Capítulo 31: El cáliz de fuego

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Atria solo podía pensar en que tenía sueño. Demasiado sueño quizá. No había conseguido pegar ojo en toda la noche, a diferencia de la última semana en La Madriguera. Probablemente porque cuando había estado allí no habían parado ni por un segundo, mientras que ese día no había hecho nada. La pesadilla de esa noche había sido horible. Sabía que Remus no iba a atacarla nunca de forma consciente, pero no podía evitar soñarlo. Y las cicatrices no ayudaban, no cuando no dejaba de arrancarse las costras y tiraban de la piel cada dos por tres. Era bastante incómodo tener que estar ocultándose continuamente para que Katie y Leah no las vieran y, a pesar de que quería jugar al quidditch ese año, le venía bien ya que no tendría que cambiarse delante de nadie.

Durante el desayuno se sentó con los gemelos y Lee y entre bostezos iba sugiriendo distintas ideas para poder burlar la supuesta seguridad que iba a tener el juez imparcial. Atria seguía insistiendo en que lo lógico era que primero descubrieran quien era para poder tener un plan mejor, pero los tres seguían insistiendo en la idea de la poción envejecedora. Sí, estaba claro que podía funcionar, pero no dejaba de ser algo demasiado básico.

— Otra vez historia de la magia a primera hora no, por favor —dice Atria, viendo como la profesora McGonagall le tiende el horario. Y en cuanto lo mira decide que lo más sensato es empezar a golpearse la cabeza con la mesa.

— Eso no te va a quitar que tienes ahora historia —le dice Lee, pero Atria sigue.

— Quizá si me golpeo más fuerte puedo ir a la enfermería —le responde, y lo intenta, pero George mueve su plato con una tostada y la frente de Atria acaba llena de mermelada de fresa—. Te mato.

Pero no llega ni a intentarlo porque Leah aparece, tirando de ella para que se vayan ya a clase y Katie tiene que aguantar la risa al ver la frente de Atria, todavía sin limpiar. Porque ninguna había cogido ninguna servilleta, claro. Al final fue Ciara, con quien compartían clase, quien le dio algo para limpiarse mientras que se reía a carcajadas de ella. Después de historia tocó pociones, donde el profesor Snape dejó bastante claro cuál era el nivel exigido para los alumnos que quisieran continuar en el nivel de EXTASIS y, por supuesto, se aseguró de convertir la clase en un completo infierno. Después fue el turno de Runas Antiguas y, por último, la clase del profesor Moody. Por lo visto Remus le había escrito contándole que habían aprendido en el curso anterior y este quería centrarse en los duelos, viendo que el año pasado habían empezado a darlos. El curriculum de quinto también incluía cosas como estudiar a criaturas como los ghouls —Atria conocía al de los Weasley, un poco pesado, pero bastante inofensivo— y los pixies. Además de que, por lo visto, Ojoloco Moody estaba bastante paranoico y les adelantó que verían todo tipo de hechizos para tener una defensa adecuada si llegaba un momento en el que tenían que esconderse.

Los de quinto no habían sido los únicos que habían tenido clase con él, también los de sexto y, por supuesto, fue el tema del momento durante la cena. Atria no tardó en ir a cenar con Harry, Ron, los gemelos y Lee, que estaban hablando del profesor Moody en esos instantes.

— Yo también he tenido clase con él —dice, sentándose junto a Fred y cogiendo uno de los filetes más crudos que pudo encontrar—. La verdad es que ha sido realmente interesante.

— Creo que interesante se queda corto —dice Lee, mirando con asco el filete de Atria—. ¿No quieres uno más hecho?

— No, está bien así —dice, metiéndose un trozo en la boca. Sí, es asqueroso verlo, pero peor es saber que, encima, le sabe bien—. Bueno, Remus me había dicho que sabía y ya había oído las historias de Arthur, claro, pero...

— No tiene nada que ver lo que cuentan con lo que dicen, ¿verdad? —dice George, emocionado y Atria asiente.

— ¿Cuándo tenéis con él? —le pregunta a Harry y Ron, que se quejan a la vez.

[2] Mors memoriae [Fred Weasley]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora