Capítulo 63

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"Hogar no son tan solo ladrillos, sino el hecho de sentirse bien y seguro."

Tras lo ocurrido el día anterior había perdido casi toda esperanza. No sabía qué más hacer, o cómo encontrarla. ¿Cómo demonios lo conseguiría? ¿Cuánto tenía que intentar hasta poder volver ver a su hermana? Cuánto más difícil se lo ponían mayores eran las ganas de estar con ella, decirle lo mucho que se arrepentía de no haberla ayudado cuanto más lo necesitaba.

Pero ya no podría hacer nada de eso hasta la semana siguiente. Ellos habían vuelto un sábado a la noche y hoy era domingo, lo que significaba que tenía que volver a Liverpool y seguir con su vida hasta que llegase un nuevo fin de semana, un nuevo viaje, un nuevo intento. Había estado tan convencido de que aquel día lo conseguiría que no había pensado en que podría pasar algo como aquello: tanta gente, tantos gritos, tanta... Locura. Pero Zayn lo vio.

Estuvo tan cerca.

Lo único positivo que podía sacar de aquello, y lo único que lo relajaba un poco, era saber que estaba en buenas manos, que aquel muchacho se preocupaba por ella, la protegía. Lo notó: cómo la mantenía a su lado, cómo ella lo miraba.

¿Pero cómo demonios había sucedido eso? ¿Cómo demonios había pasado Shazia de estar muerta a aquello? Era una pregunta que no podía parar de preguntarse a sí mismo, se le escapaba de las manos. Según lo que había leído y escuchado en entrevistas era que Shazia era una antigua amiga de la familia, sus familias eran amigos. Pero la verdad era que nunca habían entablado amistad con ningún Malik, a pesar de ser un apellido frecuente, Padre nunca trajo a casa o mencionó a nadie con tal apellido.

Aquello era una mentira. Pero, ¿por qué mentían?

Suspiró. ¿Acaso importaba cómo?

No, no realmente.

Se llevó el pulgar a la boca, uña corta y roída de las veces que había repetido la acción a la vez que miraba al exterior y notaba cómo la cantidad de edificios iba disminuyendo cada kilómetro que pasaba, adentrándose en la naturaleza inglesa, abrazada por el gris día de finales de noviembre.

Tocaba pensar en un nuevo plan.

***

—Harley, ¡no!

Shazia intentó inútilmente empujar a la perra para que se bajase de la encimera, que lamía con afán el cuenco lleno de una salsa que la muchacha había preparado minutos atrás. Intentó tirar de su correa, pero no había nada que hacer: el animal era todo músculo y tenía miedo que tirando hacia abajo de ella terminase cayéndose al suelo.

—¡Zayn!— Medio gritó, medio lloriqueó.—¡Zayn, ayúdame!— Repitió cuando no obtuvo respuesta.

— ¿Qué sucede?—Entró en la cocina con expresión adormecida. Soltó un bostezo.

—¿Acaso no lo ves?—Trinó entre dientes mientras seguía tirando de la correa inútilmente.

—¿Cómo demonios se subió a la encimera? ¿Y por qué no le apartas el bol?

—Prefiero renunciar a la salsa que al salmón. ¿Puedes mover tu trasero de una vez y ayudarme?

—Sí, señora.

Zayn se acercó y tomó al animal entre sus brazos, que había parado de comer tan pronto lo vio a su lado. La dejó en el suelo, se agachó delante de ella y le dio una palmada en el trasero.

—Muy mal, Harley.

El animal bajó las orejas y la cabeza a la vez, mirándolo directo a los ojos con sus pequeños iris grisáceos a la vez que soltaba un pequeño lloriqueo. Se tumbó sin dejar de mirarlo.

Free me | zayn |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora