Capítulo 17: Duermes conmigo

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En los vestuarios de Gryffindor lo único que se oían eran gritos por parte de Oliver Wood. Al menos es lo que notó Harry cuando llegó, con la escoba al hombro. Eso y que Atria todavía no había llegado, a pesar de haber salido antes que él hacia la biblioteca.

— ¡Salimos al campo en tres minutos y tenemos al buscador sin vestir y nos falta una cazadora! —grita Oliver y Harry sale corriendo a cambiarse a la túnica de Quidditch—. ¿Dónde está tu hermana, Harry?

— Eh...

— Te lo hemos dicho ya, Oliver, Atria ha ido a la biblioteca —le responde Fred y mira a Harry—. ¿No te la has cruzado por el camino?

— No, a lo mejor ha tenido que volver a por la escoba —le responde, pero Fred niega.

— La deja en el escobero —le informa y luego mira a Oliver—. Llegará pronto, ya lo verás.

— ¿Y me puedes explicar por qué ha ido a la biblioteca antes del partido? —dice Oliver, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño.

— Se le ha olvidado devolver un libro —responde George—. Mira, Oliver, Atria se toma esto en serio. Seguramente llega tarde porque Madame Prince la está regañando por devolverlo tarde o algo así.

— ¡Si no aparece en el próximo minuto la echo del equipo! —grita y sale al campo, visiblemente enfadado.

— No la va a echar, ¿verdad? —pregunta Harry a los gemelos, y ambos niegan.

— No se atrevería, Katie ya no está entrenando con nosotros y echar a Atria le supondría tener que hacer entrenamientos extra con Katie para que se aprendiera todas las estrategias —dice George y Harry respira, un poco más aliviado—. Venga, vamos al campo, seguro que la vemos venir corriendo en nada.

Los gemelos y Harry salieron al campo, donde fueron aclamados por todo el público. Oliver, Angelina y Alicia ya estaban calentando, así que ellos no tardaron en unirse también. Tanto Fred como Harry no paraban de mirar hacia el castillo, intentando ver en la distancia a Atria, corriendo porque llegaba tarde, pero ella no aparecía por ninguna parte. Madame Hooch ya estaba abriendo el cofre con las pelotas y Oliver bajó a hablar con ella por si podían atrasar cinco minutos el partido o bien mandar a alguien a buscar a Atria, pero ni siquiera pudo responder ya que la profesora McGonagall apareció en el campo, con un megáfono de color morado en la mano.

— El partido acaba de ser suspendido —grita y Oliver cambia de objetivo para ir a hablar con ella, al igual que el equipo de Gryffindor baja al suelo para ver qué va a pasar exactamente.

— ¡Pero profesora! —grita todavía a medio camino—. Tenemos que jugar, la copa... Gryffindor no puede...

— Todos los estudiantes tienen que volver a sus salas comunes de inmediato, los jefes de las casas irán a informarlos. ¡Id lo más deprisa que podáis, por favor! —grita, ignorando completamente a Oliver. Cuando baja el megáfono no tarda en hacerle una seña a Harry, que se acerca con miedo—. Potter, es mejor que vengas conmigo.

Todo el mundo obedece y, poco a poco, el campo de quidditch va quedándose vacío, no sin quejas, claro. ¿De verdad era necesario que volvieran a las salas comunes? La profesora McGongall empieza a andar, pero se frena cuando ve que Harry no la sigue porque sigue quieto en el sitio.

— Venga, vamos a buscar a Atria —dice George, justo cuando pasan al lado Harry con las escobas al hombro, pero no llegan muy lejos porque la profesora McGonagall les frena.

— Coged a Potter, por favor. Creo que también será bueno que vengáis conmigo —les dice.

— No hemos hecho nada —dice Fred y ella asiente. Claro que sabe que no han hecho nada, por una vez no tiene que regañarlos. Fred se gira hacia George, que se encoge de hombros y ambos van hacia Harry—. Has debido de ser tú el que haga algo.

[2] Mors memoriae [Fred Weasley]Kde žijí příběhy. Začni objevovat