37. La famosa carta.

152K 9.1K 3.4K
                                    


"El lobo siempre será malo si sólo escuchamos a Caperucita"


NARRA LUKE MCQUEEN.

Me levanto del borde de la piscina y me retiro en silencio, dejando atrás a Alex, quien de verdad, no portaba una buena cara. Cierro mis ojos con fuerzas ahora que no me ve. Diablos. ¿Por qué tiene que ser tan difícil?

Ella es la chica que me gusta. Hasta quizá me atrevo a decir que me ha enamorado. ¿Por qué Drake tenía que complicar las cosas? ¿No puede dejarlo estar?

También odio aceptarlo, pero estoy haciéndome un bien. Alex no siente nada por mí, yo no soy su tipo, no me acerco a lo que ella sueña como un novio ni siquiera por los talones. Solo me estoy ilusionando y he aprendido que mientras más alto voy, más dura y terrible es la caída.

Enamorarme de ella, entre otras cosas, fue un gran error. Estamos mejor así.

—¿Hablaste con ella?—Drake me intercepta en las escaleras. Freno y ladeo la cabeza. Que pesado.

—Sí —respondo sabiendo que es exactamente lo que quiere oír. Me molesta que él me haya de cierto modo, amenazado con hacerlo. Aunque, lo iba a terminar haciendo de todas formas. O puede que nunca, y ahí está el problema. Asiente y palmea mi hombro dos veces. Que consuelo, hombre.

Me encierro en mi habitación. Hoy es mi único día libre y me gusta aprovecharlo para jugar a la Play o quizá hacer algo con los chicos. Solo que ahora, no estoy de humor para nada de eso. Necesito distraerme.

Me dejo caer en mi cama pensando en cuanto apesta que no te correspondan los sentimientos. A veces odio que no sea como en los libros, allí todo sale bien y son felices. Allí todos son amores correspondidos.

Abro el libro que estaba leyendo hace unas horas y retomo la historia de Quinn y Liam, a ver si para variar, a ellos les salen bien las cosas.

***

—Luke, despierta —alguien molesta al sacudir mi cuerpo. Gruño por lo bajo y lanzo un manotazo reconociendo la fuerte fragancia que siempre lleva. Antes muerto que sencillo—. Arriba, bombazo.

Abro mis ojos con lentitud. Una centellante luz atenta con dejarme ciego de por vida, vuelvo a cerrarlos.

—Joder, la luz —murmuro con voz ronca. ¿En qué momento me habré quedado dormido? Mierda, ¿habré puesto el señalador en el libro?

—Soy yo, lo sé —suelta Cameron sonando egocéntrico como de costumbre—. Entiendo si te has enamorado de mí, es decir, soy yo.

Bufo. ¿Por qué sigo siendo su amigo?

—Tranquilo, guapetón. —bromeo terminando de despertar. Me siento en la cama y sacudo mi cabeza. Dios, fue de esas siestas de las cuales te levantas y no sabes ni siquiera en que galaxia estas—. Solo un idiota se enamoraría de ti.

Me golpea la cabeza con la palma de su mano. Lo empujo lejos.

—Una tal June te busca abajo —dice estirando sus brazos. Lo dice con una simplicidad tan increíble que tengo ganas de golpearlo.

—¿June?—inquiero quedándome casi sin aliento.

—¿No la recuerdas?—decide jugar al desentendido. Coloca una mano en su barbilla—. June, esa la rubia que te dejo por...—

—¡Cállate! —exclamo parándome de un salto. Lo empujo, su espalda golpea contra la pared. Ríe como imbécil.

Sigo a Cameron quien tiene una sonrisa cómplice en su rostro. ¿June? ¿Qué demonios?

Una Casa 7 Problemas (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora