11. Discurso, una ganadora y Travis.

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"Cuando te vi, me enamoré. Y tú sonreíste porque lo sabías"  

—¡Hoy es el discurso! —exclama alguien—. ¡Arriba, Alex!

Gruño sin abrir mis ojos. Solo había dormido ¿Qué? Dos horas, seguramente. Maldito Travis y sus charlas, no parecían terminar más. Nos fuimos luego de levantar los envoltorios de las hamburguesas, justo cuando el cielo empezaba a aclararse. 

—Ya voy —murmuro sin ganas.

—¡Hannaaa! —vuelve a chillar Penny llamando a su otra amiga—. ¡Alex no quiere levantarse!

Oigo a la castaña reírse a lo lejos pero no le dice nada.

—Llamare a Logan —amenazo entre sueños.

—Lo siento —murmura y se aleja de mí.

Tal como me gusta. Agradezco no haber seguido mi estúpida idea de dormirme en ese vestido negro. Por comodidad, me lo quité y me puse un nuevo pijama ya que como siempre, me olvidé de recoger el que dejé afuera. Por suerte, nadie se pregunto porque dormí con uno y desperté con otro. Siempre puedo decir que mi yo sonámbula tiene un gran gusto por la moda.

Mh, y hablando de dormir... Quiero dormir. Necesito dormir. Me acurruco en la suave almohada, sintiéndome en el puto paraíso. Lastimosamente, no dura demasiado. Me asusto cuando unas fuertes manos toman mi cintura, imposible que sea alguna de las chicas.  Me levanta  y me cuelga en su hombro.

Maldito cerdo retrasado en la escala evolutiva.

—¡Cameron Holt, me bajas ya mismo!—grito reconociéndolo. Sin dudas me he despertado ahora.

—Aprenderás a despertarte temprano  —canturrea.

No puedo ver nada, solo el suelo. No sé a dónde me lleva, pero el camino no es muy largo. Abre la puerta y cuando veo el suelo blanco, comienzo a protestar más fuerte.

El baño. Pataleo con fuerza mientras me remuevo como una sardina intentando zafarme de su agarre pero es imposible, tiene demasiada fuerza. Le recuerdo lo idiota que es varias veces. Desde aquí puedo oír las risas de las tres chicas fuera del baño. ¡LLAMARE A LOGAN, A LOS BOMBEROS, A TODOS!

Cameron, sin ningún cuidado, me deja en la bañadera. Me estremezco, esta algo mojada, indicando que alguien se baño antes de que el idiota me tirará aquí.

—¡Por favor! —le suplico con mi último recurso, claramente con insultos no iba a funcionar.

Con una sonrisa malévola, acerca su mano a la llave de agua fría y la abre sin piedad. En menos de segundos, me encuentro gritando bajo una lluvia de agua fría. Enfermo.

Intento pararme para darle un buen golpe, pero en eso me resbalo, cayendo de trasero y las risas de Cameron aumentan. Le grito que se vaya a la mierda y me obedece, sorprendentemente.

Termino de ducharme, ya con agua caliente. El cambio fue majestuoso. Luego de un no tan largo rato ya que tendríamos que estar en la escuela en casi nada, salgo maldiciendo por no tener toallas conmigo. Los idiotas se acabaron todas. Como solución, le grito a Kath que me acerque una toalla y la ropa que tendría que llevar hoy. Recibo varios quejidos de los chicos pidiéndome que cierre la boca, claramente pueden poner sus sugerencias en donde no les quepa.

La ducha me deja relajada y más despierta, porque si no, sería un zombi. Para el último día, el cual los chicos llaman "debate" y las chicas "discurso", Kath elije algo sencillo, cosa que agradezco. Creo que está empezando a captar mi esencia. Unos jeans, de esa vez que vine a esta casa, y una blusa blanca, simple y bonita. Luego de ponerme mis zapatillas, bajamos a desayunar. Las chicas también se encuentran con un nuevo look.

Una Casa 7 Problemas (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora