Capítulo 64: Esto es como en los institutos muggles

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Era una suerte que Hermione ya tuviera su licencia de aparición y no tuviera que ir a las clases que habían convocado para los sábados. Desde la vuelta de vacaciones Atria había intentado volverse a centrar, para descubrir que era prácticamente imposible así que solo le quedó recurrir a Hermione, que se mostraba encantada de que alguien quisiera estudiar con ella.

Además de ese pequeño cambio, Atria se tomó realmente en serio sus deberes de Premio Anual y, cuando acudía a las reuniones con Stuart para organizar el cuadrante de las rondas, ayudaba —bueno, lo intentaba— a cuadrar todos los turnos de la manera más eficaz posible. Incluso se ofrecía para hacer algunos extra.

Las mejores rondas eran las que le tocaban con sus amigas, sin ningún tipo de duda. Hermione había insistido en que no la pusiera todavía con Ron en las rondas así que a él le emparejaba con cualquiera de los de sexto —intentó emparejarle con Malfoy, pero resulta que no estaba haciendo sus rondas de prefecto y nunca iba al reparto de cuadrantes, al igual que no había ido al vagón de prefectos— y a Hermione con ella y sus amigas. Cómo la estaba ayudando a estudiar le cambiaba ese pequeño favor y, cuando quisiera volver con Ron —que acabaría pasando—, Atria les volvería a emparejar. También estaba pensando en la forma en la que podría hacer que Ro-Ro y Lavender rompieran, no es que no le gustase la pareja solo... vale, no le gustaba, ¿qué había visto Lavender en Ron si tenía a Parvati? No, en serio, que había visto en él, que alguien se lo explicase porque entre Hermione y ella...

Bueno, en realidad, que no se lo explicasen, la verdad.

Lo más reseñable del mes de febrero fueron los sábados de estudio con Hermione y las rondas como Premio Anual con sus amigas o Stuart. Resultaba que el chico, a parte de ser ambicioso —competía por ser el primero en las notas o algo así, de verdad que había intentado escucharle, pero en el momento en el que había mencionado las notas y El Ministerio el cerebro de Atria se apagó, ¿quién querría trabajar en el Ministerio en esos momentos?— resultaba ser divertido y las rondas se pasaban bastante rápido, lo cual era de agradecer. Pero, claro, no siempre podía ser todo tan sencillo.

— ¿Vas a ir a la próxima excursión a Hogsmeade? He oído que en Honeydukes están dando a probar unas nuevas plumas de azúcar —preguntó Stuart, que se había dado cuenta de la obsesión que la chica tenía por ellas ya que las llevaba a todas las rondas.

— ¿En serio? Porque me muero si además les añaden más sabores.

— Sí, me ha dicho Mia que estaban desarrollando nuevas plumas aun más duraderas que las grandes —respondió Stuart—. Su tío trabaja allí o algo así.

— ¿Por qué yo no sabía eso? ¡Tengo grandes ideas para las plumas!

— Creo que, sinceramente, no deberías terminarte esa, hasta tu micropuff empieza a tener miedo.

— No, estoy bien, no te preocupes, la energía me ayudará a mantenerme despierta para hacer más apuntes para Katie —Atria cogió a John de su pelo, solo por si acaso y le carició un poco, porque la verdad es que sí que parecía nervioso.

— Creo que su tío vendrá mañana a Hogsmeade para traerla algo que le ha mandado su madre, ¿quieres que vayamos a por unas plumas?

Si Atria se hubiera enterado de algo, se hubiera dado cuenta de que le estaba proponiendo una cita. Pero no, ella siguió acariciando a su micropuff como si nada y luego levantó la cabeza para mirar a Stuart.

— ¿En serio? ¿Se las podría pedir? —cuando Stuart asintió Atria dio un pequeño chillido y abrazó al chico, que empezó a ponerse rojo—. Supongo que Fred querría ir mañana a Las Tres Escobas, así que dudo mucho que le importe si paramos antes por Honeydukes.

[2] Mors memoriae [Fred Weasley]Where stories live. Discover now