Capítulo 25: ¿Me estás proponiendo una cita, Atria?

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Los dementores tienen permiso para besar a Sirius cuando lo encuentren. Atria se levanta de la mesa del desayuno, con El Profeta de Hermione en la mano y va directa al despacho de Remus. Lo hubiera hecho en la mesa de profesores si hubiera estado presente, pero Remus no estaba en ella, probablemente porque se había quedado dormido.

— ¿Piensas permitirlo? —le dice nada más entrar a su despacho, donde sorprendentemente Remus tiene una taza de té y está corrigiendo deberes, no está dormido sobre el escritorio como Atria esperaba. Él mira el periódico, leyéndolo rápidamente y luego mira a su ahijada—. ¿Y bien?

— Han dado la orden, no sé qué esperas de mi —le dice, intentando mantener la calma, pero por dentro está temblando. Su novio, su prometido. Sigue pensando en él de esa forma y que lo condenen a ese cruel destino rompe el corazón de Remus en pedazos porque sigue queriéndole a pesar de lo que le hizo a James y a Lily. Aunque sigue esperando equivocarse.

— ¡Qué hagas algo! —chilla ella, dando un golpe en la mesa—. ¡Sabes tan bien como yo que no es culpable!

— No, Atria, no lo sé —le dice, suspirando. Quizá es mejor que se lo cuente—. Él era el guardián, lo sabes, tuvo que ser él quien los delatara, por mucho que no quieras creértelo tuvo que ser él, Atria.

— No, tuvo que haber algo más, tuvo que haberlo, Sirius no... —dice ella, intentando aguantar las lágrimas. No es verdad, no lo es, Sirius no fue.

— Créeme cuando te digo que a mí también me duele muchísimo —le dice Remus y Atria no aguanta más y se echa a llorar en los brazos de su padrino.

— ¿Por qué? Si fue él, ¿por qué lo hizo? —dice entre sollozos. Porque si lo hizo ha perdido demasiado por alguien que no lo merecía. Ha perdido dos meses de su memoria por alguien había causado la muerte de sus padres y, casi, la de su hermano pequeño.

— No lo sé, pequeñaja, no lo sé —le susurra Remus y Atria llora aún más.

¿Y si todos han tenido razón siempre y era ella la que se equivocaba? ¿Y si de verdad había sido Sirius? ¿Y si de verdad Voldemort le había ofrecido algo mucho mejor que lo que tenía con sus amigos y su novio?

Atria no va a clase ese día, se esconde en su habitación y utiliza el hechizo de ilusiones que creó. Por eso cuando Leah sube después de la primera clase no la ve en la cama, tumbada mirando a la nada. Después de la segunda hora es Katie quien sube. Luego pasan Angelina y Alicia. Hermione también aparece por allí a media tarde, pero Atria no baja el hechizo hasta que no empieza a oír unos gritos demasiado altos para lo que debería oír estando en el cuarto piso. Así que se levanta de la cama y baja las escaleras hasta la sala común, sin ganas.

— SANGRE —Atria reconoce la voz de Ron a mitad del segundo piso y lo que hace es salir corriendo. No les ha podido pasar nada, no puede ser, no ha bajado tanto la guardia como para no darse cuenta—. ¡NO ESTA! ¿Y SABES QUÉ HABÍA EN EL SUELO?

— No, no —está diciendo Hermione cuando Atria llega al último escalón y suspira aliviada al ver que Ron está bien, que Harry está bien, que Hermione está bien. Ginny también parece estar bien y los gemelos también. Incluso Percy parece estar bien. Con el ceño fruncido por los gritos de su hermano pequeño, pero bien.

Ron lanza una bola de pelos sobre los deberes de Hermione y luego sale, escaleras arriba hacia su habitación.

— ¿Esos son pelos de Crooshanks? —pregunta cuando está cerca y Hermione se pone a negar rápidamente.

— No tienen porqué serlo, le tiene manía a mi gato, no... —dice, todavía con la voz temblorosa.

— Entonces... ¿Scabbers? —pregunta Atria, pero Hermione no la responde ya que coge sus libros y sale casi corriendo escaleras arriba. Así que Atria mira a su hermano—. ¿Qué ha pasado?

[2] Mors memoriae [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora