1. Sueños, recuerdos y mi vida.

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"La naturaleza ha hecho al hombre feliz y bueno, pero la sociedad lo deprava y lo hace miserable" -Jean-Jacques Rousseau





Algo se rompe en mil pedazos.

Abro mis ojos, asustada por el repentino ruido que ocasiono, —al parecer— uno de los jarrones caros de mamá en el suelo. Oh, ella se enojará tanto.

—¡No tiene sentido que sigas hablando, Giselle! —el grito de mi papá resuena en toda la casa estremeciendo cada uno de mis sentidos y eso fue más que suficiente para que mi mente de cinco años se pusiera en alerta.

Al siguiente ruido fuerte, salto de mi cama, para ir a ver que sucede afuera. No me dejan dormir y eso no me agrada, mañana tengo que estar a las nueve en la escuela junto a mi hermano.

— VETE, MICHAEL, ¡NO VUELVAS MÁS! ¡JURO QUE NO QUIERO VERTE LA CARA NUNCA MÁS! —es la primera vez que oigo a mi madre decir malas palabras y estoy muy asustada.

Oigo las fuertes y enojadas pisadas de mi papá resonando por cada escalón que hace en la gran escalera de la casa. Rápidamente me escondo detrás la puerta de mi habitación, hasta que llega a mis oídos el inconfundible llanto de Drake, mi hermano mellizo.

—¡No, mamá, por favor no! —suplica.

Drake.

Salgo mostrándome en el pasillo de brazos cruzados, no hacen  faltas muchas explicaciones para saber que todo estaba mal. Mi madre se asombra al verme.

—Alex, vuelve a dormir —me ordena en un tono de voz cortante, ese que solo tiene cuando dejamos nuestros juguetes tirados en el suelo.

—¡Alex, no dejes que me lleve! —Drake intenta aprovecharse de la distracción y forcejea el fuerte agarre de mi madre, el cual no cede de ninguna manera.

Me acerco a él y tiro de su mano.

—No te lo lleves —le pido al borde del llanto, sin entender mucho el porqué.

Ella me mira con los ojos llorosos.

—Alex, deja ir a tu hermano...—advierte mamá en un tono severo o eso intentó.

—¡No! —grito lo más fuerte que mis pulmones me dejan— ¡Te lo quieres llevar!

Ella me empuja perdiendo la paciencia y caigo al suelo. Me quejo del dolor, pero aun así veo como se lleva a Drake a su habitación y cierra la puerta tras ella, poniéndole seguro.

Me levanto del suelo y corro hacia la puerta. La pateo con mi pie derecho varias veces, haciendo que la puerta de madera produjera un ruido estruendoso, pero yo solamente quiero a mi hermano.

—¡Abran por favor! —lloro—. ¡Drake!

—Ve a dormir, Alex —insiste mamá desde el otro lado de la puerta que nos separaba.

—¡No!

El golpe seco de algo solido contra el suelo de madera llama mi atención asustándome un poco y me acerco al lugar de impacto.

—¿Papá? —pregunto frunciendo el ceño al ver como apresuradamente saca cosas de su armario y las distribuía en dos grandes maletas que yacen en la cama matrimonial que comparte con mi mamá.

—¿Por qué haces tus maletas? —interrogo con mis labios temblorosos—. Pensé que no salíamos de vacaciones hasta...

—No, no. Nena... No creo que entiendas esto, pero mamá y yo ya no nos queremos —me dice sin siquiera mirarme—. Me voy.

Una Casa 7 Problemas (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora