Capítulo 41: Demasiado ocupada tirandote a Fred

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George es quien cierra la puerta mientras que Fred coge a Atria y la lleva hasta la cama. La única forma que conocen para intentar aligerar el ambiente —y que Atria olvide sus posibles ideas locas que acaben mal, no van a volver a dejarla sola para que tenga una idea que acabe con ella haciendo explotar algo o utilizando alguno de sus hechizos— es gastar bromas, así que lo intentan y bromean sobre la capacidad de los pulmones de Atria para meter gritos y sobre el ruido que han oído y que están totalmente convencidos de que Atria quería destrozar la vajilla de la casa sobre el director del colegio. Walburga sigue gritando en la planta de abajo, probablemente porque los gritos, los pisotones y el portazo la hayan despertado. Como si le importase molestar a los demás.

Le curan la herida de Hedwig cogiendo un poco de la poción curativa y, al menos, ya deja de sangrar. La lechuza debía haber pillado una de las venas de la mano porque aquello era un no parar. Atria solo quiere dormirse hasta que llegue Harry, pero sabe que no puede porque tiene que vigilar la poción.

— Dormid, yo la vigilaré —George es el que habla y se muestra serio, mucho más adulto—. Además, puedo probar a hacer alguna poción de amor para la tienda.

— Siempre puedes preparar una versión más suave de la amortenia —le sugiere Atria y George sonríe de oreja a oreja—. Las instrucciones están en el cuaderno y...

— Sí, ya lo sé, si necesito algo te despertaré. ¿Vais a estar aquí o subiréis a la habitación?

— A la habitación.

Se supone que Fred no debería utilizar la aparición conjunta con Atria porque es menor de edad y, teóricamente, no debería utilizar ningún tipo de magia. Pero no va a dejar que se resista a no irse a descansar. No cuando lleva un día de mierda.

— ¡Fred!

— Sí, me llamo así, ya lo sabes —han aparecido en la cama de la chica y ella intenta levantarse, pero él la agarra de la cintura y no la deja soltarse—. Tienes que dormir, Atria.

— Tengo que estar abajo por si George necesita ayuda con la poción —contradice ella, pero el pelirrojo niega.

— No somos tan buenos como tú en pociones, pero sabemos leer. George puede controlar la poción por la noche, solo tiene que remover una vez cada hora. En las horas pares hacia la derecha, en las impares a la izquierda.

— Ya, pero ¿y si en una de las veces se lía y...?

— No se va a liar, también sabe leer la hora, ¿sabes? —bromear. Bromear hasta que se le olviden todas sus preocupaciones. También podría hacerlo a besos, pero no parece que Atria esté lo suficientemente bien para ello en esos momentos—. Has tenido un día de mierda y deberías intent...

— No, no voy a intentar dormir, voy a besarte porque hoy nos han interrumpido dos veces.

Desde luego es mucha mejor distracción, pero no termina de funcionar porque sigue teniendo la poción matalobos en la cabeza. Tiene que bajar a dormir allí, no va a poder dormir de otra forma. Además, está besando a Fred, pero no está en ello.

— Quiero seguir besándote, pero —empieza a decir entre besos y él suspira.

— Que nos bajemos con George, ¿verdad?

— Porfa —no necesita que se lo diga más veces. Un último beso antes de volver a desaparecerse y están de nuevo en la primera planta, asustando a George cuando llegan.

— Ahora entiendo por qué nos dicen que no lo hagamos más —tiene el corazón acelerado del susto y los muy cabrones se empiezan a reír. Así que tiene que asustar a Atria y ya se vengará de Fred—. Era revolver a la derecha en las horas impares y a la izquierda en las pares, ¿no?

[2] Mors memoriae [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora