Capítulo 104

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Zayn cerró el grifo de golpe, mudo. Por otro lado, Shazia se quedó paralítica, su rostro rojo como nunca antes lo había estado. Ambos rezaron por que no abriese la puerta. Lo último que deseaban eran ser pillados por su madre/suegra en una situación tan... Íntima.

  — ¿Zayn?— Llamó por segunda vez su madre. Golpeó un par de veces la puerta.

De la nada, encontró su voz, muy nerviosa.

—Me estaba duchando, ma. Saldré en unos minutos— contestó en voz alta.

— Vale, cariño.— Para alivio de ambos, la manilla no se movió, pero aún no se atrevieron a moverse, escondidos tras la cristalera.—Solo vine a decir que la cena estará en veinte. ¿Vendrá Shazia?

— Eh, sí. Está... En el otro aseo. Yo la aviso.

Pasaron un par de segundos eternos antes de que contestase.

  — Te dejo entonces. Bajad cuando estéis listos. 

Escucharon atentos cómo Trisha se alejaba, y Shazia se dejó caer al suelo... Literalmente. Deslizó la espalda contra los azulejos hasta que su trasero se encontró con el suelo. Soltó un largo suspiro, creando en su cabeza un escenario involuntario de lo incómodo que sería si hubiese llegado a entrar. Zayn salió de la ducha, envolvió una toalla por su cintura y le tendió la mano para ayudarla a salir.

 — Qué es la vida sin un poco de adrenalina, ¿eh?— Sonrió con ironía, intentando sacarle peso al asunto.

La morena lo fulminó con la mirada, sin el humor para bromas. Aún así tomó la mano y se envolvió en la toalla que sostenía para ella. 

  — Estuvo a punto de salírseme el corazón por la garganta. 

Inmediatamente salió del baño, comenzando a buscar entre los cajones del muchacho algo que se pudiese poner dado que su ropa se encontraba en un estado decadente, empapada y con manchas de barro. El muchacho la siguió, secándose el cabello con una toalla más pequeña.

 —¡Imagínate que hubiese entrado!— Añadió, tomando una camiseta con el logo de Metallica y unos shorts de baloncesto. No entendía cómo podía tener tanta ropa en todas partes, pero lo agradecía  — no podría mirar a Trisha a la cara por meses.

  — Cosa buena que nada pasó entonces. ¿Me secas el pelo? ¿Por favor?— Preguntó meloso, inclinándose como un cachorrito cuando pide caricias para que pudiese hacer el trabajo por él. Casi se le pasó el enfado con aquel gesto y los ojitos que le estaba poniendo. Zayn adoraba que jugasen con su cabello casi tanto como ella.

  — No sé cómo estás tan relajado— confesó, acercándose un paso más, comenzando a masajear su cabeza.

  — Créeme, yo también me asusté por un momento. 

  —Zayn, no hay nadie en el aseo de lo invitados— su madre entró en el cuarto sin avisar— ¿y por qué está tan mojado el pasi... llo? Oh vaya.

La chica tan pronto la había escuchado había intentado -en vano- esconderse tras la cama, sujetando la toalla fuertemente al pecho. Se le escapó una exclamación que no ayudó nada, dado que fue lo que hizo que los viese. De hecho, que se agachase solo hizo que se vieran en una posición entrometedora. El moreno observaba a su madre con hombros como platos.

Trisha se llevó las manos a la boca, lo que daría a pensar que fue por la sorpresa. Pero la verdad es que estaba escondiendo una sonrisa por lo graciosos que se veían. Sus mejillas se tiñeron por lo incómodo de la situación. No era difícil sumar uno mas uno.

— Agradecería que llamases la próxima vez que quieras entrar en mi habitación, ma. 

  — Perdonad— se disculpó— ya me voy, ya me voy.

Free me | zayn |Where stories live. Discover now