8. Algunos secretos no pueden ser guardados.

Start from the beginning
                                    

"Todo va a estar bien, lo vamos a solucionar."

Muerdo mi labio inferior, ojalá fuese así. Bloqueo mi celular y lo guardo en el bolsillo de mi short para no tener que verlo más.

Paso media hora jugueteando con la pajilla rosada e intentando poner mi mente en blanco. Cuando pienso que no podía estar más sola, una chica se sienta a mi lado. ¿Qué le pasa? ¿Por qué tan cerca? El puto bar está vacío, puede irse a donde quiera. Pero acá esta, molestando.

—Así que Alex Foster —dice. Me giro inmediatamente, ¿Quién es y por qué me conoce? En Londres me hubiese parecido normal. ¿Aquí, en Estados Unidos? No tanto. La observo bien, parece que tener mi edad, pero no la he visto antes. Es castaña, tiene el pelo largo rozando su cintura. Me llama la atención sus grandes ojos color marrón, a pesar de las pintas, un pantalón negro rasgado y un top color blanco, no luce mayor.

—¿Eh?

—Te has mandado una tremenda en la escuela...

Suspiro. La desgracia parece mi sombra.

—¿Quién eres? —pregunto sin ganas de recordar lo que pasó antes.

—¿Dónde están mis modales? —pregunta riendo y tengo ganas de golpearla en la cabeza hasta que quede inconsciente. Hoy no es mi día—. Mi nombre es Abby Johnson.

La chica que me contó Katherine.

—Me han hablado sobre ti...—murmuro recordando.

—No hacía falta que me cuenten de ti, en estos momentos eres toda una sensación en la escuela —por alguna razón, este último comentario me hace reír.

—¿Qué intentas, Alex? — me pregunta de la nada.

Frunzo el ceño. Hace unos segundos estaba riendo conmigo.

—¿Cómo que "que intento"?

—Me oíste. ¿Qué intentas? Estando en este bar... Eres demasiado delicada para estas cosas, Foster.

—Es Coca, ¿quieres? —murmuro en un tono burlón. Río mientras niego con la cabeza, si hubiese contado todas las veces que me han dicho esto...— No me conoces, Abby —me alzo de hombros.

Me observa con detenimiento por unos momentos.

—En esto tienes razón, lo siento.

—Nah, no importa —se que no me ha terminado de creer, lo puedo notar pero no tengo absolutamente nada que mostrarle.

Seguimos hablando, Abby al soltar esa actitud mala y burlona, resulta ser una tipa muy amigable y divertida. Le conté algo de mí y ella algo de ella, nos conocimos. Supongo que podríamos ser muy buenas amigas.

—¿Lo notas? —me pregunta —. Somos parecidas. No tenemos las mejores vidas y hacemos lo que podemos. Como estar en este bar.

Quiero negar, decirle que no es así, que intento cambiar pero las palabras no salen de mi boca. Chocamos los vasos en modo de brindis, pero yo seguía pensando en el qué hacia acá. Prometí ser diferente y mira donde estoy...

Mi mañana se completa jugando a las cartas, hace mucho que no tocaba una, pero apenas me senté en la mesa y las tome fue como si la antigua yo hubiese poseído mi cuerpo, la Alex de Londres y se sintió bien encontrar algo familiar luego de todo este lío.

Nos hicimos amigas de dos chicos. Se les nota que son mayores, River y Parker. River es delgado, tiene la piel morena, ojos color café y cabello color canela, Parker era todo lo opuesto, más musculoso, tez blanca, unos ojos azules electrizantes que te hipnotizaban y cabello castaño. Les mentimos que tenemos dieciocho. Al principio, parecieron creernos pero luego nos pillaron hablando del colegio, a mí se me escapó, descubrieron que teníamos solo diecisiete. Pero eso no les impidió que se diviertan con nosotras, tuvimos un buen tiempo.

Gané cincuenta dólares porque Parker da asco jugando.

Cuando veo que el horario de salida ya se acerca, le digo a Abby que nos vayamos. No sin antes, intercambiar números con los chicos, los cuales nos hicieron prometer que saldríamos a un club. Le dijimos que sí a los pesados solo para poder irnos, aunque no creo que haya sido mentira, no creo que esta sea la última vez que los vea. A penas salimos, Abby saca una caja de cigarrillos de su campera. ¡Joder! Tenía que hacer eso justo cuando creí que no iba a fumar más.

Sin preguntar, me enciende uno y me lo da. Niego con la cabeza. Ya no hago esas cosas más. Ella pone sus ojos en blanco y se lo lleva a los labios.

—Eres una gran compañera —me dice Abby mientras a paso lento, caminamos hacia la escuela.

—Lo mismo digo —digo.

—Pensé que no iba a encontrar a nadie así en la escuela... Ya sabes, estamos en una zona de "niños de papi" todos en la escuela son así —suspira con frustración. Me da curiosidad la historia de su vida, pero me digo a mi misma que es mejor no entrar por allí. Menos con chicas tan complicadas como nosotras.

Antes de llegar, Abby se gira haciendo que frene. La miro.

—¿Te apetece una fiesta esta noche?

Muerdo mi labio.

—Genial, te pasaré la dirección —sonríe sin esperar respuesta—. No muchos pueden entrar, pero son muy divertidas...

Ya sé a lo que se refiere con eso. Intercambiamos números de teléfono. Cuando estamos por llegar, Abby se despide diciendo que su hermano la espera en la salida y que la matará si no está. Creo que el mío también.

Miro el gran edificio y suspiro.

Saco una pastilla sabor a frutas de mi bolsillo y la meto en mi boca. Me tengo que volver con alguno de los chicos ya que no tengo la más pálida idea de cómo llegar a la casa y lo más probable es que termine perdida.

Veo como los estudiantes van saliendo luego de que la campana suena, indicando el fin de la tortura. Ignoro las miradas curiosas cuando camino hacia el estacionamiento. Sonrío, aunque no tengo ganas pero necesitaba que los demás vean que lo de Britanny no me afecta. Llego a donde está el auto de Drake, hoy quiero volver con él.

Apoyada en el auto, muchos me miran y me gritan cosas. Cosas que ignoro, si me pongo a golpear a cada idiota que pasa se me caería la mano.

Veo a mi hermano salir con su mochila en el hombro y con el rostro molesto. Sube la mirada mientras camina con la llave de su auto en la mano. Sonríe cuando me ve, se que tampoco quería sonreír pero al igual que yo, tiene que demostrar que no le afecta.

—Alex... —murmura cuando se está en frente mío.

—No digas nada, solo... Vámonos —suspiro y entro al auto.


***

***

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Una Casa 7 Problemas (COMPLETA)Where stories live. Discover now