Capítulo 110

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  — Shaz— el chico reía a pesar de su intento de parecer molesto, apartando los pies de su novia cada vez que los apoyaba sobre su regazo. Mientras tanto, en el asiento de atrás Harley respiraba con fuerza, prácticamente al nivel de su oído  — ¿quieres que tengamos un accidente?— Sinceramente, le gustaba el ambiente, caótico, pero algo así como familiar, con la persona que más adoraba esforzándose en sacarle sonrisas y una perra loca cejándose insaciablemente de lo mucho que odiaba los viajes en coche.

  — ¿Hm? No sé de lo que me estás hablando— soltando una risita lo cosquilleó con los dedos de los pies, colándolos por debajo de su camiseta.

  — ¡Para!— Rió, soltando un gallito al final. Mostraba una hilera de dientes, ojos brillantes y achinados. Se le calentó e corazón, estaba tan pillada por él y su perfecta sonrisa. La apartó de un manotazo, nunca sacando la vista de la desierta carretera.—Te voy a mandar atrás con Harley.

Aún quedaba una hora antes de entrar en la ciudad, maletas mal empacadas en el maletero y el suelo del vehículo lleno de hojas, barro y trozos de un palo que Harley royó hasta la infinidad. Pero daba igual, todo daba igual porque eran felices, pasaron unos días inmejorables, solos, como al principio cuando se conocieron. Móviles silenciados dentro de la guantera y un cantante de blues llamado Michael Kiwanuka sonando como fondo, acogiéndolos con su cálida voz rasposa. 

No había más que Zayn pudiese pedir en ese momento. Hacía tanto tiempo que no sentía una felicidad tan sincera, tan juvenil y libre de problemas. Poder sentir algo tan puro y sincero tras todo lo que había pasado era algo que no se esperaba, no cuando estuvo tan cerca te tocar fondo. Sentirse como el chico de veintitres años que era... Lo agradecía, agradecía de corazón todo lo que tenía en su vida ahora mismo. Ser él. Ser feliz.

Ser feliz, normalidad...

  — Esta noche tuve un sueño.

— ¿Ah, sí?

— Hmh— asintió, trazando con la punta de sus dedos las gotas de agua que corrían por la ventanilla, batallando unas con otras hasta llegar al final de su trayecto.

  —¿Y sobre qué trataba?

  — Pues, éramos nosotros tres. Vivíamos en una tienda de campaña montada en alguna playa. Creo que era una isla. Sí, como las Azores, o Madeira. Era muy bonito, muy verde y muy azul.— Su lengua enroscaba las palabras con su característico acento.—Nos bañábamos en el mar y olíamos a sal. Tus mejillas estaban quemadas por el sol y Harley intentaba perseguir los peces en la orilla. 

  — ¿Y tú? ¿Tú qué hacías?

Sonrió con cariño.

— Yo observaba, y amaba. Me gusta amar.— Susurró como si fuese un dato tan confidencial como importante.— Ah, y corría por el bosque hasta dar con el árbol más grande, y subía, subía, subía... Hasta poder hablar con las gaviotas— representaba con sus manos los gestos a la vez que contaba con gran pasión su sueño. Zayn podía recrearlo a la perfección en su cabeza, deseando él mismo encontrarse ahí. Adoraba cuando compartía sus sueños con él. Tenía los mejores sueños.— Bebíamos agua de coco todos los días, y nos colábamos en los pueblos para robar sandías en la frutería.

  — ¿Éramos pobres?— Preguntó con curiosidad.

La chica soltó una risita, como si lo que acabase de decir fuese gracioso. Acercándose a él, dejó un beso sobre su mejilla. Casi rozando la comisura de sus labios. Luego, susurró en su oído.

  — No. No creíamos en el dinero.

***

  — Hogar dulce hogar.

El moreno se tiró sobre la cama, seguida de Shazia, que se dejó sin alguna sutileza sobre él, desinflándolo como a un globo. Apoyó las manos sobre su pecho con una mirada traviesa.

 —Ouch, ¡Shazia!

  —¡Placaje! 

La tomó entre sus brazos, acorralándola sin que pudiese mover un músculo. Intentó escaparse por todos los métodos, pero ambos reían e hicieron de la cama un desastre en menos de un minuto. Cuerpos apretados, alientos templados y adoración emanando de cada poro de sus pieles. Shazia incluso llegó a morder su pómulo, a lo que él respondió con un lametón en la base del cuello.

 — Hoy estás peculiarmente salvaje, ¿no crees?—Preguntó una vez se dio por vencida. Besó su coronilla, acunándola con el corazón acelerado.

— Será que hoy es luna llena.

—Lo que tú digas, lobezna.

Le echó la lengua, pero antes de poder contestar, sonó el timbre.

 —¡Carrera!— Gritó, y sin previo aviso, comenzó a correr escaleras abajo. 

Sabiendo que tenía las de perder, simplemente se limitó a bajar a su propio ritmo. No esperándose lo que se iba a encontrar. No esperaban a nadie, poca gente sabía que volvían hoy.

  — ¿Quién es...? 

Zayn no se consideraba un chico celoso, en serio no lo hacía.  Pero a pesar de haber hablado sobre el tema, ver al chico con el que Shazia estuvo no hace mucho tiempo atrás parado en la puerta, con una mirada triste que no apartaba de ella, lo hacía sentir celoso. No de manera agresiva, no de manera posesiva, era solo que...

Dio un par de pasos más, dejando una mano en a baja espalda de la chica, aún sintiéndose como un imbécil por ello. Kyle notó su presencia en ese momento, e inmediatamente bajó la mirada, como avergonzado de estar siquiera ahí. La situación era incómoda y ni siquiera se había vocalizado nada. Shazia notó la tensión, pero no sabía qué hacer, como tampoco entendía por qué el chico de rubios rizos se había presentado en la puerta de su casa.

— Hum... Lynn me dijo que estarías aquí— explicó con timidez.— Hola.

— Hola, Kyle.— Parpadeó un par de veces.—Eh, este es Zayn. Zayn, Kyle...

El moreno dio un paso más, aceptando la mano que le tendía. La inesperada visita era más alta y de constitución robusta que él. A pesar de ello, era un chico que no intimidaba, ni tenía razones para estarlo...

Tras una larga inspiración, Kyle volvió a mirar a la chica, rostro más serio y decidido.

  — ¿Podemos hablar? 

_____

He decidido partir este capítulo en dos partes para que podáis leer un poco. El siguiente estará subido para la próxima semana

siento ser un fraude xoxo

¿opiniones sobre lo que podrá pasar?

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