17. Una cita poco convencional.

Comenzar desde el principio
                                    

—Oh por Dios... ¡Siempre soñé con tener una!

—Mis hermanos y yo decidimos construirla cuando éramos niños pero con el tiempo la dejamos de usar. Aunque cada tanto vengo, es un lugar muy agradable —explica mientras observamos la casa de madera. Mi mente no puede evitar imaginarse a un Travis de niño jugando por el mismo lugar en el que estoy parada. Sin motos o chaquetas de cuero, simplemente un niño siendo feliz y libre de preocupaciones.

Damos la vuelta al árbol, donde puedo ver una vieja y gastada escalera con trozos de madera atados a una soga. Eso definitivamente podría romperse en cualquier momento.

—Divas primero—me dice Travis haciéndose a un lado, incitando a que suba.

—Gracias, Travesti—le digo un poco cansada de que me diga "diva" y a subo las escaleras

—Estoy ciento quince por ciento seguro de que no soy travesti—contradice desde abajo.

Aunque creo que con ese tono estaba dudando de sí mismo. Sí, sin duda dudaba.  Sonrío aun así, sabiendo que él no me ve. El árbol no es muy alto, así que cuando termino de subir, me meto por la entrada Espero encontrarme el lugar todo sucio y lleno de tierra ya que según Travis, no viene hace tiempo pero en vez de eso, me encuentro a una canasta de mimbre sobre un mantel naranja chillón. Me doy tiempo para observar el lugar, no era para nada grande aunque entro cómodamente sentada. Las paredes están pintada por, lo que parecen ser niños de cinco años y había un par de fotografías pegadas.

—Bienvenida a mi humilde morada—dice Travis extendiendo los brazos apenas llega—Pero... Uff, huele a mierda aquí.

Pone una mueca y me río.

— Se nota, pero no importa —me alzo de hombros.

—Por favor, damisela, toma asiento —dice en su tono de voz más formal. Su mejor esfuerzo, cabe aclarar.

—Sera un honor... Damiselo.

—¿Damiselo? En serio Alex, ¿En qué rayos piensas cuando inventas apodos? —

—Ya, déjame en paz, caballero —me corrijo sintiéndome orgullosa.

Me muevo hasta que quedamos sentados uno al frente del otro sobre el mantel naranja. En el medio, la canasta y a decir verdad, me moría de curiosidad de saber que hay en ella.

—A ver, que tenemos...—digo trayendo hacia mí la canasta cuando veo que Travis no pensaba moverla.

La abro con cuidado y la primera impresión es un montón de cosas apiladas cuidadosamente.

—Tenemos... Jugo de frutas —a medida que sacos las cosas voy poniéndolas en el mantel—.Vasos, uvas, una... Banana, okey, manzanas, oh Jesús, pastel de chocolate, sándwiches y... Vodka. ¿Vodka?

—Ian —masculla por lo bajo como si estuviera enojado, pero al mismo tiempo divertido.

—¿Quién es Ian?

—Mi hermano mayor—responde al instante quitando la mirada de la bebida—. Le pedí que dejara todo aquí hace unos minutos y el muy estúpido puso esto...

Todo Los Ángeles sabía que Travis O'Connell no es ningún santo, no sé porque finge que le afecta una botella de vodka.

—Tranquilo —le guiño un ojo provocativamente. Resulta que todo Londres sabía que Alex Foster no es ninguna santa—.  Utilizaremos ese vodka.

—Pareces más tuerta que sexy cuando guiñas un ojo —gracias por arruinar mi momento.

Ahogo un grito  y me toco el pecho fingiendo estar ofendida. Se ríe.

—Ya, empecemos con este picnic—digo hambrienta El día de hoy había sido estresante y lo único que quería era comer. Tomo la canasta y pongo lejos de nosotros.

—Oh, mira nota —me percato del post it que está pegado en el tupper con sándwiches—. Por favor Travis, no quiero sobrinos aun. Te quiere, Ian.

—Dios mío, ese chico es un caso perdido —comenta Travis riendo.

Empezamos con el jugo y la torta, la torta esta hecha por su mamá según Travis y diablos, esa mujer es una maga. Luego de eso, mientras comemos las uvas, charlamos de diversos temas como Brittany, mis siete compañeros de casa, mi vida en Londres, Alice, sus hermanos, y recordando cómo nos conocimos.

—Recuerdo que desconfiabas de mí —Travis juega con mi pelo. Ya nos habíamos desacomodado, él esta apoyado en una pared y yo con mi cabeza acostada en sus muslos—. Pero terminaste abrazándome en la playa.

—Estaba algo borracha —le recuerdo intentando excusarme—. Pero por alguna rara razón, confié en ti.

—Y está bien que confíes en mi Diva, siempre estaré para ti —sus palabras suenan sinceras, pero más que eso suenan serias y seguras.

—Palabras muy fuertes para no ser nada ¿No crees?

—¿Qué no somos nada?—ríe—.  ¿Y los besos y las palabras? ¿Solo conocidos?

—Está bien, somos algo —acepto recordando todo eso. A veces me parecía algo medio estúpido que todo tenga que oficializarse, creo que las acciones valen más que las palabras.

—Así me gusta —murmura cerca de mi rostro. Se acerca aún más y dejo un beso en mis labios.

No lo detuve para nada, es más comencé a bailar mis labios en los suyos. Sus labios —al principio— se movían con delicadeza y tiernamente, luego de unos momentos a lo que me gusta llamar "período de adaptación" todo se convirtió en algo brusco y salvaje.

La intensidad me obligo a sentarme y empezar a besarlo. Travis me toma por la cintura haciendo que nuestros cuerpos chocaran. Travis me deja en la dura madera y se sienta de horcajadas arriba de mí, haciéndome recordar hoy al mediodía, con Luke.

Mierda, olvídate de Luke.





***


Redes sociales:
•Instagram: hcandela_
•Twitter: isnotcandy

Una Casa 7 Problemas (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora