Capítulo 113

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  —¿Tú lo harías?

  — Da igual lo que yo haría, colega. Es tú decisión, eres tú el que llevará el peso sobre los hombros.

— No lo llames peso... Me asusta— Zayn dio una calada del porro que Jawaad y él compartían. Tan insertos en la conversación que cualquiera podría entrar ahí y darles el susto de su vida, seguramente. Delante de ellos la televisión emitía algún tipo de película de acción, de aquellas con millones de libras invertidas en efecto especiales y cero en guionistas. Aparte del sonido de los altavoces, el piso de su primo estaba en silencio.

— Sabes a lo que me refiero...

— Sí. Lo sé, pero eso no es a lo que me refiero— apretó los labios, jugando con el mechero— ¿tú lo harías?

— Yo... No lo sé. Supongo. Si es lo que me hiciese feliz...

— Muy feliz— corroboró— supongo— dijo con voz más trémula,— espero.—No iba a mentir: tenía miedo, de lo que podría pasar.

— Asumo que aún no hablaste con Shazia sobre ello.

— No. Yo... Aún tengo que.

— Deberías—dio otra calada, dejando el humo mezclarse con el aire lentamente, intensificando el ambiente neblinoso—aunque sea tu decisión, Zayn, es algo que deberíais de hablar—dijo con más convicción.—Si fuese tú, cogería el toro por los cuernos y pelearía.

— Lo sé. Lo haré.

 — ¿Hablar con Shazia, o...?

  — Ambos. La decisión está tomada.

  — De hecho. Voy a llamar ahora mismo.

— ¿Qué? ¿Ahora, ahora? Zayn, no... No creo que eso sea una buena idea.

Pero el chico ya tenía el móvil entre las manos, número marcado. Solo faltaba pulsar el botón verde. Esto era la censura.

  — ¿Por qué no?

— ¡Porque no! Zayn— la mirada azul de Jawaad podría perfectamente perforarlo— no es algo que puedas confrontar con una llamada— siseó.

Pero no lo escuchó. Marcó el número, podía sentir sudor bajando su nuca. Esto era algo grande. Muy grande.

  — El punto y final... 

***


Niall sentía como si alguien estuviese apretando su corazón en un puño. Y por cada paso que daba, corriendo por los pasillos del hotel, el puño lo estrujaba más y más. Le faltaba el aire, pero no podía dejar de correr. Como un animal salvaje capturado en una jaula: a pesar del agotamiento, del pánico, no podía parar.

Los trabajadores del hotel lo observaban con irritación o extrañeza, pero no podía importarle menos. Sin molestarse en soltar una disculpa cuando tropezaba con los carros de limpieza o clientes descolocados.

Corría pero parecía que su destino no llegaba, sus piernas no se movían con suficiente rapidez. Y en su cabeza el mismo mantra se repetía una y otra vez; "estás soñando, esto no puede estar pasando..." Frustrado consigo mismo por no recordar el número de a habitación, dando vueltas desesperadamente hasta que al fin, se acordó.

Golpeó la puerta unas treinta veces hasta que un par de ojos verdes se encontraron con los suyos. Había desolación en ellos, pero Harry lo dejó pasar igualmente. Sobre la cama, Liam miraba el techo, como si solo su cuerpo estuviese presente. Justo a los pies de ésta, echo una bola que no dejaba de temblar, Louis escondía la cabeza entre sus piernas, ahogando sollozos contra la tela de su jersey.

Free me | zayn |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora