[2] Mors memoriae [Fred Weasley]

Capítulo 77: Pensaban que tenían tiempo

Salvar el sauce llorón de Wetvalley les llevó más de un día. No solo fue necesario llevar a todos los Weasley, también tuvieron que avisar a las primas O'Brien —necesitaban las ideas de Ciara y el sentido común de Beth —y aprovecharon para avisar a Angelina, Alicia, Katie y Lee. Las manos extras estaban más que bien, sobre todo cuando los mortifagos aparecieron por el pueblo, listos para volver a destruirlo como hacían cada semana, pero se encontraron con una sorpresa para nada agradable para ellos.

Wetvalley fue protegido después de ese ataque. El sauce empezó a recuperarse poco a poco gracias a la ayuda combinada de Ciara, Neville —gracias al hechizo que había creado Fred para hablar con Atria fue sencillo hablar con él y saber un poco más de cómo estaba todo en Hogwarts y cómo estaba Ginny— y George, con las mezclas ocasionales de Atria y los ajustes de Beth y, dos semanas más tarde, el pueblo volvía a estar perfectamente protegido.

No había sido sencillo levantar de nuevo las antiguas protecciones que habían protegido al pueblo, pero Julie, Leah, Fleur, Fred y Katie habían leído lo suficiente como para saber qué se había utilizado cuando se creó el pueblo, así que todos se unieron junto a la gente del pueblo para volver a levantar las protecciones. Añadieron nuevas, dotando al sauce de más poder del que ya tenía y consiguieron que fuera él quien le diera acceso al pueblo a la gente mirando en su interior. Se habían inspirado en el Sombrero Seleccionador y en la forma en la que clasificaba a los alumnos en Hogwarts, así que después de muchos intentos, Atria consiguió que el sauce fuera capaz de ver las verdaderas intenciones de la gente.

Mara seguía enfadada con todos por no haber ido cuando el pueblo fue atacado y, poco a poco, Jake les fue contando cuando habían atacado. Al final acabaron descubriendo que la visita de Harry, Hermione y Ron a Xenophilius Lovegood había sido lo que había salvado Wetvalley de la destrucción total

— Se le pasará, conozco a Mara desde que éramos pequeñas —decía siempre Faith cuando iban a casa de Cassiopeia a intentar hablar con Mara.

La chica pasaba allí bastante tiempo y tanto Fred como Atria se dieron cuenta de que se sentía terriblemente culpable por lo que había pasado en el pueblo. Intentaba ayudar a todos los que habían sido afectados en el ataque, por muchos que todo el mundo decía que no hacía falta, a Faith no le importaba lo que dijeran e intentaba ayudar a todo el que podía. Sus padres habían vuelto de Estados Unidos después de enterarse del ataque y habían intentado hacerla ver que no era su culpa y que necesitaba descansar, pero no había forma de convencer a Faith, así que sus padres habían acabado volviendo a Estados Unidos a mediados de febrero, Faith se quedó con sus abuelos y Cassiopeia intentaba convencerla de que no tenía que cuidar de Jake.

Después de parar el ataque a Wetvalley las cosas se tranquilizaron bastante. Los pocos nacidos de muggle que no habían huído fueron llevados hasta el pueblo y los mortífagos se tranquilizaron bastante, dejando de realizar ataques aleatorios a pueblos muggles para intentar matar al mayor número de integrantes de la Orden del Fénix posible. Parecía todo demasiado tranquilo, pero agradecían la calma.

Atria y Fred dividían su tiempo entre cuatro lugares. La Madriguera, La Cueva, Wetvalley y el apartamento del callejón Diagon. Cada vez que iban al piso intentaban preparar el mayor número de cajas posibles para luego llevarse unas pocas, pero tenían muchas más cosas de las que pensaban e intentaban organizarse lo mejor posible por lo que cosas como la ropa de verano seguía colgada en el armario.

Una de las veces en las que fueron a preparar cajas fue cuando Ginny volvía de Hogwarts por las vacaciones de Pascua. Suponían que los mortifagos intentarían alguna jugarreta como la que habían hecho con Luna durante las navidades, así que toda la Orden del Fénix estaba convocada para ir a King's Cross. Atria y Fred habían aprovechado el día anterior para empaquetar todo lo posible, pero se habían quedado dormidos en el apartamento, así que, cuando se despertaron casi a las once, desayunaron rápidamente y salieron corriendo sin recoger nada del apartamento.