34. No fue nada.

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—Alex —los tres giramos para ver a Luke acercándose desde la cocina.

—¿Qué?—pregunta Shane mirándolo en con aires de sospecha.

—¿Desde cuándo eres Alex?—choco mi codo con sus costillas. Pone una mueca de dolor y se queda en silencio, como debe.

—¿Sí, Luke?—inquiero mirándolo.

—Ayyy "¿Sí, Luke?"—Drake no demora en evitar mi voz, según él chillona y muy exagerada. Shane se ríe, festejándole la broma. Bufo.

—¿Podemos hablar?—pregunta. No luce muy contento. Si no como si se hubiese pensado hace mucho esto. Algo no va bien.

—¿Po...?—Adivinen quién, está a punto de a seguir con sus imitaciones pero cubro su boca rápidamente con una mano.

—Sí, sí podemos —asiento dejando ir a mi hermano. Me levanto del cómodo sofá en el cual planeaba pasar toda mi tarde y sigo a Luke.

—Ven, vamos a mi habitación.

—¡Alto ahí!—mi mellizo salta del sillón para acercarse a nosotros. Pone sus ojos amenazadores sobre Luke—. ¿Señor McQueen no le parece muy apresurado? —Shane estalla a carcajadas. Ruedo mis ojos con diversión, Luke tensa su mandíbula—. ¿Quieren privacidad? Pues que pena, en esta casa todos sabemos todo.

—Drake, eres un dolor en el culo —palmeo su hombro. Tomo a Luke del brazo y lo llevo al patio trasero con la potente mirada de mi hermano en la espalda.

Me desvío hacia la piscina y me siento en el borde, extiendo mis piernas y volteo a verlo. Imitó mi acción y ahora estamos en silencio, cara a cara.

—Dispara —murmuro un tanto nerviosa. Las bromas de Drake se han acabado y estamos solo nosotros dos. Y ya sé de qué quiere hablar, ni siquiera sé porqué pregunto.

—De lo que nos salteamos... Ya sabes... El beso, lo que dije... Y todo eso— resume con inquietud. Trago saliva y asiento—. Alex... Yo... Fui un idiota.

Lo último que dice me desconcierta. Parpadeo con confusión.

—¿Cómo?

—No sé que hice, como sucedió. Pero fue todo un error. Lo siento.

—¿Un qué?—suelto como si acabaran de decirme la mayor atrocidad del mundo.

—Un error, Alex —repite—. Tú... Tú no me gustas, estaba muy borracho por eso bailamos y te bese... Te quiero, pero como una amiga —rasca su nuca.

¿Esto es la friendzone? ¿No hay un banquete de bienvenida?

—Todas esas palabras... El beso... Lo que pasó en las gradas... ¿No significó nada? —inquiero. No voy a mentir, me siento un poco dolida.

Luce verdaderamente incómodo. Como si no supiera cómo decirme la verdad para que no suene tan mal.

—No —admite luego de un tiempo. Me levanto inmediatamente del suelo mientras intento dirigir lo que Luke está diciéndome. Trató de jugar conmigo, es tan simple como eso. Intentó y al ver que no pudo, me viene con nada más que la verdad. Nunca entenderé este juego retorcido que tienen los hombres.

—Supongo que... Tampoco significó nada para mí, eres mi amigo —miento pero con el orgullo en alto. Asiente levemente con la cabeza, se levanta, gira y lo veo irse por la puerta que da a la cocina.

Una vez que se ha ido, parpadeo varias veces y sacudo mi cabeza. ¿Qué acaba de pasar?

No puedo decir que no siento cosas por Luke. Que nunca he sentido nada con esas miradas, que nunca me sonrojé ante su sonrisa, que su presencia no me ponía nerviosa de vez en cuando o que no disfrutaba los momentos que pasábamos juntos, incluso el beso.

Pero no puedo decir que me gusta, aun. Sin embargo, algo dejó ese beso y acaba de romper cualquier ilusión que descansaba en lo más recóndito de mi cabeza.


NARRA TRAVIS O'CONNELL.

—Ya le expliqué a Savannah, no correré en esa carrera —repito cansado por el teléfono.

¿Asustado?—oigo la risa burlona de Marcus. Sabía que no demoraría en bromear e intentar ridiculizarme pero sé mis limites y es por eso que sigo vivo.

—¿De correr el riesgo de morirme ahí? ¿Cómo crees?—suelto sarcástico. Empujo a Tyler para que entre a la casa mientras cargo las bolsas de las compras que acabamos de hacer. El tonto de hermano menor que tengo no desaprovecha una oportunidad para parar orejas y espiarme.

No seas un bebé. Nada pasará.

—Mark, sabes que estoy en todas. Pero, es una montaña ¿Entiendes de lo que hablamos? Colina arriba. No quiero perder la vida mañana, gracias.

Oh, vamos, es más seguro de lo que crees —su gruesa voz intenta mantenerse confidente.

—¿Nadie nunca contó las muertes? —largo una carcajada. Le oigo exhalar aire. Marcus tiene una paciencia muy corta y yo la estoy agotando.

Haz lo que quieras, así habrá mas competencia. Pero déjame decirte algo, esa chica, la pelirroja. Britanny, va a correr mañana.

—¿Co...?—la llamada se corto antes de que pudiera decir algo más. ¿Britanny va a correr?

Quedo asombrado. "Las vueltas de la muerte" es una carrera anual que se da todos los años en las afueras, cerca de las montañas. El reto es bajar la montaña a toda velocidad e intentar no morir en el intento.

Los organizadores tienen a la policía en el bolsillo y por esa noche, hacen la vista gorda. Nunca he competido porque por más dinero que te aseguren, lo arriesgas todo porque puedes morirte. Es... Suicidio.

¿Britanny corriendo?

No puedo permitir eso, definitivamente no. No cuando aún no he hablado con ella sobre su embarazo y todo lo que me dijo Alex.

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