Capítulo 111

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Había tristeza en la mirada de Kyle. Jugaba con la manga de su chaqueta nerviosamente. Shazia inspiró largo y tendido antes de dirigirse a Zayn, necesitando saber qué pasaba por su mente. Él le sonrió alentadoramente, no quería ser el responsable de hacer esto aún más incómodo.

—Podríais ir al bar si queréis un poco de privacidad. Yo... Estaré arriba.

Se refería al bar pirata. Y quizás no fuese una mala idea. Sabía que tendría que enfrentarse a la vida real y salir de la pequeña burbuja en la que se habían escondido antes o después. Asintió una vez, mordiéndose la mejilla pensativamente y Zayn besó su sien antes de desaparecer, ofreciéndole una educada sonrisa al chico. No iba a comportarse como un imbécil con él, se negaba a defraudarla.

 Una vez solos, Shazia se recompuso, estirando un poco más su cuello, batiendo sus pestañas tres veces antes de dirigirse a Kyle. Dio un paso en su dirección. Haciéndole una señal con el índice, cerró la puerta tras ellos.

— Sígueme.

Recorrieron el jardín con pasos silenciosos y mentes lleno de ruido. Kyle la seguía como su sombra, y si no fuese porque a medio camino lanzó una mirada para atrás y lo vio ahí, pensaría que se había quedado justo donde lo dejó, en la entrada de su casa. Harley se les unió poco después, comenzando a olisquear los tobillos del invitado con curiosidad, meneando la cola.

— Harley, no— su voz demandante hizo que parase solo por unos dos segundos. Suspiró con frustración, a punto de atraparla por la correa.

— No me importa, Shazia— sonrió débilmente— déjala estar. Ya se cansará.

 Entraron en el acogedor lugar, la puerta crujió -aposta, Zayn decía que le daba un toque ideal-. Se apresuró en encender abrir las contras y encender la hoguera eléctrica para calentar el lugar, mientras Kyle miraba con adoración las redes llenas de objetos que colgaban del techo, estudiar la enorme colección de botellas tras la barra, los ornamentos que decoraba las paredes.

  — Guau. Esto es flipante. Me encanta.

Le sonrió en respuesta mientras prendía la última luz. 

  — ¿Quién lo construyó?

 —Zayn— dijo con voz soñadora. Kyle miró el suelo, ignorando cómo su rostro se iluminó al decir su nombre—  fue idea suya. Yo lo ayudé un poco... Aunque a la hora de construir, fueron unos carpinteros.

Rodó los ojos, ignorándola. Se sentó en uno de los taburetes a petición de la chica, y esta se puso tras el bar.

  — ¿Algo de beber? También hay una nevera llena de refrescos.

— Un té helado se agradecería.

Asintió, y pretendiendo ser una camarera profesional, sacó dos vasos, adornándolos con hielo y unas rodajas de limón antes de sacar dos botellines y llenar los recipientes hasta el segundo tercio. Se lo hizo llegar de un lanzamiento, viajando por la lisa superficie de lijada madera.

— Gracias— dio un largo sorbo— ¿no te da miedo a que arda todo esto? Hasta los tiradores son de madera.

  — ¿Con e tiempo que hace aquí siempre? Nah. Temo más que se inunda.

Hablaron de poco y nada por un rato, disfrutando de la compañía del otro y la pureza del momento. Al fin y al cabo eran buenos amigos antes de nada pasar entre ellos. Shazia no se pudo parar en pensar en cómo se sentiría Zayn en este momento, en cómo se sentiría ella si la situación se diese a la inversa. Entendería la situación.

  — Bueno— Kyle carraspeó— supongo que no puedo evitar el tema para siempre, ¿no? Para algo he venido...

— Para algo— asintió, volviendo a la realidad.— Habla cuando quieras, no hay prisas, no te voy a forzar.

Free me | zayn |Where stories live. Discover now