Capítulo 88

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Profesionalmente, su vida iba de perlas. Jamie les había comunicado que el proyecto de hacer una cadena única y exclusivamente vegana se llevaría a cabo, lo que también quería decir que tanto Shazia como el resto de sus compañeros tendrían un trabajo fijo como cocineros, por lo que ya no vivían con el temor de que en cualquier momento acabasen de patitas en la calle. Dijo que primero abriría dos o tres locales en Londres, y que poco a poco, si todo iba bien, iría abriendo más locales nacionalmente en más ciudades como Brighton, Cardiff, Manchester, Liverpool...

Eso había sido hace tiempo ya, días después de haber vuelto de casa de su hermano. No iba a mentir y decir que no le había preguntado a su jefe si en caso de ser así, que todo fuese bien y llegasen a abrir en otros lados, cupiese la posibilidad de ella trasladándose a Liverpool. La idea era buena: quedarse con Fahim, cambiar de aires. 

Jamie había dicho que la preferiría aquí, que podría sacar mucho más provecho de su creatividad si estuviese alrededor. No era la primera vez que lo expresaba: pensaba que ella tenía muchísimo potencial, pero no se opondría en caso de que eso fuese lo que ella quisiera. Para ser sincera, fue un alivio saber que podría contar con esa posibilidad en un futuro. Sí es cierto que estaba ahí ahora y que lo llevaba relativamente bien, al fin y al cabo era una chica fuerte. Pero el amor es el amor, y su corazón seguía hecho trizas.

Había pasado un mes desde la última vez que lo vio, y cuando pensaba en ello, volvía a sentirse como la primera vez: desolada y triste, muy triste. Intentaba llevarlo lo mejor posible, pero eso no implicaba que estuviese siendo una rotura jodida. Nunca llegó a encontrar las fuerzas suficientes para ir a por el resto de sus cosas, por ejemplo, siendo Lynn la que terminó volviendo a aquella casa.

A pesar de eso intentaba escuchar de él o la banda lo menos posible. Solo había leído algo sobre habiendo un reajuste en las fechas en la gira que deberían de empezar esta misma semana, pero antes de que pudiese ir más lejos, Lynn le había sacado el artículo de las manos, alegando que era algo por lo que ya no se debería de interesar. Quedó intrigada en el por qué, qué es lo que estaba ocurriendo para que tuviesen que cambiar las fechas de conciertos que ya habían vendido hace tiempo.

La preocupación la invadió, pero no hizo nada al respecto. Al fin y al cabo él la había echado de su vida, y lo cierto era que cuanto más pensaba en ello, más y más enfadada se sentía. A pesar de que su mirada vacía e inerte seguía en la parte trasera de su mente, sintiendo la necesidad de socorrerlo, no podía sacarse la idea de que Fahim tenía razón al decir que no podía vivir pensando en que le debía el mundo entero, y en lo que dijo Lynn de que podría haber hablado con ella, explicarle lo que le sucedía en cualquier momento, pero como bien se sabe, aquello nunca sucedió.

En el fondo de su corazón seguía con la pequeña esperanza de que él volvería, que le pediría perdón por haber sido tan injusto, por no contar sus problemas cuando sabía que tenía su apoyo incondicional. Se lo imaginaba sentado en el borde de su cama con una rosa atrapada entre su mano derecha, jugando con los anillos de la otra , esperando a que volviese del trabajo. Se lo imaginaba poniéndose de pie tan pronto la viese entrar y abrazarla con fuerza, pidiéndole perdón un millón de veces antes de darle explicaciones, antes de decir que la echaba de menos, que la quería de vuelta. Y ella diría que sí, porque ella mejor que nadie sabe que nadie es perfecto, y todos merecen al menos una segunda oportunidad. Shazia sabía aquello.

Pero aún no había sucedido, y esa pequeña esperanza era cada vez menos visible, se desvanecía, a pesar de seguir ahí, era cada vez más débil, y temía que se fuese a desvanecer por completo.

— Shaz, ¿estás bien?—Kyle puso una mano sobre su hombro, ojos oscuros mirándola con preocupación. Aquello la sacó de sus pensamientos.

— ¿Uh? 

Free me | zayn |Where stories live. Discover now