Capítulo 52

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No hubo palabras tras la recomendación de Shazia, sólo una significativa mirada que no supo interpretar. No tenía ni idea de quién podría tratarse, porque obviamente ella no se comportaría así si el visitante fuese Louis, o Jawaad, o el cartero.

Dejó su habitación en silencio, y ella no lo siguió. Harley continuaba ladrando en la entrada, con las patas sobre la puerta. ¿Podría tratarse de la persona que se encargaría de ella mientras estaban fuera? Tampoco lo creía posible, además, no vendría hasta la tarde.

La apartó a un lado, y a partir de ahí todo transcurrió a cámara lenta: el movimiento de su muñeca al girar el manillar, la puerta abriéndose, el golpe de aire fresco contra su cara, incluso la trayectoria de su mirada hasta dar con aquellas tres personas que había dado por perdidas.

— ¡Zayn!— La niña no pudo contenerse, y se abalanzó sobre él, pasando los brazos por su torso al abrazarlo con tal fuerza que hizo que sus pulmones perdieran aire, desinflando su pecho. 

Sus ojos acaramelados se encontraron con aquella mirada azul que no veía desde hacía como mínimo tres, cuatro meses y que no se esperaba ver en otro largo tiempo. El shock impidió que se moviera, o reaccionara en cualquier modo posible hasta que las otras dos chicas dieron un paso al frente, y sus reflejos volvieran a su normal funcionamiento.

Pasó los brazos por el pequeño cuerpo de su hermana.

 — Safaa— su voz temblaba de la emoción, y creía sentir la humedad aumentando en los lagrimales— Doni, Wali...— ambas le sonrieron, también emocionadas— no me lo puedo creer.

Ellas se unieron, los cuatro hermanos abrazándose por primera vez en tanto tiempo que ninguno recordaba realmente la última vez que tuvieron un abrazo como aquel. Quizás como media década atrás, la tarde siguiente a que Simon anunciara la creación de una nueva banda, cuando ninguna de ellas podía esperar para abrazar a su único hermano, orgullosas.

— Dios Zayn, nos alegramos tanto de verte— Doniya dejó un estruendoso beso en su mejilla antes de volverlo a estrangular en otro abrazo— ni te imaginas lo que te he echado de menos.

Zayn rió, aún en su estado de incredulidad.

— Creo que es la primera vez que te he escuchado decir algo así.

— Sí, bueno, grábatelo bien en la cabeza, porque no sucederá de nuevo, hermanito.

Dio un paso atrás, rompiendo el agarre, y las miró a las tres a los ojos. Aunque Doni siguiese igual que siempre, sí veía cambios en las otras dos chicas, sobre todo en Safaa, que había crecido un par de centímetros.

— ¿Cómo es que habéis venido? ¿Lo saben papá y mamá?

— ¿Podemos entrar? ¿O nos vas a servir el té aquí mismo?— Preguntó la mediana.

— Sí, claro, pasad, pasad.

Se acomodaron en la sala de estar, las tres se sentaron a lo largo del sofá.

— ¿Queréis algo de beber? ¿Comer? No tengo mucho que ofrecer, la verdad, mañana nos vamos y...

— Cualquier cosa estará bien, Zaynie. 

Poco después apareció con una bandeja llena de vasos, bebidas, y los pocos snacks que habían sobrado, disponiéndolo todo sobre la mesita como si se tratase de un nervioso camarero en su primer día de trabajo. Luego se acomodó en uno de los sillones, sin saber qué decir.

— Mamá y papá no saben que estamos aquí— comenzó Waliyha.— Les dijimos que íbamos a casa de una de las primas, tomamos el coche y Doni nos condujo hasta aquí.

Free me | zayn |Where stories live. Discover now