23. Sin explicaciones.

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"No hay fiesta que se aprecie, sin el amigo que de la nota"


¡Y es que aquí me toman por tonta!

Me muevo entre la gente, ansiosa por llegar a mi habitación y encerrarme allí por el resto de la noche, la cual habían sido tan amables de arruinar.

—¡Alex, Alex!—Drake me llama mientras intenta seguirme el paso. Empuja a bastantes personas, pero logra llegar hacia mí. Toma mi muñeca con fuerzas y me obliga a girar. Estamos en el pie de las escaleras.

—Drake, déjame. No me interesa lo que demonios tengas para decirme —evito sus ojos. Hago que me suelte, estoy dispuesta a irme cuando oigo como habla.

—Aleeex...—arrastra sus palabras y hace una ademan para acercarse a mí. Sin embargo, tambalea. Lo sostengo—. Tengo que preguntarte algo—su olor a alcohol me llego al alma. Arrugo la nariz.

—Drake, ¿Del uno al diez cuanto bebiste?—pregunto. Mi mellizo esta tan borracho que podría flotar por las nubes en cualquier momento.

Aclara su garganta y niega.

—Dos —responde al mismo tiempo mostrándome un dedo. Sus pupilas se desorientan. Chasqueo mis dedos sobre su rostro.

—¿Uno o dos? —vuelvo a presionar.

—Tres —afirma asintiendo.

—Vete a dormir—le ordeno preocupada. No se ira a dormir, claro está. Pero por lo menos cumplo con mi papel de hermana.

—No. No hasta saber algo—alza un dedo intentando parecer serio—. ¿Eres la novia de Travis O'Connel?

—No, no lo soy—respondo con franqueza.

Deja escapar un suspiro aliviador. Ni que fuese para tanto.

—Aléjate de ese chico, hizo cosas malas.

—¿Qué hizo?—inquiero con mis cejas alzadas. Si conseguir la verdad significa hablar con un mi hermano borracho pues que así sea.

—Que te lo diga él—responde negando con la cabeza. Al parecer tiene sus principios bien puestos—. Yo no puedo —un hipo se escapa de sus labios.

Bufo. No hay manera. Sostengo a Drake de sus hombros y observo como le cuesta mantenerse en pie. Yo no pienso cuidarlo.

—¿Dónde está Thomas?—le pregunto. Elevo la cabeza e intento buscarlo a mis alrededores. Hay demasiadas personas en esta casa y estoy a nada de correrlos a todos.

—Con Hanna, seguro —lo suelta casi con odio—. ¡Lo hemos perdido! —su voz suena hasta dramática—. Pero que no cunda el pánico, a mi no me perderán nunca. Ahora, esta muy bueno este abrazo de hermanitos pero quiero irme.

No me deja responderle y se va, como puede. No sin antes gritarme que no me acerque a Travis. No pueden pedirme eso sin argumentación. Travis se ha mostrado bastante bueno y agradable durante estas semanas. No hay nada excepto palabrerío que me pruebe lo contrario.

Una vez en mi habitación y con mis zapatos bien lejos de mi cuerpo, cierro mis ojos y tomo un profundo respiro. Paz, al fin. No por tanto. Mi celular suena. Hago una mueca de sufrimiento, ¿Cuándo me dejarán tranquila? Recuerdo las palabras de Susan "Hay tiempo para descansar cuando estés muerta". Frases inspiracionales para personas que trabajan más de lo normal.

Abby Johnson: Travis está aquí.

Y adjunto al mensaje, una ubicación.

Rápidamente le escribo preguntándole donde queda ese lugar. No responde y vuelvo a insistir unas cinco veces. Ni siquiera recibe mis mensajes. ¿Qué estará haciendo Travis para que Abby me avisara así?

Una Casa 7 Problemas (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora