—¿Tú lo harías?
— Da igual lo que yo haría, colega. Es tú decisión, eres tú el que llevará el peso sobre los hombros.
— No lo llames peso... Me asusta— Zayn dio una calada del porro que Jawaad y él compartían. Tan insertos en la conversación que cualquiera podría entrar ahí y darles el susto de su vida, seguramente. Delante de ellos la televisión emitía algún tipo de película de acción, de aquellas con millones de libras invertidas en efecto especiales y cero en guionistas. Aparte del sonido de los altavoces, el piso de su primo estaba en silencio.
— Sabes a lo que me refiero...
— Sí. Lo sé, pero eso no es a lo que me refiero— apretó los labios, jugando con el mechero— ¿tú lo harías?
— Yo... No lo sé. Supongo. Si es lo que me hiciese feliz...
— Muy feliz— corroboró— supongo— dijo con voz más trémula,— espero.—No iba a mentir: tenía miedo, de lo que podría pasar.
— Asumo que aún no hablaste con Shazia sobre ello.
— No. Yo... Aún tengo que.
— Deberías—dio otra calada, dejando el humo mezclarse con el aire lentamente, intensificando el ambiente neblinoso—aunque sea tu decisión, Zayn, es algo que deberíais de hablar—dijo con más convicción.—Si fuese tú, cogería el toro por los cuernos y pelearía.
— Lo sé. Lo haré.
— ¿Hablar con Shazia, o...?
— Ambos. La decisión está tomada.
— De hecho. Voy a llamar ahora mismo.
— ¿Qué? ¿Ahora, ahora? Zayn, no... No creo que eso sea una buena idea.
Pero el chico ya tenía el móvil entre las manos, número marcado. Solo faltaba pulsar el botón verde. Esto era la censura.
— ¿Por qué no?
— ¡Porque no! Zayn— la mirada azul de Jawaad podría perfectamente perforarlo— no es algo que puedas confrontar con una llamada— siseó.
Pero no lo escuchó. Marcó el número, podía sentir sudor bajando su nuca. Esto era algo grande. Muy grande.
— El punto y final...
***
Niall sentía como si alguien estuviese apretando su corazón en un puño. Y por cada paso que daba, corriendo por los pasillos del hotel, el puño lo estrujaba más y más. Le faltaba el aire, pero no podía dejar de correr. Como un animal salvaje capturado en una jaula: a pesar del agotamiento, del pánico, no podía parar.
Los trabajadores del hotel lo observaban con irritación o extrañeza, pero no podía importarle menos. Sin molestarse en soltar una disculpa cuando tropezaba con los carros de limpieza o clientes descolocados.
Corría pero parecía que su destino no llegaba, sus piernas no se movían con suficiente rapidez. Y en su cabeza el mismo mantra se repetía una y otra vez; "estás soñando, esto no puede estar pasando..." Frustrado consigo mismo por no recordar el número de a habitación, dando vueltas desesperadamente hasta que al fin, se acordó.
Golpeó la puerta unas treinta veces hasta que un par de ojos verdes se encontraron con los suyos. Había desolación en ellos, pero Harry lo dejó pasar igualmente. Sobre la cama, Liam miraba el techo, como si solo su cuerpo estuviese presente. Justo a los pies de ésta, echo una bola que no dejaba de temblar, Louis escondía la cabeza entre sus piernas, ahogando sollozos contra la tela de su jersey.
— Lo volvió a hacer— hipó para sí mismo— prometería que no lo haría...
— Así que no estoy soñando— susurró. Una lágrima corrió su rostro el momento en el que la realidad lo golpeó. Harry lo envolvió en un abrazo, tan fuerte que apenas podía respirar. Niall devolvió el gesto inmediatamente, y el castaño comenzó a llorar con el rostro escondido contra su cuello— está pasando...
***
— ¿Zayn?
El moreno apretó el teléfono contra su oreja. En tan solo aquella palabra podía percibir el miedo que la muchacha sentía.
— Shazia, ¿qué sucede?
— ¿Dónde estás?
Se mordió el labio con fuerza.
— Estoy...— se cortó, nervioso. La mujer en frente suya le lanzó una mirada significativa, pidiéndole que colgase la llamada— ¿estás bien? No suenas bien.
— Hay... Hay unos hombres muy enfadados intentando entrar, Zayn. No sé qué hacer...— su voz se fue desvaneciendo. Tomó aire, intentando no entrar en un ataque de pánico.—Tengo miedo, tengo miedo que entren en casa... Da igual lo que les diga, no tienen intención de irse. Dicen que quieren hablar contigo inmediatamente.
Se pellizcó el tabique, estresado, ansioso. Podía palpar la angustia de Shazia.
— ¿Qué hago?— Urgió— ¿qué está pasando, Zayn?
Se levantó de su asiento, mandando callar con una mirada a la mujer, que estuvo a punto de reprocharle. Le tendió los papeles que estuvo sujetando todo ese tiempo.
— Puedes continuar tú sola. No me importa lo que cueste, sólo hazlo — dijo, tapando el altavoz antes de referirse a su novia nuevamente— Shaz, amor. ¿Sigues ahí?
— Sí...
—Llama a la policía, inmediatamente. Diles que se trata de allanamiento de morada, que vayan inmediatamente. Yo estoy de camino, Preston estará ahí pronto también, intentaré llegar lo antes posible. Nada malo va a pasarte, lo prometo.
— ¿Y a ti? ¿Qué pasará contigo?
***
— ¿Otra vez? Apenas habíamos llegado...
— Hazme caso, Shaz. Por favor. Es mejor si nos vamos por un par de días. Aunque siempre t puedes quedar si es lo que deseas.
—No, iré contigo. Si solo me contases lo que está pasando...
— Te lo contaré, lo prometo. Pero ahora tenemos que irnos. Haz una maleta. Estaremos ahí en quince minutos.
***
Llovía en Bradford. Había tormenta, y para cuando Shazia y Zayn llegaron a su destino, rayos iluminaban el cielo cada par de minutos. Bajaron del coche, donde dos botones esperaban con paraguas abiertos.
— ¿Por qué no vamos a tu casa?— Preguntó una vez estuvieron en la privacidad de la mejor suite del hotel. El viaje en coche había sido silencioso, por peticion -súplica-, de Zayn, que no paró de pasarse las manos por el cabello y morderse la mejilla durante todo el camino.— ¿Por qué no ir con Trisha, Yaser, tus hermanas? ¿Por qué aquí?
El moreno inspiró, tomando coraje. Se dejó caer sobre la cama sin ninguna gracia. Bloqueó su vista momentáneamente antes de inspirar fuerte y afrontar el caos que era su vida.
— Porque quiero estar cerca de ellos, pero no tengo las agallas suficientes para confrontarlos. Sobre todo a Yaser.
— ¿Por qué?— Preguntó con un tono más calmado.
Tomó asiento a su lado, y Zayn no tardó ni dos segundos en tomarla por la cintura y esconder el rostro contra su vientre. La chica comenzó a acariciar su cabello por inercia, preocupada. El cuerpo de Zayn temblaba ligeramente.
— Tengo miedo— ¿fue eso un sollozo?
— Hey— procedió a tomarlo por la barbilla, obligándolo a mirarla a la cara. Sus ojos brillaban en exceso de humedad, sus mejillas mojadas.— Sabes que puedes contarme lo que quieras, Zayn. Estoy aquí.— El chico asintió. Aquello lo sabía— ¿qué te aterroriza tanto?
— He hecho algo muy gordo, Shazia. Muy, muy gordo.
— ¿Irás a la cárcel por ello?— Intentó bromear para aligerar el peso de sus palabras.
— Pues sinceramente, no lo sé.
— ¿Qué?— Sus ojos se abrieron en espanto. Zayn volvió a esconder ca cabeza contra su cuerpo, apretándola lo máximo posible.
La lluvia se hizo sonora cuando sus voces enmudecieron. Hacía calor en la habitación pero el cuerpo de Shazia se había congelado. Estaba cien por cien segura que sangra había parado de recorrer su cuerpo. Lo único que sentía era pánico, y el estrangulador abrazo de su novio crujiéndole los huesos.
Finalmente Zayn consiguió recomponerse y tomar las agallas para proceder.
— Shazia.
— S-Sí.
— ¿Recuerdas cuando te dije que quería hacer algo. Algo muy importante, pero que necesitaba decidirlo por mí mismo y que por eso no podía contártelo?— La chica no respondió, no lo hizo hasta que él alzó la mirada y meneó la cabeza positivamente, confusa.— Bueno... He tomado una decisión— se relamió los labios, sus pulgares acariciaban sus caderas inconscientemente.— De hecho, ya está tomada. Sólo falta anunciarlo... Te lo digo ahora por si mañana me encuentras muerto, o la pasma venga y me meta entre rejas — quiso sonar gracioso, pero la mirada horrorizada de Shazia causó que aquella media sonrisa se desvaneciese.— Perdón, no es gracioso. Yo también tengo miedo, supongo que por eso dije esa estupidez.— Divagaba sin ser capaz de ir a grano.
— Zayn— suplicó.
— Lo sé.
Suspirando por enésima vez se alzó hasta quedar a la misma altura. Por miedo a que aquel fuese su última oportunidad, tomó el delicado rostro de la muchacha entre sus manos, con la misma delicadeza que uno acaricia las alas de una mariposa y la besó. La besó por toda una eternidad antes de cerrar los ojos y murmurar, frente contra frente.
— He dejado la banda, Shazia.— Se apartó, y vio en esos ojos almendrados la mirada más determinada que jamás había visto—Zayn Malik ya no forma parte de One Direction.
FIN.
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Feliz 20 cumpleaños, Julia. He.
Sólo queda el epílogo... Y Free Me terminará. Para siempre. Estoy triste.
Dejando de lado la tragedia que es la vida: este capítulo va a dedicado al chat de grupo que creé hace casi un año. Ya me diréis que habría hecho sin vosotras, mozas. Que sois todas muy riquiñas y que agradezco todo el apoyo con el que conté, por soportarme y estar ahí siempre, a pesar de las diferencias que tengamos de cuando en vez, no cambiaría a ninguna. Ya os considero mis amigas <3
PD: no estoy muy convencida de este final. Porque lo odio y lo adoro al mismo tiempo. Siempre me puede dar la locura, borrarlo, y subir otra cosa. Aviso para que no haya sorpresa.