Capítulo 1

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"Malik, te necesito en mi despacho. Ya." Paul.  Hace una semana.

"Cariño, lamento lo que ha pasado, perdóname." Perrie. Hace una semana.

"Sabes que odio enterarme sobre tus cosas por otra gente. Ya no sé ni quién eres." Mamá. Hace cinco días.

"¡Hey, bro! ¿Te apuntas a unas birras? Sé que seguramente no contestarás, pero no perdía nada por intentar. Espero que estés sobreviviendo a tus mierdas, chicho malo." Louis. Hace cinco días

"¡Eres un imbécil! Devuélvele las llamadas a Perrie. PD. Soy Jade." Número desconocido. Hace cuatro días.

"Por favor Zayn... Nadie sabe nada de ti, háblame. Lo siento." Perrie. Hace tres días.

"¿Son las drogas? ¿Las estás usando otra vez? ¿Es por eso que te escondes como un cobarde?" Doni. Hace tres días.

"Mañana por mañana hay entrevista en la BBC, ¡estate preparado! No me hagas llamar de nuevo a tu asistenta, Malik." Paul. Hace tres días.

"Te voy a matar." Paul. Hace dos días

"Ya no sé que contar, Zayn." Perrie. Hace un día.

"Zayn Jawadd Malik. ENCIENDE EL MALDITO TELÉFONO Y DA LA CARA. ¿Acaso nos quieres enfadar más de lo que ya estamos?" Mamá. Hace un día.

Estos eran unas pocas de las decenas de mensajes que entraron tan pronto encendió el teléfono luego de una larguísima y solitaria semana. 

Mala idea.

La presión y el estrés volvieron a atacarle. Sus ganas de nicotina lo controló por completo, y salió casi a la carrera hacia una salida o balcón cercano. Tomó la cajetilla media vacía de Chesterfield, sacando del interior un cigarro y su mechero de la suerte, azul celeste con un dibujo desgastado en negro.

En cuanto llegó a la primera salida de emergencia empujó con fuerza la puerta, se llevó el pitillo a los labios y con la mano haciendo de fortaleza contra el repentino viento, prendió el conjunto de hierba y demás veneno, aspirando dos veces con ganas. Aguantó el humo durante largos segundos mientras esperaba a que hiciese efecto, llevándose consigo la ansiedad, y exhaló lentamente, observando cómo el humo se desvanecía poco a poco sobre su cabeza. Repitió los mismos gestos dos veces más y luego se apoyó en la barandilla del balcón en el que se encontraba.

A lo lejos podía ver aviones despegar y aterrizar meticulosamente, haciendo un horrible ruido con sus enormes motores. Trabajadores se movían de un lado a otro en pequeños vehículos y con señales fosforitos en las manos, indicando a los pilotos por donde tenían que llevar los gigantescos transportes.

No entendía por qué a la gente le entusiasmaba tanto volar. Sí, los aviones son elegantes, como un águila, ¿pero qué había de bonito en ver todo desde arriba? Todos los detalles se perdían en la altura, todo se volvía borroso, la tierra se desvanecía entre las nubes. ¿No eran los detalles los que hacían la vida tan especial? ¿Dónde quedaba eso al elevarse dos mil metros y perder de vista todo? Mirar por la ventanilla y solo ver blanco, gris o negro. Además, los oídos se taponan y había que bostezar y mascar chicle todo el tiempo para que esto no pasara. Y los asientos, sin pagar una barbaridad como había hecho él, son la cosa más incómoda, estrecha e insana que uno se podría encontrar en la vida.

La pregunta era: ¿qué hacía el famoso Zayn Malik, sólo, sin seguridad cuidando de él, en un aeropuerto? Es complicado de explicar.

Su vida estos meses se había convertido en un auténtico caos. No la profesional, One Direction iba sobre ruedas, mejor que nunca de hecho: las fans se habían calmado al fin, dándoles algo de privacidad a los chicos, todo se había estabilizado. La venta de discos y conciertos era disparatadamente alta, y esto significaba un gran respiro para los cinco chicos y el resto del equipo.

Free me | zayn |Where stories live. Discover now