A ninguno parecía interesarle comer sus cereales al lado de botellas de alcohol vacías y vasos de plástico.

—Hay que llamar a Holly —dice Britanny empujando vasos para poder preparar sus tostadas.

Esta vez, nadie protesta. Desde que estoy en esta casa, obligué a los chicos a limpiar su propio desastre y dejar de llorarle a Holly para que venga. Pero esta vez, no creo que nos veamos capaces de levantar una simple escoba.

—Me voy, debo ir a buscar a Ashley para llevarla a la guardería —nos avisa Drake y se levanta de su lugar.

—Lleva anteojos de sol —le dice la pelirroja—. Mamá te matará si te ve con esa cara.

Mi hermano asiente y sube a buscarlos. El resto, sube a vestirse. Una vez en mi habitación, me pongo unos jeans, zapatillas y una blusa color negro. Esta vez, si me molesto en maquillarme. Me pongo tapa ojeras ya que parezco un maldito mapache. Cuando ya no parezco un fantasma, me pongo un poco de mascara para pestañas. Tomo mi mochila y salgo de mi habitación, no sin antes seguir el consejo de Britanny y usar unos lentes de sol.

Me cruzo con todos en la escalera. Todos nos miramos y comenzamos a reírnos. Parecemos agentes secretos con los lentes. Todos los llevamos.

—Mucho sol —dice Shane bajando las escaleras.

Nos acercamos cada vez más al verano, cosa que agradezco. Dentro de poco, no mas clases, solo sol, playa y dormir hasta tarde.

Luke, el conductor, enciende la radio. Atrás, Cameron, Shane y Logan duermen apoyados sobre los hombros del que tienen al lado. Me parece gracioso que lleven anteojos de sol así, entonces me apresuro a tomarles una foto con mi celular.

De camino a la escuela, me dedico a hablar con Luke, como siempre lo hacemos. Es como si nunca se agotara el tema de conversación. Cuando llegamos, nos damos cuenta de que mucha gente en los pasillos tiene la misma pinta que nosotros, ojeras, ojos rojos, caras destruidas y paso lento. Sabemos dar buenas fiestas.


Sorprendentemente, el día va pasando rápido, cuando menos me doy cuenta estoy en la cafetería sentada al lado de Luke, con los chicos. Cuando me distancié de las chicas, comencé a sentarme con ellos y algunas chicas más, en realidad no me interesan. No me hablan a mi, yo no les hablo a ellas.

Me veo luchando con una ensalada, cuando de repente las luces se cortan.

—¿¡Cómo pretenden que vea mi ensalada?! —exclamo frustrada, es lo último que necesitaba en el día.

Muchos voces se oyen, más que nada quejas. De repente, oigo música. Es un mix raro de "Perfect Strangers" y otra canción. Se me hace bastante familiar, giro y veo que los siete idiotas han desaparecido. Recuerdo el remix, lo oí cuando pase por la habitación de Sean hace unos días.

La gente, confundida, se gira a ver buscando de donde viene la música. Yo solo quiero golpearme la cabeza contra la mesa hasta quedar inconsciente. Prefiero pegarme un tiro cuando humo comienza a salir por las puertas de la cafetería. Las caras de las señoras que trabajan detrás del mostrador no tienen precio. Nadie parece darse cuenta de que los siete han desaparecido. Las puertas se abren de golpe.

Reconozco al brazo de mi hermano. Y finalmente, entre tanto humo logro verlo. Bueno, no a él en realidad. Lleva puesta una mascara de cebra en la cabeza. Y luego le sigue el resto, reconozco a cada uno aunque lleven mascaras de animales. He vivido lo suficiente con esta gente como para reconocerles hasta las manos.

La gente los mira con diversión. La música aumenta su volumen. De repente quiero matarlos por no haberme incluido en su plan. Una voz alterada para que suene mas grave, sobresale entre la música gritando algo sobre ser de último año, que el verano ya se acerca y más tonteras.

Una Casa 7 Problemas (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora