otra mitad..no quiero volver, quiero quedarme contigo para siempre".
Kongpob, con el rostro completamente rojo, se volvió hacia sus guardias que, mirando a todos lados menos a su jefe, aguardaban órdenes.
- "Volved a palacio, yo.. tengo algo que hacer".
Tras lo cual, y sin hacer caso de las risas ahogadas de sus hombres, le dio la mano a Arthit que, con una sonrisa sensual, los hizo desaparecer ante la mirada de todos.
UNOS MESES DESPUÉS...
Kongpob suspiró, observando sus ropas en el espejo de Arthit.
- "No sé...¿crees que estoy bien así?"
Arthit sonrió, asintiendo con la cabeza mientras abrazaba a su esposo por la espalda. Su piel, libre ya de las marcas de su maldición, brillaba bajo sus ropas de genio.
- "Estás increíble, no se si quiero que los demás te vean así, me voy a poner muy celoso..."
Kongpob rió para después acariciar sus ropas negras y rojas de genio.
- "Eso sólo que no puedo creer que vaya a verle hoy.. no después de tantos años..."
Arthit sonrió, entendiendo lo nervioso que estaba Kong con la idea de ver, finalmente, a su padre.
- "Forth me ha dicho que todo está listo...además, no creo que a Beam le importe mucho lo que lleves puesto, lleva años esperando verte. Si tan sólo nos hubiera dicho que había tenido un hijo, te habríamos buscado ...no habríamos dejado que se encerrara en su lámpara preso del dolor, además... así tu y yo nos habríamos conocido antes..." - comentó el joven mientras depositaba pequeños besos en el cuello de Kong.
Éste, dejando escapar un leve gemido, se volvió hacia Arthit con una expresión claramente feliz en su rostro.
- "Sabes, jamás pensé que mi decisión de encontrarme con mi padre fuera a llevarme hasta mi otra mitad, pero me alegro... no podría ser más feliz"
- "No más que yo, Kong.. no sabes cuánto te estuve esperando, todo ese tiempo..." - dijo Arthit mientras recordaba tantos años, milenios incluso, deseando la llegada de su pareja para, al final, encontrarlo cuando casi le obligan a casarse con otro. Incluso ahora algunas de las familias mas antiguas seguían sin aceptar su decisión de unir su vida a la de un semi mortal. Especialmente la de Forth que, salvo el susodicho genio, no querían siquiera oír hablar del humano.
Kongpob, notando la mirada triste de Arthit, pasó sus brazos por el cuello del joven y depositó un beso sobre sus labios.
- "No pienses más en eso, ellos no pueden hacernos nada...ahora estoy aquí y no voy a ningún lado. Eres mío y yo soy tuyo, por toda la eternidad..."
Arthit asintió para, después, separarse de Kong.
- "Será mejor que nos marchemos o llegaremos tarde..."
Kongpob sonrió y, tras tomar la mano de Arthit entre las suyas, desaparecieron del dormitorio que compartían desde su boda para no volver en varias horas y con un pequeño regalo que no podrían desenvolver hasta nueve meses después.
END