14. ¿¡Tú!? ¡Abrázame!

211K 12.5K 1.9K
                                    


"Nadie nos advirtió que extrañar es el costo que tienen los buenos momentos"  —Mario Benedetti.


Abro mi boca para decir algo pero las palabras no salen. Parpadeo varias veces para comprobar que mi cabeza no esta jugando conmigo. No, no esta jugando. Es de verdad. Hasta creo que podría estirar una mano y tocar su cara. Aunque no sería muy normal.

—¿Alice?—musito llena de confusión. Ella, la cual tenía su ceño fruncido y nariz arrugada, dejándola de una manera muy graciosa, habla:

—¿¡Alex?!—exclama como si acabara de ver a un fantasma.

Ella es real. Ella está aquí. Mi mejor amiga esta parada enfrente mío.

—¿¡Que haces aquí?!

—¿¡Que haces tú aquí?!—se cruza de brazos.

Nos miramos con la ceja alzada. Como solíamos hacer, desafiándonos con la mirada. La inspecciono de arriba hacia abajo. No ha cambiado ni un pelo. Sigue siendo de cuerpo pequeño. Siempre me he metido con ella por esa razón, parece un Oompa Loompa. Es delgada y parece atrapada en el cuerpo de una niña. Su piel es algo morena, pero apenas. Ojos color café que hacen juego con su melena castaña. Parece un chocolate ahora que lo veo bien.

Su estilo tampoco había cambiado, seguía en esos jeans ajustados y blusas que dejaban a la vista un poco de su delgada cintura.

Nos miramos por unos segundos más. 

—¡¿Qué demonios esperas?! ¡Abrázame!—exclamo eufórica luego de nuestro ridículo duelo de miradas  y nos fundimos en un abrazo, bastantes se giraron a vernos. Digamos que grite más de lo normal. ¿Cómo es que llego Alice Turner hasta aquí? ¿Cómo llego mi mejor amiga aquí?

—¿Qué pasó? ¿Qué haces en Los Ángeles?—le pregunte una vez que nos separamos.

—Fue de la nada —explico acelerada—. Mi madre y su trabajo. Nos mudamos aquí...exactamente ayer. Y tú... ¿Por qué te fuiste sin despedirte? —vuelve a cruzarse de brazos algo molesta.

La madre de Alice trabaja en una empresa que tiene sedes en todo el mundo. Ella siempre viaja por largos periodos de tiempo, en los que siempre me quedaba en su casa. Supongo que este periodo es más largo de lo normal. Eso sí, me parecer raro que lo diga con  tanta simplicidad. Conociéndola, no hubiese dejado que la cambien de escuela justo en el último año. Yo no tenía demasiados problemas con ello. Al fin y al cabo mis compañeros de clase eran y son unos idiotas que respiran idiotez. Pero Alice siempre se llevó bien con ellos.

—Mi padre —respondo en pocas palabras. Había respondido esta pregunta decena de veces—. Mi tía tenía un par de problemas económicos y aquí estoy.

—¿Tu padre?—pregunta con sorpresa. Nunca hablaba de él con Alice. No podía soportarlo.

—Ese mismo —esbozo una sonrisa algo triste—. Ahora estoy viviendo con mi mellizo.

—¿Drake?—abrió más aún los ojos.

—No tengo otro mellizo, Turner.

Parpadea varias veces. Es increíble cómo puedo soltar noticias tan grandes como esta como si avisara que me voy al baño y como le daba tantas vueltas e importancia a avisar que me voy al baño.

—¡Eres una idiota! —exclama y me golpea el brazo. Me quejo de dolor, esta chica golpea fuerte cuando quiere. No subestimen su metro cincuenta—. ¡Te fuiste hace cuatro semanas sin decir ni adiós! Ni el teléfono contestabas, maldita.

Intento no reírme. Alice es algo graciosa cuando se enoja. Todo el mundo se ve gracioso cuando se enoja a mi parecer.

—Uhm sí, siento eso.

Una Casa 7 Problemas (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora