49. Pijama Party.

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"Cuanto mas vacía está nuestra vida, más nos pesa. Son las ironías de esta vida llena de nostalgia"


—¿Haremos la pijamada? —inquiero alargando la "a". Muevo a Logan repetidas veces con mi pie. Él siempre es el primero en saltar a todas mis ideas. ¿Qué le sucede ahora? Uhm, ya sé que sucede. No quiere precipitarse tanto con mis planes después del fiasco que pasamos con Cameron y Katherine.

—No sé qué tanto podemos la llamar "pijamada", vivimos en la misma casa —apunta Logan mientras juega a un juego de dispararle a personas en su teléfono. Y luego preguntan porque todos somos tan violentos.

—Veamos una película. Ya saben, palomitas, refrescos, chocolate. Sin accidentes esta vez —sugiere él y le envía una mirada acusadora a Drake. Niego con la cabeza al recordar la estupidez que pasó la última vez que intentamos hacer una noche de películas.

—Creo que es una buena idea —agrega Thomas sorprendiéndome—. Hay que festejar que hemos terminado nuestros exámenes, casi ni les veo la cara.

—Me gusta la idea de ver una película —murmura Sean y me envía una mirada descarada. ¿No se avergüenza nunca? Elevo mis cejas, sé perfectamente que quiere insinuar y me resulta repugnante.

Drake se da cuenta del juego de miradas y golpea a Mitchell en el hombro.

—Hagan lo que quieran —suelta Luke en un humor de perros repentino—. Iré al gimnasio.

Se levanta sin cuidado y sin tomar absolutamente nada, en sus simples pantalones de deporte, abandona la casa. ¿Al gimnasio? ¿No que acaba de volver de ahí?

¿Qué le sucede?

Cameron rueda los ojos, deja escapar un suspiro de frustración. Noto que esta cansado, pero de todas maneras se levanta del sofá y se apresura a seguir a Luke.


NARRA CAMERON HOLT.

—¡Luke, detente! —exclamo llegando trotando hacia la puerta. Estalla la misma en mis narices luego de salir. Que maduro de tu parte, McQueen—. ¡Idiota!—lo llamo cuando empieza a colmar mi paciencia.

—Déjame —pide. Se sienta en el cordón de la calle con sus rodillas flexionadas. Woah, Luke, me sorprendes. Te has ido tan lejos.

—No —respondo con simpleza. Me dejo caer a su lado con cuidado, ¿justo en la calle? ¿No sabe toda la suciedad que hay aquí?

Observo atentamente como revuelve sus bolsillos de su jean y saca un paquete de cigarrillos. Frunzo el ceño al reconocer la marca.

—¿Qué demonios haces? —inquiero bruscamente. Este chico es un imbécil. Le quito eso de la mano y arrojo al suelo. Lo aplasto con fuerzas usando mi pie. Antes muertos que fumando y va para todos mis amigos.

Entrecierro mis ojos al ver como un líquido marrón comienza a salir del paquete aplastado y miro a Luke asustado. ¿Qué demonios planeaba fumar?

—¡Eran de chocolate, imbécil! —vocifera Luke y me golpea en la cabeza con la palma de su mano. ¿De chocolate, dijo? Me estiro para recoger lo que queda. Acerco el paquete a mi nariz y detecto el olor dulce del cacao—. Maldito inútil —masculla. Chocolate hecho pedazos, una verdadera tragedia.

—Lo siento, bro —murmuro. Luke ama el chocolate, Dios, esto es un golpe bajo.

—¿Qué pensabas? ¿Qué quiero matarme? Me conoces de sobra, Holt. Sabes que soy inteligente.

—Ya, déjalo ir. Te compraré otros chocolates —palmeo su espalda en modo de consuelo. Siempre resalto en mi cabeza lo mismo cuando suceden este tipo de cosas, Luke siente demasiado y muy rápido, es una virtud como también un defecto.

Una Casa 7 Problemas (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora