Capítulo 18

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Era un poco incómodo. Agradablemente incómodo, si eso tiene sentido. Las manos se sentían húmedas por el toque de pieles en aquel día bochornoso, pero no de una manera molesta, y a ninguno de los dos le apetecía, ni se atrevía, a soltar el inocente agarre. Se sentía real y normal ir tomados de las manos. Algo que Shazia nunca hizo, y a Zayn se le había olvidado la última vez que paseó de la mano con... Bueno, el quien era lo de menos.

El día seguía nublado, pero se apreciaban ya unos cuantos claros en el cielo que tornaba ya oscuro. Las sombras eran menos pronunciadas, y faltaba poco para que las farolas finalmente se prendiesen con una luz anaranjada a lo largo de las complicadas calles pakistaníes. El viento soplaba, pero era caliente, como cuando uno se pone delante del conducto de ventilación de una tienda. Zayn empezaba a echar en falta los frioleros días británicos, el poder ponerse un caliente jersey, encender la estufa y acurrucarse bajo muchas mantas en su mullido sofá mientras garabateaba en su blog de esbozo, hacerle carantoñas a algunas de sus mascotas o simplemente tragarse horas de telebasura.

Ambos caminaban sumidos en sus pensamientos. Shazia esperando pacientemente a que el moreno terminase con el cigarrillo que se consumía lentamente entre sus dedos mientras jugaba estúpidamente con el paraguas. No le gustaba el olor, y el humo solía molestarle, pero no quiso decirlo. A Zayn le aliviaba, y lo respetaba. Tan pronto dejó la colilla caer, soltó la pregunta que más gritaba en su cabeza.

-¿Por qué tenías temor en tu mirada?

-¿Cuándo? - Preguntó con paciencia, expulsando la última bocanada de humo gris. Se estaba percatando de que ella no era muy precisa con las preguntas, que no las analizaba antes de soltarla. Ver si tenían sentido para el receptor.

-Cuando supe tu trabajo- añadió, parpadeando un par de veces con la cabeza alzada mirando en su dirección. La diferencia de alturas no era exageradamente grande, porque a pesar de que ella era más bien menuda, Zayn tampoco era realmente alto. - No querías que lo supiera- dijo con un deje de desilusión.

-No, no es eso- se apresuró a contestar. Al inicio de la siguiente calle ya se veía la entrada del hotel- es solo que... La gente no suele reaccionar como tú. Mi posición social suele tener unas connotaciones distintas sobre la gente, ¿entiendes?

-Uh...

Pasó el pulgar por sus suaves nudillos inconscientemente, apretando un poco el agarre. Se aclaró la garganta, pensando bien sus próximas palabras.

-Sabes que ser famoso te da ciertas ventajas, ¿no? Cosas como entrar gratuitamente y por la cara en lugares de cierta importancia, llevar las mejores marcas, marcar tendencia...- asintió lentamente con la cabeza.- Bien, pues la gente que se me acerca suele intentar conseguir eso de mí, y no es algo con lo que me sienta exactamente cómodo.

-Creo que te entiendo.

Sentía una mezcla de tristeza y felicidad en su interior. Tristeza porque Zayn no parecía nada contento con su actual vida, y contenta por haber conseguido que se abra con ella. Estaba hablando, y lo estaba dejando salir todo.

-Tenía miedo de que me vieras con los mismos ojos, con la mirada de la avaricia, del interés...- confesó con un tono más bajo.

El silencio se hizo de nuevo mientras la muchacha digería aquellas amargas palabras. Comprendía ahora su temor, pero ella nunca sería capaz de algo así, ni en un millón de años, y menos sería capaz de aprovecharse de la persona que le salvó la vida. No sería ético.

-Me fui porque me sentía como un objeto, Shazia. Y nadie me estaba ayudando, tampoco.

Abrió la boca para decir algo, pero la volvió a cerrar. ¿Qué debía de decir? Zayn estaba hablando, y ahora era ella la muda. Se tomó el resto del camino para pensar, y no fue hasta que entraron en el ascensor y el botones pulsó el botón por ellos que su voz salió.

Free me | zayn |Where stories live. Discover now