Capítulo 17

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Dudó. Se quedó, sin duda, demasiado tiempo dándole vueltas al mismo problema, a su punto débil: la confianza. Para Zayn, la confianza era algo intrínseco, en todos sus campos. Y estos últimos meses, una y otra vez, se burlaron de lo que era esencial para él. Lo abandonaron en sus propias dudas hasta que le fue imposible salir de ellas. Aquello fue una de las principales razones de su huida. Todos sus problemas fueron a causa de la confianza. La familia, la amistad. No lo habían creído, dudaron de sus propias palabras, o simplemente lo dañaron.

 Por todo ello, ahora le era imposible hablar con nadie, inclusive con la joven morena que esperaba pacientemente en el otro extremo de la pequeña mesa, daba cortos y cautelosos sorbos a su té humeante, expectante.

Su paciencia lo ponía nervioso. Quería confiar en ella, su subconsciente le gritaba que ella no era todo el mundo, que podría contarle todos sus miedos y puntos débiles, y ella en ningún momento se aprovecharía de aquella ventaja. Pero no era tan fácil, fiarse de una persona que conocía desde hace apenas una semana y media, aunque las circunstancias fueran tan peculiares como la suya.

La mirada limpia y cristalina, como un mar verde turquesa, sincera, sin maldad suplicaba en silencio paciente por una palabra, una frase, una respuesta, un grito. Lo que fuese. Pero él seguía en silencio, sin saber qué hacer con sus manos, sin saber a dónde llevar la vista.

Le gusta, no le fue difícil aceptar la obviedad. Lo supo tan pronto notó el cambio de sentimientos que sintió en su interior. De pena y compasión a atracción y venganza contra su padre y prometido. Y empatía. Mucha empatía. Todo se mezclaba como un remolino en su interior, al que ahora se le unía el temor de darle una respuesta y que ella ya no lo viese con los mismos ojos, que su vida lo alejase de ella y no lo viese como el chico normal que necesitaba sentir que era. Porque él seguía siendo el mismo Zayn de siempre, aunque nadie quisiera aceptarlo, y lo mirasen siempre con admiración, u odio, admiración por ser inalcanzable y odio por haber llegado a donde está ahora.

Nunca lo quiso así, nunca fue consciente de que al haberse presentado aquel día años atrás a una audición, de haber sido juntado involuntariamente con lo que ahora son sus mejores amigos, fuese a llevarlo a la cima del mundo. De que por una simple firma y la autorización de sus padres, ahora lo tuviese todo al alcance de sus manos: dinero, fama, chicas.

Pura vanidad. Nada de eso era lo que le hacía feliz. Tenerlo todo con tanta facilidad no lo hacía feliz, porque en realidad, tras toda aquella facilidad sólo había mentiras y más mentiras. Manipulaciones, órdenes, un silencio obligado. Tener que decir lo que la audiencia quería escuchar.

Según su criterio, vivía gracias a ilusiones y mentiras. No solo era One Direction, había todo un enorme tinglado detrás. Uno de gran importancia.

La verdadera felicidad la encontraba tras cada concierto, cada momento que se sentó junto con Louis y más compositores a crear, en ayudar, charlar tranquilamente mientras tomaba algo en el sofá de su apartamento. En volver a casa y visitar a su familia y viejos amigos y abrazarlos, que era como volver a sentir la normalidad. Pero ya no era igual, no hasta que dudaron de su palabra.

Sus pensamientos se vieron interrumpidas por la suave voz de Shazia.

–Lo siento– musitó con expresión avergonzada.

Frunció el ceño y aclaró el irritante nudo en su garganta.

–¿Qué sientes?

–Te he puesto más triste, no era eso lo que quería.

Su expresión se suavizó visiblemente, y soltó un discreto suspiro que se sintió realmente bien. Incluso esbozó el inicio de una sonrisa en la comisura de sus labios rodeada por aquella oscura barba por un par de segundos.

Free me | zayn |Where stories live. Discover now