55. Tiempo tras las rejas.

96.7K 6.4K 4K
                                    

"Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas, se dicen solas"


—¡Ya se siente el aroma a navidad! —digo cantarina mientras entro a la cocina. No es propio de mi entrar dando saltitos de emoción. Las épocas navideñas son capaces de cambiarme.

—Son mis galletas —sonríe Thomas orgulloso con una bandeja de galletas recién horneadas entre sus manos. Son mis favoritas, las cuales, casualmente solo mi tía sabe hacer y la receta es un secreto, pero como esta de Luna de miel, le entregó su preciada receta a Thomas. El cual se encargo de cocinármelas. Honestamente, es el mejor.

No demoro demasiado en comerme tres.

—¿¡Por qué no avisan que hay galletas!?

Logan llega a la cocina a pasos atropellados. No mira a nadie, solo a la bandeja de galletas recién horneadas con ojos brillosos. Me cago en él, luce como si no hubiese comido en días.

—¡Eh, hay galletas!—celebra Shane de repente contento. El resto entra a la cocina. Alice se apresura a tomar casi mitad de la bandeja. Cada uno saborea el delicioso gusto y soltamos un estúpido suspiro. Thomas debería presentarse para Master Chef.

—¿Cuál es el plan de hoy? —pregunta Sean mirándome. Evito su mirada y la clavo en la mesada. Sus insinuaciones están de más y no va a detenerse porque sabe lo nerviosa que logran ponerme.

—Pensé que podríamos ir a comprar los regalos para navidad —sugiere Alice con la boca llena de galletas. A nadie parece importarle sus malos modales.

—Esa es buena idea. Podemos ir a Oxford Street, les va a gustar—propongo alzándome de hombros. Llevamos una semana en Londres y los chicos no han conocido mucho porque además de todas las idas y vueltas con la boda, Alice y yo no somos buenas guías.

Hasta ahora han conocido lo importante, el London Eye, donde pagamos para dar una tonta vuelta de media hora. Los chicos se la pasaron molestando y sacándose fotos mientras que Alice y yo apreciábamos que era la sexta vez que nos subíamos desde los asientos.

Los llevamos a conocer el Big Ben y el famoso Palacio de Buckingham, aunque su paciencia fue corta porque la cantidad de gente era asfixiante como siempre y casi no pudieron ver nada. Pasamos con el auto por Picadilly Circus y Hyde Park pero no nos detuvimos porque Alice y yo no teníamos ganas de empujar a turistas para abrirnos paso.

Londres es una ciudad impresionante que deslumbra a sus visitantes porque siempre hay algo para conocer y hacer pero visto de la perspectiva de una persona como yo que ha vivido toda su vida aquí, los turistas son molestos.

—Hace frío para estar afuera —se queja Alice con la boca llena de galletas—. ¿Por qué no vamos a Westfield? Queda a una hora de aquí.

Westfield es un centro comercial en Hammersmith y Fulham, es enorme y demasiado fácil de perderte.

—¿No hay uno más cerca? —inquiere Cameron con muchas galletas en la boca.

—Sí, pero ninguno al que pueda entrar aún —respondo recordando los incidentes del año pasado. Cualquier guardia llega a verme y me pedirá que "gentilmente" que me retire.

—Dios mío, Alex —Shane suelta un suspiro. El resto se ríe—. ¿Qué haremos contigo?

—Bueno, entonces vamos a Westfield—dice Luke tras comer una galleta. Esa fue la última, oficialmente las treinta galletas que horneó Thomas se han acabado.

Charlamos un rato más entre chocolate caliente y más galletas. Thomas nos conoce demasiado bien y ya tenía otra tanda lista para que nosotros nos atragantemos. Según mi reloj, son las diez de la mañana y todos seguimos en pijama. Que va, a veces ni siquiera nos los sacamos.

Una Casa 7 Problemas (COMPLETA)Where stories live. Discover now