Capítulo 64

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*Imagen: Jules creyéndose artista cuando la realidad es que no es más que una pobre aficionada pero lo comparte igual bc why not*


 — ¿Qué tal estás, hijo?— Preguntó su madre con cierta pena en su tono de voz.

— Bien. Estoy bien.

Los segundos pasaron con miradas y un silencio incómodo. Zayn no decía nada, y aquello era justo lo que todos esperaban. La morena le dio un suave codazo, y él respondió.

— Mamá, papá...— le molestaba tanto sentirse así, no ser ni capaz de hablar con normalidad— ella es Shazia. Shazia, mis padres: Yaser y Trisha.

Shazia dio un par de pasos hacia delante, sacudiendo manos educadamente con ambos adultos. Pudo notar cómo la estudiaban tras esas expresiones de apretadas sonrisas.

  — Encantada de conoceros, señores Malik.— Oh Dios, eso había sonado tan forzado... 

 Mientras Zayn conducía a sus padres hasta el salón para esperar a que la cena estuviese completamente preparada, Shazia corrió de vuelta a la cocina para meter las galletas en el horno y darle los últimos toques a la comida lo más rápido posible. Añadió el aliño a la ensalada y sirvió el salmón a la plancha con sus acompañamientos en cuatro platos distintos, adornándolo con una ramita de eneldo, aceite, finas rodajas de patatas y un par de verduras, realizando cada plato hasta que quedase a la perfección. Todo tenía que estar perfecto.

  — ¿Puedo ayudar en algo?— Zayn entró como perro de la pradera escondiéndose en su madriguera.

La chica le lanzó una compasiva mirada. La verdad era que no quería estar en su piel ahora, no podía imaginarse cómo debía de sentirse teniendo a sus padres en casa tras todo lo que había ocurrido con ellos: peleas, críticas y rechazos. Y para colmo no habían empezado con buen pie, ni de lejos.

  — Podrías ir llevando la ensalada y abrir el vino— sugirió, señalando el bol.—Ya casi termino.

Cinco minutos después la cena estaba completamente puesta y Zayn avisó a sus padres. Cuando todos estuvieron sentados comenzó a verter la blanca bebida en las copas. Luego se sentó al lado de Shazia, encarando a Yaser y Trisha.

Los primeros bocados transcurrieron en silencio, masticando y dando pequeños sorbos. Solo se escuchaba el suave tintineo del metal contra la porcelana y el golpeteo de la base de las copas contra la madera oscura de la rectangular mesa. Pocas veces utilizaban el comedor, y se sentía como uno de los cuartos más fríos de la casa por su falta de uso. Las paredes se sentían demasiado blancas a pesar de la anaranjada y tenue luz de las lámparas, demasiado vacías...

Shazia pensó que quizás sería una buena idea colgar algunos de los cuadros que había comprado en Barcelona en esa sala.

  — Esto está delicioso— Trisha fue la primera en romper el hielo. En el rostro de Shazia se dibujó una genuina sonrisa. 

  — Muchas gracias.

— ¿Lo has preparado tú?— Asintió.—En serio, sabe increíble.

Antes de que pudiese dar una modesta respuesta, Zayn habló.

— Está pensando en entrar en hostelería.

— ¿Hum?— Trisha alzó las cejas— dicen que es bastante duro.

— No pierdo nada por intentarlo.— La mujer le dio la razón.

— ¿Sería de mala educación preguntar por tu edad?

— Uh... Tengo dieciocho años. 

Zayn hacía lo posible para morderse la lengua. Lo odiaba, que pretendiese que nada sucedía mientras entablaba una casual conversación con su novia. La estaba haciendo sentir incómoda, lo podía notar en sus gestos, en cómo jugaba con su tenedor mientras se esforzaba en sonreír con naturalidad.

Free me | zayn |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora