Capítulo 66

3.5K 257 52
                                    

Se despertó a meros milímetros de una cola de fantail, o como Zayn había nombrado tiempo atrás: piwakawaka. Sus pupilas habían tardado en enfocarse apropiadamente para diferenciar los manchurrones de tinta y piel lisa y tersa, o el movimiento del cuerpo que abrazaba moviéndose sutilmente con cada respiración.

Sonrió ligeramente al darse cuenta de su actual posición, abrazando a Zayn contra su pecho, un brazo sobre su cintura y piernas completamente entrelazadas. No podía sentir su otra extremidad, atrapada entre cojines y el cuello del moreno. ¿Se habían quedado dormidos en esa posición? No podía recordarlo. Seguramente, quizás. Estaba siendo un niño mimoso y llorón la noche anterior, pidiéndole cosas que sabía que Zayn adoraba pero que nunca pedía en voz alta, como rascar sutilmente su cabeza con sus cortas uñas, que susurrase cosas en urdú suavemente aunque no entendiera nada o besarlo en el cuello.

De hecho, sí recordaba, dado que así era cómo Zayn se había quedado dormido, con el actual brazo atrapado de Shazia haciéndole mimos en la cabeza y labios pegados en el hueco de su cuello, sonriente y relajado tras aquel día lleno de todo tipo de emociones: rencor, indignación, coraje, perdón, alegría, calidez, la sensación de estar en las nubes tras... el curioso momento en la hamaca, ternura, el ligero bajón que le dio al finalizar la noche y las acciones de Shazia intentando alegrarlo y mimarlo.

Cuando llegaron a cama se había comportado como un cachorrito triste y abandonado con la carita escondida bajo el mentón de su novia, y aunque sospechaba que el cincuenta por ciento era pura exageración no le negó lo que con tanto cariño pedía apretándola contra su cuerpo, ronroneando con voz adormilada y espeso acento nórdico.

Había sido adorable.

Tanto que incluso aceptó a Harley cuando se unió a ellos, quedándose dormida a sus pies tras una sesión de caricias y besos que había aceptado más que encantada.

Podía escuchar la respiración del animal mientras se fijaba en la casi perfecta piel de Zayn, apenas jaspeada por pequeñas marcas o aleatorios lunares. Calidez abrazando la parte delantera de su cuerpo.

Desenlazó las piernas para poder estirarlas, sintiéndolas agarrotadas tras horas en la misma posición. Harley bostezó, despertándose por el movimiento. Cuando notó un par de ojos humanos sobre ella, movió la cola con felicidad emitiendo un agudo sonido.

— Hey Har, ¿con humor para despertar a papá?— Susurró.

Ella se levantó y se acercó a ella, con las mismas intenciones pero para la persona equivocada.

— ¡No, no!—Ni se molestó en susurrar. Sabía que el moreno no se despertaría. Lo señaló con un dedo—a Zayn, ¡ataca!

Sorprendentemente, se abalanzó sobre él, todo lengua, babas, hiperactividad y una cola que se movía tan rápido que temía que saldría volando en cualquier momento.

—¡Bien!—Rió triunfante al ver un ceño frunciéndose en el adormilado rostro.

Harley dio lengüetazos por toda la cara, pero mayoritariamente terminó empapando su nariz y boca repetidas veces antes de que Zayn se dignase a despertar. Demasiado tarde, porque prácticamente lo había duchado en babas para cuando comenzó a apartarse, empujando su espalda contra una risueña Shazia.

—¿Hmf? ¿Qué...?—La perra ladró—¡Harley! — Mala idea abrir la boca. Hizo una mueca, apartando el enorme cabezón con una mano mientras intentaba limpiarse con la otra.— Fuera— Harley se bajó. Marchándose por la puerta entreabierta.

—Buenos días, Zaynie.—Susurró con una risita contra el hueco de su cuello.

No le hizo falta pensar mucho para darse cuenta de lo que la ojiverde había hecho. La miró entre espesas pestañas y adormilados párpados. Cinco segundos después se encontró acorralaba entre brazos y piernas, rostro a centímetros de distancia del suyo.

Free me | zayn |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora