Capítulo 68

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 Mudo.

Zayn no podía hablar, porque esos ojos le suplicaban en silencio. El chico respiraba muy alterado, aún en shock por casi haber sido atropellado, palabras atascadas, atrapadas tras las fuertes inhalaciones, agarrándose con fuerza contra la ventanilla del vehículo. Esos ojos no apartaban la mirada de Zayn.

Preston carraspeó, incómodo de que se encontrase tan cerca de su escoltado, sin ningún tipo de protección o resguardo entre él y el chico que, siendo sincero, parecía un tanto lunático a ojos ajenos. Así que hizo lo que le pareció más lógico, y la ventanilla comenzó a subir.

— ¡No!— Gritó el desconocido, saliendo de su trance. El cantante frunció el ceño, lanzándole una mirada a Preston, que continuaba presionando el botón.— ¡Por favor!

— Para. Está bien— aseguró.

¿Pero realmente lo estaba? No podría ser una coincidencia, ¿verdad? La exacta mezcla de verde esmeralda, casi aturquesado -aunque no tanto como los que veía diariamente- alrededor de unas pupilas pequeñas como una semilla de pimienta negra, diminutos reflejos dorados... La misma curvatura en la comisura de los labios y el exacto cálido tono de piel. No podía ser una casualidad.

Le costaba creérselo.

— Tu nombre.— Demandó Zayn— dime cómo te llamas.

Tragó saliva, nervioso. No podía creérselo, no podía ser tan fácil, ¿o sí? Cuando vino aquí, hace al menos una hora, sus expectativas eran tan bajas... Pero ahora el chico que había visto en portadas, rodeado e flashes y gritos estaba hablando directamente con él, y lo había reconocido sin haber cruzado una sola palabra.

— ¡Fahim!— Se apresuró a contestar, voz temblorosa y agitada por los nervios— ¡Fahim Jinnah!

El más joven asintió, mordiéndose el labio con ojos muy abiertos.

Así que no era una coincidencia.

Pero la situación era tan surreal, tan imposible. No entendía por qué no estaba tan sorprendido como debería, por qué actuaba con tanta serenidad. Sin duda Zayn había vivido una vida muy excéntrica y extraña.

— Tu carnet. Déjame verlo— ¿en serio estaba preguntando eso? De todas las cosas que podría decir... Pero necesitaba realidad, necesitaba pensar que esto era una broma, un sueño, algo. Porque esto no ocurre, esto no sucede en la vida real.

Fahim no hesitó en sacar su billetera con un asentimiento y enseñarle el pequeño rectángulo lleno de información personal.

— Soy el hermano de...

— Lo sé— cortó, suspirando. Forzó una sonrisa, corta y sin humor.— Lo sé.

— ¿Está aquí? ¿Está contigo? ¡Necesito verla!— Borbotó— por favor.

Sus penetrantes ojos le suplicaban, desesperado. Seguramente necesitaba calmarse, ¿pero cómo podría ser capaz?

— Sí, claro... Sí— contestó. Demasiados acontecimientos para una sola tarde, lo juraba.— Pero ahora no puede ser.

— ¿Qué? ¿Qué quieres decir?

Zayn se dirigió a su guardaespaldas en el mismo momento que empujó del manillar. Fahim se apartó inmediatamente.

— Espera aquí. Vuelvo en dos minutos. —Salió del coche y le lanzó una rápidamente una mirada al hermano de Shazia. Era ligeramente más alto que Zayn, hombros más anchos y piel más oscura, aunque su aura no era exactamente intimidante, quizás por su propia naturaleza, quizás por el nerviosismo que rebosaba.— Sígueme.

Free me | zayn |Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα