50. Un poco de la dura verdad.

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#LunesDeProblemas


"No tienes el tiempo que piensas que tienes" —David Sant.


Cierro mi casillero rápidamente y tomo mis libros de biología como puedo. ¡Tarde! ¡Voy tarde! No son noticias, pero voy atrasada. Esta vez no puedo culpar a nadie, solo a Alice. Me quedé a dormir en su casa y a ella se le dio por salir más temprano para pasar a buscar unas cosas del centro, por lo que me levanté muy tarde. No funciono con alarmas, alguien tiene que despertarme.

Apresuro mi caminar, intentando despertarme en el camino, ya que digamos que no iba tan despierta. Tropiezo antes de entrar al salón, cayendo al piso. Suspiro mirando mis libros esparcidos por el suelo. Las personas continúan caminando como si yo les importará una mierda. ¿No se supone que acá es la parte donde llega el chico súper guapo a ayudarme?

Recojo mis cosas con rapidez y abro la puerta del salón de clases. Me congelo al encontrarlo vacío. ¿¡Donde mierda están ahora?!

Miro a mí alrededor, pero no encuentro nada fuera de lo común. Esta es mi clase de biología, ¿verdad? Si esta es una broma de los chicos juro que los mato.

Decido revisar mi teléfono, ya que lo tomé y vine corriendo. Sí, corriendo. No tengo auto, aunque fue un buen ejercicio.

 Alice Turner: Recuerda que tuve irme temprano, no hay clases, hay un día de campo para los de último año en las afueras.

Esto realmente es el puto colmo. Maldigo en voz alta. ¿Día de campo? ¿Qué estupidez es esa? Claramente no me verán un pelo allí.

Arrastro mis pies por los pasillos vacíos hasta volver a mi taquilla, dejo todas mis cosas ahí. Debí haber revisado mis mensajes antes. Siempre inteligente, Alex. Tan solo pensar en todo lo que pudiese haber dormido hace que mi corazón duela.

En la salida, decido tomar un taxi a casa, probablemente a hundirme en mi cama y aparecer la semana entrante. Le doy la dirección al chófer y comienza a conducir.

Me canso de jugar al Candy Crush y cambio la aplicación, en ese instante, recibo una llamada de Michael Foster. Vaya sorpresa. No sé de él hace semanas.

—Michael —digo fingiendo una sonrisa, aunque él no pueda verme.

Buenos días, Alex.

—Sí, lindo día para acordarte que todavía tienes una hija, ¿no crees? —inquiero burlona. El conductor me mira de reojo a través del espejo retrovisor, pero no dice nada.

Te llame la semana pasada invitándote a cenar y no quisiste —me recuerda y puedo oir como esta con el teléfono en altavoz. Tiene las manos ocupadas escribiendo algo en su laptop.

—Por lo menos tuviste la compañía de Ashley y Drake ¿No?

Sí. Al punto. Su tía Susan los invitó a su casamiento.

—¿Qué? ¿A ti no? —río conociendo la obvia respuesta. Oigo su risa llena de sarcasmo.

Ya saqué sus pasajes —me avisa sin inmutarse—. Para ustedes y los chicos.

—Uhm, ¿no te sientes mal por no poder pasar mi cumpleaños junto a mi? —pregunto sabiendo que el primero de enero estaría —bueno estaríamos— cumpliendo mis 18 años. No me gusta mucho cumplir en esa fecha, siempre me vi opacada por "el nuevo año entrante" en el que todos hacen promesas falsas, creen que será mejor y se llenan de esperanzas para satisfacer a sus corazones. Puras mentiras, es solo otro día más.

Una Casa 7 Problemas (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora